Exportar pobres, estupendo negocio
J.C. Malone[email protected]Nueva York
Desde 1965, unos dos millones de pobres dominicanos huimos del pais, y hoy, 57 años después, somos la principal Fuente de divisas de la nación. Enviamos cerca de $9,000 millones anuales, la mitad de los $18,000 milones del presupuesto nacional.
Nada puede ser más lucrativo, exportar los pobres y ellos aportan el 50% del presupuesto nacional para mantener a los pobres que dejaron detrás.
Como pago, reformaron la Constitución para dificultar que quienes aportamos el 50% del Presupuesto Nacional aspiremos a la presidencia.
Todos los dominicanos pueden aspirar a la presidencia cuando quieran, nosotros debemos retornar y esperar 10 años para “aspirar” al empleo.
Ese precepto constitucional fue “conceptualizado” por un ego empeñado en hacer cumplir la profecía: “no hay nadie más” que pueda gobernar el país. Los que vinieron atrás lo dejaron intacto.
Ellos saben que enviamos el dinero porque nuestros familiares son rehenes de la pobreza, debemos pagar el rescate mensualmente.
Si en promedio los dos millones que salimos mantenemos dos personas cada uno, suman cuatro de los 10 millones, los $18,000 millones del presupuesto se lo reparte un grupito. La mayoría de los seis millones restantes, quieren irse del país y no han podido.
Los dominicanos tenemos los servicios consulares más caros de la bolita del mundo neoyorquino.
El único consulado latinoamericano que no tiene una “ventanilla de salud” active para sus ciudadanos, es el dominicano. Vienen a “vendernos” seguros de salud, mientras otros gobiernos vacunaron a sus ciudadanos en Nueva York durante la pandemia, el dominicano no.
Los impuestos a los boletos aéreos que cobra la República Dominicana son más altos que los que cobran los Estados Unidos.
Sólo Hipólito Mejía nos habló con “el corazón” recomendándonos, “háganse ciudadanos americanos”. Ese fue su discurso manifiesto, su discurso lantente sigue vigente: “no cuenten con nosotros, no vuelvan, manden plata”.
Los dominicanos de Nueva York votamos masivamente por el presidente Luís Abinader, quien hasta ahora es la nueva cara contando los mismos viejos cuentos.
Tanto nos han repetido el mismo cuento, que desarrollamos una extraordinaria buena memoria para las promesas incumplidas.
Todavía seguimos pagando $10.00 de impuestos para entrar a nuestro país, solo los dominicanos pagan entrada a su propio país.