Alckmin, el vicepresidente que cambió de lado para derrotar a Bolsonaro

Sao Paulo, 30 oct (EFE).- El exgobernador de Sao Paulo Geraldo Alckmin dejó atrás su acérrima disputa contra el Partido de los Trabajadores (PT) para aliarse con esa formación progresista con el único propósito de derrotar al presidente brasileño, Jair Bolsonaro.

El nuevo vicepresidente de Brasil, electo este domingo en la fórmula presidencial de Luiz Inácio Lula da Silva, siempre fue identificado como un líder totalmente contrario al PT, con el que batalló de frente en su amplia carrera política.

Dos veces candidato presidencial (2006 y 2018), la primera en un enfrentamiento directo con Lula, Alckmin siempre levantó la bandera de las reformas económicas, contó con el aval del mercado y el apoyo de partidos de centro, unas credenciales de las que se ha servido para darle un talante más moderado a la candidatura de Lula.

Alckmin fue apodado por sus detractores como «picolé de chuchu» (paleta de chayote) por ser considerado un político insípido, falto de carisma.

UN VETERANO EN LA POLÍTICA

De 69 años y formado en medicina, con especialización en anestesiología, Alckmin tiene una amplia experiencia como político, la mayoría como militante del Partido de la Social Democracia (PSDB), del que fue uno de los fundadores y presidente.

Geraldo José Rodrigues Alckmin Filho nació el 7 de noviembre de 1952 en el municipio de Pindamonhangaba, en el interior del estado de Sao Paulo, y fue criado en una hacienda en la que su padre trabajaba como veterinario. Con apenas diez años, su madre falleció.

Se presentó al cargo de concejal en su ciudad natal a los 19 años siendo el más votado de la contienda y cuatro años después se convirtió en alcalde más joven de esa localidad.

Luego fue diputado regional, federal y miembro de la Asamblea Constituyente de 1988, en la que se manifestó a favor de una reducción del tamaño del Estado, del recorte de gastos y de las privatizaciones.

Alckmin gobernó al estado de Sao Paulo, el más poblado y rico del país, entre 2001 y 2006 y después de 2011 a 2018 y ante la división interna del PSDB a comienzos de 2022 dejó esa formación para afiliarse al Partido Socialista Brasileño (PSB), aliado de Lula.

ALIANZA IMPROBABLE

Hasta hace pocos años era improbable una alianza de Alckmin con Lula, de quien llegó a decir en 2017 que quería volver a la «escena del crimen», después del expresidente manifestar su intención de disputar las elecciones del año siguiente y antes de ser encarcelado por dos condenas de corrupción anuladas posteriormente.

Para la actual campaña, cuando fue oficializado como candidato a vicepresidente, Alckmin citó su apodo, «picolé de chuchu» (paleta de chayote), y manifestó que el insípido vegetal combinaba con «lula» (calamar, en portugués) y por eso Brasil tendría en 2023 mucho «lula com chuchu».

Sus rivales políticos, incluido el propio Bolsonaro, han tratado de vincular a Alckmin con el Opus Dei y su nombre, a pesar de estar en la época en el lado opuesto del PT, apareció también en los escándalos de corrupción con la constructora Odebrecht que salpicaron a Lula.

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