Agua de coco y polvo de banano para salvar a la orquídea «dama de noche»
Miami, 21 ene (EFE).- Plantas comunes como el coco, el banano y la patata tienen propiedades que pueden ayudar a salvar a una de las numerosas orquídeas en peligro de extinción en Florida, la fragante Epidendrum nocturnum, una dama de la noche como su nombre indica.
Según información de la estatal Universidad de Florida (UF), este estado sureño es muy rico en orquídeas, con al menos unas 106 especies nativas, pero 58 están en peligro de desaparecer, entre ellas la Epidendrum nocturnum.
Amir A. Khoddamzadeh, un especialista en horticultura de la privada Florida International University (FIU), que ha dirigido una investigación para ayudar a salvar la Epidendrum nocturnum, dijo a EFE que la escasez de plantas, que en el caso de las orquídeas de Florida obedece tanto a una pérdida de hábitat y la depredación como al cambio climático como principales factores, solo se puede combatir propagándolas.
AL RESCATE DE LA «DAMA DE NOCHE»
Khoddamzadeh, de origen iraní, y sus colegas probaron métodos como la «micropropagación» en laboratorio usando alternativas naturales a los costosos reguladores u hormonas sintéticas que inducen al crecimiento de las plantas (PGR) y pueden costar entre 300 y 800 dólares los cien gramos.
De esa manera desarrollaron un protocolo de «micropropagación» y aclimatación in vitro en el que utilizan agua de coco, polvo de plátano y dextrosa de patata para inducir el crecimiento de brotes, raíces y hojas de la también llamada orquídea «dama de noche».
«Todo el mundo quiere agua de coco porque sabemos que tiene un montón de vitaminas, muchos minerales. Es lo mismo con las orquídeas. Adoran el agua de coco», señaló Khoddamzadeh.
El científico vio en Singapur y Malasia cómo los viveros usaban productos naturales para el cultivo de orquídeas en lugar de PGR y quiso probarlo en EE.UU. y con la «dama de noche».
El protocolo que han desarrollado puede ser utilizado por jardines botánicos y viveros que quieran cultivar la Epidendrum nocturnum, una orquídea de flores blancas que perfuma las noches con su fragancia cítrica y tiene su hábitat natural en México, América Central y Venezuela, además del sur de Florida.
Los particulares podrían hacerlo, porque los elementos que se necesitan están a la mano, pero tendrían dificultades como esterilizarlos para evitar la contaminación de los tejidos vegetales, opinó el científico.
Los elementos naturales como los usados por el equipo de FIU o los PGR sustituyen en el laboratorio de «micropropación» al hongo que proporciona los azucares y el almidón que las orquídeas necesitan para desarrollarse en la naturaleza.
HÁBITAT INSEGURO Y CAMBIO CLIMÁTICO, UNA MALA COMBINACIÓN
Sobre las causas de que tantas orquídeas nativas de Florida estén en peligro, Khoddamzadeh, investigador principal del Laboratorio de Conservación y Horticultura Sostenible de FIU, señala que una importante es que «su hábitat se está haciendo cada vez más inseguro».
El hombre está presionando cada vez más a la naturaleza, incluso en reservas como los Everglades de Florida, y además siempre ha habido personas que, por el valor económico que tienen muchas orquídeas, las arrancan y se las llevan a las ciudades, dice.
A esto se suma el cambio climático, que se traduce en patrones cambiantes de lluvia y de viento y episodios de sequía que pueden «matar a las orquídeas nativas».
Una de esas orquídeas floridanas en peligro es la rara «orquídea fantasma» (Dendrophylax lindenii), popularizada en el libro de Susan Orlean «El ladrón de orquídeas» y la adaptación cinematográfica protagonizada por Meryl Streep y Nicholas Cage.
En 2022 tres organizaciones ambientalistas solicitaron la protección federal de esa especie de la que solo quedan unas 1.500 plantas en este estado y Cuba, donde también se da naturalmente.
El equipo de FIU, que ha publicado su trabajo en The American Journal of Plant Sciences, tuvo la colaboración de Jason Downing, biólogo del Jardín Botánico Fairchild de Miami, sede del Jardín Nacional de Orquídeas de EE.UU.
El arboreto y jardín botánico de 33 hectáreas fundado en 1938 acoge también un proyecto llamado «Un millón de orquídeas», con el que se pretende reintroducir especies nativas en el paisaje urbano del sur de Florida, donde hace más de un siglo crecían natural y abundantemente en los árboles.
Para ello, cuentan con un laboratorio de «micropropagación», donde se cultivan las orquídeas que una vez que alcanzan el tamaño adecuado son adosadas a los árboles de parques y calles por científicos y voluntarios.
El objetivo de este proyecto es lograr que haya una gran variedad de orquídeas en flor en lugares urbanos, especialmente «en donde la gente trabaja, aprende o circula camino de casa o del trabajo», señala la web del proyecto.
Ana Mengotti