Acuerdo comercial entre Washington y Seúl se resiste mientras Trump busca inversión millonaria

GYEONGJU, Corea del Sur, 29 oct.  — Tras una ofensiva diplomática en Japón que culminó con compromisos de inversión por valor de 490.000 millones de dólares, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunió el miércoles con el líder de Corea del Sur mientras el acuerdo comercial con ese país parece más esquivo.

Altos funcionarios en Washington y Seúl afirman que las discrepancias radican en la logística detrás de la demanda de Trump de que Corea del Sur invierta 350.000 millones de dólares en Estados Unidos.

Los funcionarios coreanos dicen que aportar efectivo podría desestabilizar su economía, y prefieren ofrecer préstamos y garantías de préstamos en su lugar. Además, el país necesitaría una línea de intercambio para gestionar el flujo de su moneda hacia su aliado.

La disparidad entre lo que Trump pide y lo que Seúl puede ofrecer amenaza con eclipsar la reunión entre Trump y su homólogo surcoreano Lee Jae Myung en Gyeongju, una ciudad histórica que alberga la cumbre anual del foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico.

Trump dijo que las dos naciones están “unidas”, y elogió su “relación muy especial” durante un discurso en un foro empresarial. También afirmó que están “muy cerca” de un acuerdo.

Hablando en términos generales sobre el comercio internacional, Trump sugirió un enfoque más conciliador frente a su habitual postura de confrontación.

“Los mejores acuerdos son aquellos que funcionan para todos”, manifestó.

Lee, que intervino en el foro antes de la llegada de Trump, advirtió en contra de las barreras comerciales.

“En un momento en que el proteccionismo y el nacionalismo van en aumento y las naciones se centran en su supervivencia inmediata, palabras como ‘cooperación’, ‘coexistencia’ y ‘crecimiento inclusivo’ pueden sonar vacías”, declaró. “Sin embargo, paradójicamente, es en tiempos de crisis como este que el papel de APEC como plataforma de solidaridad brilla con más fuerza”.

Negociaciones comerciales más complicadas que en Japón

Oh Hyunjoo, subdirectora de seguridad nacional, dijo a reporteros que las negociaciones han avanzado “un poco más lento” de lo esperado.

“Aún no hemos podido llegar a un acuerdo sobre cuestiones como la estructura de las inversiones, sus formatos y cómo se distribuirán los beneficios”, comentó el lunes.

Esto supone un contraste con la experiencia de Trump en Japón, donde el gobierno trabajó para cumplir su compromiso de 550.000 millones de dólares en inversiones contemplado en un acuerdo comercial anterior. El secretario de Comercio, Howard Lutnick, anunció compromisos de hasta 490.000 millones de dólares durante una cena con líderes empresariales en Tokio.

Trump entabló una buena relación con la nueva primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, en su visita del martes, llevándola con él mientras hablaba con las tropas estadounidenses a bordo de un portaaviones y luego a la presentación de varios proyectos importantes de energía y tecnología en Estados Unidos financiados por Japón.

Por el contrario, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, dijo a reporteros a bordo del Air Force One el lunes que el acuerdo con Corea del Sur aún no estaba listo.

“Quedan muchos detalles por resolver”, afirmó, aunque sugirió que estaban cerca de cerrarlo.

Por ahora, Corea del Sur soporta aranceles del 25% sobre sus automóviles, lo que deja a automotrices como Hyundai y Kia en desventaja frente a competidores japoneses y europeos, que enfrentan un 15%.

Líder surcoreano trata de ganarse a Trump con regalos

Lee asumió la presidencia en junio y mantuvo una cordial reunión con Trump en la Casa Blanca en agosto, durante la cual no escatimó en halagos. También colmó a Trump de regalos en Gyeongju, entregándole una medalla de oro y una corona.

La medalla representa la Gran Orden de Mugunghwa, la más alta distinción del país.

Trump, que es el primer presidente de Estados Unidos que la recibe, dijo que “es tan hermosa como puede ser” y “me gustaría ponérmela ahora mismo”.

A continuación, recibió una réplica de una corona real del reino de Silla, que existió entre el 57 a.C. y el 935 d.C. La pieza original fue encontrada en una tumba en Gyeongju, la capital del reino.

Pero desde entonces ha habido momentos de tensión, especialmente por la redada migratoria en una planta de Hyundai en Georgia en septiembre. Más de 300 surcoreanos fueron detenidos, lo que generó indignación y una sensación de traición.

Lee dijo que las empresas podrían dudar a la hora de hacer inversiones en el futuro a menos que se mejore el sistema de visas.

“Si eso no es posible, entonces establecer una fábrica local en Estados Unidos supondrá grandes desventajas o se volverá muy difícil para nuestras empresas”, afirmó. “Se preguntarán si deberían hacerlo siquiera”.

El Ministerio de Exteriores de Seúl indicó a principios de octubre que Washington había aceptado permitir que trabajadores surcoreanos con visas de corta duración o beneficiados por un programa de exención de visas ayuden a construir instalaciones industriales en Estados Unidos.

Preguntado el lunes sobre la redada migratoria, Trump dijo “Me opuse a sacarlos”. Un sistema de visas mejorado facilitaría a las empresas llevar trabajadores calificados, agregó.

Trump y Xi podrían reunirse el jueves

Durante su estancia en Corea del Sur, se espera que Trump mantenga una esperada reunión el jueves con el presidente de China, Xi Jinping. Washington y Beijing han chocado en cuestiones comerciales, pero han indicado que están dispuestas a reducir las tensiones.

Trump dijo a reporteros a bordo del Air Force One el miércoles que espera reducir los aranceles impuestos a China por el flujo de ingredientes para el fentanilo.

“Harán lo que puedan”, declaró. “China va a trabajar conmigo”.

Trump parecía resignado con la idea de que no podrá reunirse con el líder norcoreano, Kim Jong Un, en este viaje. El republicano había planteado la posibilidad de extender su estancia en el Sur, pero el miércoles indicó que “la agenda era muy apretada”.

Corea del Norte ha rechazado por el momento los gestos de apertura de Washington y Seúl, diciendo que no reanudará la diplomacia con Estados Unidos a menos que la Casa Blanca abandone su exigencia de desnuclearización. Pyongyang reportó el miércoles el lanzamiento de misiles de crucero mar-tierra en sus aguas occidentales, en la última demostración de sus crecientes capacidades militares, que coincide con la visita de Trump a su vecino del sur.

Trump restó importancia a la prueba afirmando que “lleva décadas lanzando misiles, ¿verdad?”.

Los dos líderes se reunieron durante el primer mandato de Trump, aunque sus conversaciones no acabaron con ningún acuerdo relativo al programa nuclear norcoreano. AP

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