El presidente portugués disuelve el Parlamento y convoca elecciones
Lisboa, 5 dic (EFE).- El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, firmó hoy el decreto que disuelve oficialmente el Parlamento y convoca elecciones anticipadas para el 30 de enero, como ya había comunicado previamente al país.
La firma del decreto fue anunciada por Presidencia en un comunicado, un mes después de que el jefe del Estado informase al país de que convocaría elecciones generales para el día 30 de enero.
Rebelo de Sousa esperó al plazo límite que establece la ley para disolver el Parlamento, que acababa este domingo, para dejar tiempo a la Cámara para tramitar el número máximo posible de iniciativas legislativas que estaban pendientes, como la ley de la eutanasia -que después terminó vetando- o medidas anticorrupción.
La disolución del Parlamento se produce después de que el Presupuesto para 2022 presentado por el Gobierno socialista de António Costa fuese rechazado en la Cámara a finales de noviembre, con los votos en contra de sus antiguos socios de izquierda -comunistas y Bloco- y de toda la derecha.
Ante esta situación, el presidente decidió que convocar elecciones sería la mejor solución para salir del bloqueo, que se produjo justo a mitad de legislatura.
«Forma parte de la vida propia de la democracia devolver la palabra al pueblo», dijo Rebelo de Sousa el 4 de noviembre, cuando comunicó al país que habría elecciones.
La ida a las urnas está marcada para el 30 de enero, para que la campaña electoral no coincida con el período navideño.
El Partido Socialista de Costa, que volverá a presentarse para ser primer ministro, es el favorito en las encuestas, que no obstante auguran que nadie tendrá mayoría absoluta y será necesario negociar.
Costa es primer ministro desde 2015, cuando llegó al Gobierno a pesar de que los socialistas no fueron el partido más votado -lo fue el PSD (centroderecha)-, gracias a acuerdos parlamentarios con los partidos de la izquierda que le permitieron aguantar los cuatro años de legislatura.
En 2019, los socialistas vencieron en las urnas pero se quedaron a ocho diputados de la mayoría absoluta y Costa decidió gobernar en solitario sin acuerdos, negociando medida a medida, estrategia que quedó agotada dos años después.