Analicé las encuestas y Kamala Harris aún no tiene la contienda asegurada

Por Kristen Soltis Anderson

The New York Times

Si apoyas a Kamala Harris, la semana pasada probablemente te sentiste bastante bien. Con todas las veces que logró provocar a Donald Trump durante el debate y el anuncio del apoyo de Taylor Swift, faltando menos de dos meses para las elecciones, parece que las cosas se están acomodando para que Harris obtenga la victoria. El viernes participé como invitada en el programa Real Time With Bill Maher, y Maher, quien nunca ha pecado de subestimar el atractivo de Trump, declaró que cree que ha llegado el fin político para el expresidente.

En el programa, yo no estuve de acuerdo. Sigo pensando que ninguno de nosotros debería confiar en que sabemos qué va a pasar. ¿Tiene Harris fuerza para recaudar fondos? Sí. ¿Ganó el debate de la semana pasada? Según las encuestas posteriores al debate, sí. ¿Motivó Swift a muchos votantes potenciales a averiguar cómo registrarse, presumiblemente para votar por Harris? Sí. ¿Acaba de publicar Ann Selzer, el oráculo de Iowa, una encuesta que muestra a Trump con solo cuatro puntos de ventaja en ese estado? Sí. Entonces, ¿por qué no me uno al coro de voces que aseguran que esto es un asunto resuelto?

En primer lugar, no hay muchas pruebas de que el debate haya ayudado a los números de Harris de manera significativa; al menos, no todavía. Las encuestas de ABC News/Ipsos le daban una ventaja de seis puntos entre los votantes probables antes del debate y mostraban el mismo resultado después. Su margen en varios promedios de encuestas nacionales ronda los dos puntos, un margen que hace que la posibilidad de una división entre el Colegio Electoral y el voto popular sea razonablemente probable. (El analista Nate Silver dice que las probabilidades de un resultado así son de una entre cuatro).

Y si nos fijamos en los promedios de las encuestas de una variedad de fuentes diferentes, en los siete estados disputados que reciben la mayor atención, la contienda es extremadamente reñida. Trump tiende a mantener una ventaja insignificante en algunos de los estados indecisos del Cinturón del Sol, igual que Harris en Wisconsin y Michigan. Ninguno de los candidatos tiene más de dos puntos de ventaja en ninguno de esos estados. Pensilvania, el mayor premio de todos ellos, muestra sistemáticamente una diferencia de décimas de punto porcentual.

La realidad es que el debate quizá haya servido más para entusiasmar o dar tranquilidad a los partidarios de Harris que para sumar grandes cantidades de nuevos votantes a sus filas. Aunque la encuesta de ABC/Ipsos reveló que los partidarios de Harris la apoyan más que los partidarios de Trump a él, también encontró que casi la mitad de los encuestados (47 por ciento) piensan que Harris es demasiado liberal. Por supuesto, es mejor que tu bando esté más motivado que el de tu oponente, pero un voto entusiasta no vale más que uno renuente, siempre y cuando ambos acudan a las urnas.

Quizá la vibra que se siente sea un indicador adelantado y las encuestas se pongan al día en los próximos días. O puede que las encuestas simplemente estén pasando por alto algo que ocurre sobre el terreno y que no se refleja en los datos. En cualquier caso, aunque Harris cuente con una ligera ventaja en este momento, sigue habiendo un marcado énfasis en la palabra “ligera”.

En cuanto al voto popular, la contienda favorece a Harris. Sin embargo, en los estados que van a ser decisivos en el Colegio Electoral, cualquiera de los dos puede ganar.

Curiosidades

El efecto Swift. Aunque hay datos que sugieren que hubo un repunte en el número de votantes inmediatamente después de que Swift expresó su apoyo, hay datos contradictorios entre los votantes sobre si realmente cambió la opinión de muchos. En la encuesta de ABC/Ipsos, solo un 6 por ciento dijo que el apoyo de Swift hacía más probable que votaran por Harris. (Por otra parte, en un estado donde la diferencia es de décimas de punto, incluso las cosas pequeñas pueden ser grandes).

Todas a la izquierda. La brecha de género entre los jóvenes de 18 a 29 años es real, y va en aumento. Mientras que los hombres de todas las edades no han experimentado un gran cambio en su ideología general en los últimos años, según Gallup, las mujeres jóvenes se han vuelto mucho más propensas a adoptar la etiqueta “liberal”.

Kristen Soltis Anderson, colaboradora de Opinión y encuestadora republicana, es autora de The Selfie Vote: Where Millénials Are Leading America (and How Republicans Can Keep Up).

The New York Times

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