El Gobierno de Perú se declara «muy sólido» pese a la crisis social y política
Lima, 6 abr (EFE).- A pesar de la crisis social y política que este martes desencadenó violentas protestas en Lima y en las últimas horas dejó a una persona muerta en el sur del país, el Gobierno de Perú aseguró este miércoles estar «muy sólido» y que confía en concluir su mandato de cinco años.
«El gabinete está muy sólido, estoy muy contento con este equipo que viene trabajando por el bien del país», remarcó este miércoles el primer ministro, Aníbal Torres, antes de asegurar que van «a seguir trabajando por todos los peruanos».
Torres salió, de esa manera, al paso de los pedidos de la oposición política, medios de comunicación y un sector de la población que exigen la renuncia del presidente Pedro Castillo, quien en las últimas horas también ha visto crecer el descontento entre sus habituales aliados políticos.
En ese sentido, el ministro de Cultura, Alejandro Salas, quien es uno de los principales portavoces del Ejecutivo, remarcó que este es «un Gobierno que ha sido elegido para cinco años».
MANIFESTACIONES VIOLENTAS
Mientras los transportistas desarrollan un paro desde la semana pasada, la crisis en Perú escaló luego de que el Gobierno decretara un sorpresivo toque de queda en Lima para este martes, que encendió los ánimos en las calles y movilizó a la oposición en una protesta que terminó en saqueos y actos de vandalismo.
Entre los edificios atacados estuvo una sede de la Judicatura, que la presidenta de la Corte Suprema y del Poder Judicial, Elvia Barrios, consideró hoy que fue producto de una acción premeditada.
También este miércoles, una persona falleció en unas protestas en Ica, según confirmaron tanto el Ejecutivo como la Policía Nacional de Perú (PNP), que no precisaron las causas de esta muerte, aunque medios locales y organizaciones de derechos humanos señalaron que fue por un arma de fuego.
Al respecto, el ministro de Defensa, José Luis Gavidia, sostuvo que el caso «está en proceso de investigación» y que se ha detenido a alrededor de 15 manifestantes, mientras que 15 policías también han quedado heridos.
«La manifestación pacífica es un derecho, pero siempre condenaremos la violencia y los ataques a la propiedad pública y privada», enfatizó Gavidia antes de hacer «un llamado a la calma» y decir que «el diálogo es la única forma de salir adelante».
Por su parte, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos de Perú (CNDDHH) denunció a Efe que este martes falleció otro joven de 18 años tras recibir el impacto de una bomba lacrimógena en otra protesta en la región central de Huánuco.
La CNDDHH aseguró que los dos fallecidos perdieron la vida por disparos de la Policía Nacional y añadió que, el 28 de marzo, otro joven resultó herido por un perdigón en el ojo.
SEIS FALLECIDOS
Con estas dos víctimas mortales, el país ya suma seis fallecidos en nueve días de protestas, ya que otras dos personas murieron la semana pasada por accidentes de tránsito y un adolescente de 13 años cayó a un río en la ciudad centro andina de Huancayo.
Una cuarta víctima fue un maestro que murió debido a que no pudo asistir a su diálisis por el bloqueo de las vías.
En medio de estos sucesos, Torres reiteró que el decreto que ordenó el toque de queda del martes en Lima estuvo «debidamente sustentado» en informes de la Policía Nacional y del servicio de inteligencia que advirtieron que se podía desatar la violencia en Lima.
Añadió que se trató de una «medida en protección de la vida, la integridad física y el patrimonio de las personas» y que si Castillo decidió levantarla «de hecho» durante la tarde del mismo día fue porque existía «una situación fluida» en la ciudad, a pesar de que se había convocado a una manifestación pacífica contra el Gobierno.
Lamentó que horas después se produjeran «graves daños a la propiedad pública y privada» y dijo que eso «implica que en esas movilizaciones hay personas infiltradas que quieren generar el caos».
RENUNCIA O DESTITUCIÓN
La intención de los opositores, según el primer ministro, es «generar» la renuncia de Castillo o que el Congreso presente una nueva moción de destitución del gobernante, tras haber rechazado ya dos de esos pedidos en tan solo ocho meses de gestión.
Torres también negó los rumores que aseguraron que había renunciado a la presidencia del Consejo de Ministros y dijo que si eso sucede lo hará «con mucha alegría y con mucha lealtad» al Gobierno.
El ministro Salas agregó, por su parte, que Perú tiene «un Gobierno que escucha, que no es represor, un presidente que no es dictador» y lamentó que a las «voces democráticas que pueden manifestar un descontento» contra el Ejecutivo «se sumen vándalos».
Enfatizó que Castillo va «a respetar» esa posición democrática «hasta el último día de su mandato, en un Gobierno que ha sido elegido para cinco años».
A pesar de la posición de su Gobierno, Castillo afronta un desafío mayor ante las continuación de paralizaciones y protestas, la oposición cerrada en el Congreso y la pérdida de aliados, que ahora lo acusan de haber «traicionado sus promesas de cambio» y de repetir «el método de ‘resolución de conflictos’ de la derecha», como señaló la líder izquierdista Verónika Mendoza.