Andy Dhuajre Hijo: «La rebelión contra el clientelismo político»: Una llamada urgente a la reforma estatal

Santo Domingo, 18 Nov. – La democracia sustentada en partidos políticos que priorizan el clientelismo sobre ideas que promuevan el progreso económico y social enfrenta una crisis global, señala el economista Andrés Dauhajre Hijo en su artículo publicado hoy en el diario El Caribe.

Este fenómeno, advierte, conlleva altos costos fiscales, erosionando la sostenibilidad de los gobiernos y llevando a los contribuyentes a rebelarse, como se ha evidenciado en protestas públicas y en redes sociales.

Dauhajre destaca que la República Dominicana es uno de los países más afectados por esta práctica en la región. Según sus datos, el empleo público creció de 324,896 personas en 2008 (8% de la población económicamente activa) a 738,745 en septiembre de este año (14%).

Esto significa que el 15% de la población ocupada trabaja para el Estado, un porcentaje alarmantemente superior al de países como Honduras (6.6%) y Guatemala (11%). Este crecimiento, argumenta, responde a una metástasis del clientelismo que amenaza la estabilidad económica y política del país.

En su análisis, Dauhajre menciona el caso de Argentina, donde el presidente Javier Milei adoptó medidas drásticas para frenar el gasto público y combatir el déficit fiscal. Desde el cierre de 12 de los 20 ministerios existentes hasta la reducción de subsidios y transferencias, las acciones de Milei lograron transformar un déficit fiscal del 10% del PIB en un superávit del 0.5% en menos de un año.

Estas políticas, aunque controversiales, han reducido la inflación mensual de 25.5% a 2.7%. Dauhajre enfatiza que el caso argentino ejemplifica cómo un liderazgo decidido puede enfrentar el clientelismo, aunque reconoce los retos que persisten, como la eliminación del control cambiario y la necesidad de financiamiento externo.

En el contexto dominicano, Dauhajre subraya la urgencia de una reingeniería del gasto público. Cita como ejemplo el programa anunciado por el presidente Luis Abinader, que incluye la fusión y cierre de ministerios y dependencias.

Aunque aplaude la iniciativa, sugiere medidas más audaces, como reducir los actuales 24 ministerios a 15. Propone, entre otras acciones, fusionar Hacienda y el MEPyD, unificar los ministerios de Educación, MESCyT, Cultura y Deportes, y consolidar Industria, Comercio, Energía y Minas. Además, aboga por el cierre de entidades como los ministerios de la Mujer, la Juventud y la Administración Pública.

Dauhajre señala que, en países con estructuras administrativas más compactas, como Uruguay o Estados Unidos, la cantidad de ministerios oscila entre 15 y 16. Adoptar un modelo similar permitiría a República Dominicana no solo racionalizar el gasto, sino también aumentar la aceptación pública de una eventual reforma fiscal destinada a combatir la evasión tributaria.

Finalmente, sugiere que el Gobierno consulte a la población mediante un referéndum si prefiere la reducción de ministerios o un aumento en los impuestos. Según Dauhajre, una mayoría probablemente elegiría la primera opción, enviando un mensaje claro de rechazo al clientelismo que ha lastrado la eficacia gubernamental.

«La rebelión contra el clientelismo ya está en marcha, y la República Dominicana debe actuar antes de que las arenas movedizas de este modelo devoren nuestra democracia y nuestras finanzas públicas», concluye el economista.

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