ALERTA: Balaguer-Bobadilla, servilistas; Duarte-Bosch, heroicos

Juan Freddy Armando

El caso de Balaguer es peor que el de Bobadilla, porque nunca tuvo la valentía de combatir a Trujillo como lo hizo Bosch abiertamente y de frente, sino que aceptó y hasta aplaudió por acción y omisión sus crímenes, violaciones de mujeres, humillaciones a luchadores y otras fechorías de este bandido gobernante.

Bosch sí combatió al tirano, sí se midió al cancerbero de tú a tu, con mente y acción. Incluso venía junto a Fidel Castro a combatirlo con las armas en las manos en la Expedición de Cayo Confites. Lancha que se devolvió a Cuba al saberse que el ejército del sátrapa había descubierto la acción y se combatiría en condiciones altamente desiguales.

Las matanzas de Balaguer

Mientras Balaguer no solo consentía a Trujillo y todos sus inmensos cuajarones de sangre mártir derramada de nuestro pueblo para mantener su régimen tiránico, criminal y ladrón. El más ladrón de todos los gobernantes que hemos tenido, como evidencia Bosch en su libro “Trujillo: causas de una tiranía sin ejemplo”, en que demuestra que República Dominicana no era más que una finca de 48, 442  kilómetros cuadrados de “El perínclito de San Cristóbal, Generalísimo Doctor, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva” y otras  bellas y finas lindezas tal vez elaboradas por Balaguer u otros de sus pusilánimes intelectuales, quienes con su pluma fortalecían su régimen, como algunos habían hecho otrora con Santana.

Si Balaguer hubiera preferido “eludir la sangre”, como tú con bella prosa y poéticas palabras te refiere a él y a Bobadilla, no hubiese cazado y asesinado, uno por uno, a los principales líderes de la digna Revuelta Constitucionalista de Abril que buscaba rescatar al legítimo, legal, democrático y justo gobierno de Juan Bosch.

Te aclaro que hay otros gazapos e injusticias históricas cometidas por ti en este escrito. Pero he seleccionado para mi respuesta solo estos, porque me indigna ver que te sumas a los que en los últimos tiempos han querido manchar la impoluta figura de Juan Pablo Duarte, al igual que la de Bosch, llegando hasta la loca locura de atar de uno que ha dicho el dislate de que el Padre de la Patria es Pedro Santana y no Duarte.

Padres fundadores de Latinoamérica son despreciados; los de EEUU valorados

Duarte no está solo el desprecio de quienes intentan asaltar la historia. Quien haya estudiado las guerras las independencias de los países colonizados por España, estará conteste conmigo en que todos los padres de las patrias de Latinoamérica fueron vilipendiados, ultrajados, exiliados y hasta amenazados de muerte o aniquilados.

Ocurrió con O‘Higgins en Chile, con Miranda y Bolívar en Venezuela, Máximo Gómez en Cuba, San Martín en Argentina, Dessalines en Haití; y así en otras naciones ex colonias españolas, francesas o portuguesas.

El virus de la división y el oportunismo de miserables cazadores de ORO que caracterizó la conquista española y de algunos otros conquistadores trajo ese veneno metido hasta los tuétanos, y sus hijos y nietos, que encabezaron nuestras independencias no pudieron librarse de él.

Si hubiesen sido como Duarte, otro gallo cantaría. Si hubieran sido como Bolívar y Pedro Henríquez Ureña, nobles mentes que soñaron con la Magna Patria Latinoamericana, unida y fuerte, otra fuese nuestra situación ante el mundo.

Ellos tuvieron la admirable actitud de los padres de la patria de Estados Unidos, que siempre actuaron dignamente, y con el espíritu de PLANTATION, de siembra, de venir a cultivar la tierra junto a los nativos y quedarse y hacer avanzar sus pueblos, con el principio que todavía permanece en ellos de “unir estas 13 colonias y construir una gran nación”.

No soy ni seré nunca pro-norteamericano de ni ningún otro pro que no sea pro-dominicano, pero no hay mejor lema para una nación que el contenido en el escudo de los Estados Unidos: “E pluribus unum”, frase en latín que se traduce: “Pluralidad en la unidad”.

Los dominicanos, y en general los latinoamericanos, fuésemos grandes si hubiésemos concebido y realizado nuestras independencias como la soñó Duarte, o la soñó José Núñez de Caceres, como parte de la Gran Colombia que construía nuestro máximo benefactor: Simón Bolívar. Creo que el papel de Bobadilla fue en ocasiones positivo. Es más, en una evaluación histórica podríamos decir que más bien que mal. Pero para reconocer esto no debemos, como tú y otros hacen, exagerar sus bondades y denostar a Duarte.

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