Haití recauda fondos para costear el primer año del programa de reconstrucción tras el terremoto
Puerto Príncipe, 16 feb (EFE).- La comunidad internacional se comprometió este miércoles a donar 600 millones de dólares a Haití, unos fondos con los que se alcanzará a costear el primer año del programa de reconstrucción de las infraestructuras destruidas en el terremoto del pasado agosto.
Los nuevos aportes fueron anunciados en una conferencia de donantes organizada por el Gobierno haitiano, en colaboración con la ONU, y que se realizó en Puerto Príncipe en un evento semipresencial.
Al concluir la conferencia, el primer ministro de Haití, Ariel Henry, agradeció a la comunidad internacional afirmando que la cifra de fondos recaudados «supera» las expectativas que tenía el Gobierno.
Sin embargo, los 600 millones de dólares solo alcanzan a cubrir el presupuesto de 495 millones de dólares que, según cálculos de las autoridades haitianas, se empleará en el primer año de la reconstrucción.
En un horizonte de cuatro años, se necesitará invertir 1.978 millones de dólares y la mitad de ese dinero será destinado a la reconstrucción de las 130.000 viviendas dañadas o destruidas en el terremoto del 14 de agosto.
El movimiento telúrico, de magnitud 7,2, causó la muerte de al menos 2.246 personas, otras 12.500 resultaron heridas y 800.000 quedaron damnificadas a lo largo de toda la península sur de Haití.
También se registraron daños estructurales en carreteras y puentes, mientras que 1.250 escuelas y 97 hospitales resultaron afectados, la mayoría de las cuales todavía sigue en ruinas.
LOS ERRORES DE 2010
El terremoto del año pasado fue el más grave en el continente americano desde el trágico sismo ocurrido en 2010 cerca de la capital haitiana, en el que murieron cerca de 300.000 personas.
Entonces, Haití recibió un aluvión de ayuda internacional, a través de ONG o en donaciones directas, pero gran parte de esos fondos fueron malversados o desviados y nunca llegaron a sus pretendidos destinatarios.
En una clara alusión a esos hechos, Henry afirmó que su Ejecutivo ha tomado «todas las medidas para evitar que se repitan los errores de épocas pasadas».
Por su parte, la vicesecretaria general de Naciones Unidas, Amina Mohammed, dijo que esta conferencia es «una oportunidad de mostrar que hemos aprendido de los errores del pasado y que sabemos cómo hacer inversiones inteligentes y sostenibles».
Por ello, Mohammed defendió la necesidad de «romper» el «ciclo de miseria» que afecta a Haití por sus crisis recurrentes.
«Lo sabemos. Entendemos la urgencia. Entendemos el cansancio de los donantes, pero no es el momento de abandonar, porque los haitianos nunca se rinden. Se recomponen y restauran su imagen», afirmó Mohammed durante su intervención en la conferencia de donantes.
AYUDA POR DIFERENTES CANALES
Los compromisos de ayuda realizados por los países y organismos multilaterales serán canalizados por diferentes canales, en algunos casos a través de las agencias de Naciones Unidas, o de proyectos impulsados por los propios países.
Estados Unidos, el país que hizo un mayor aporte, se comprometió a donar 50 millones de dólares adicionales a través de programas que serán impulsados por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) a lo largo de cinco años.
Estos fondos, que no se destinarán exclusivamente al área afectada por el terremoto, se suman a otros 70 millones de dólares ya invertidos en Haití por Washington desde el sismo.
La Unión Europea anunció la entrega de 30 millones de euros (34 millones de dólares) y Canadá 19,5 millones de dólares, entre otros donantes.
Haití atraviesa, además, una profunda crisis económica, en combinación con una fuerte inestabilidad política que se agudizó con el asesinato del presidente Jovenel Moise, en julio del año pasado.
Unos 4,9 millones de personas, el 43 % de la población del país, requiere ayuda humanitaria, según cálculos de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés).
El país encadena también tres años seguidos de recesión y muchas actividades económicas se han visto afectadas por la violencia de las bandas armadas, las constantes protestas y la inestabilidad política.