Argentina vota en un balotaje presidencial que podría marcar una nueva era política
BUENOS AIRES, 19 nov. — Argentina arrancó el domingo la votación de un reñido balotaje presidencial entre el candidato oficialista Sergio Massa y el economista de ultraderecha Javier Milei.
Massa, de la peronista Unión por la Patria y a su vez ministro de Economía, y Milei, líder de La Libertad Avanza, se enfrentan en unos comicios que son clave y podrían marcar un cambio de ciclo político en el país sudamericano.
Más de 35 millones de argentinos están convocados a votar en la segunda vuelta, de pronóstico incierto, que podría constituir una bisagra en la historia política del país sudamericano si el hartazgo social por una inflación descontrolada inclina los votos hacia Milei o, por el contrario, el temor que irradia su figura favorece la continuidad del peronismo en el poder.
Con encuestas que muestran prácticamente un empate ambos candidatos, los analistas señalan como decisivo el voto de aquellos ciudadanos que no optaron por ninguno de los dos postulantes en las instancias electorales previas y tienen reparos sobre ambos.
El balotaje tiene como trasfondo un profundo malestar social por una inflación de 142,7% interanual que empeoró los niveles de pobreza —que afecta a 40,1% de la población—, el flagelo de la inseguridad y la sistémica corrupción política. Ese escenario ha generado en gran parte de la población sentimientos de rechazo y desmotivación por la política.
Si en este contexto los electores argentinos apuestan por Milei, quien carece de experiencia en la gestión pública, el país sudamericano iniciaría nuevo un ciclo político en manos de un economista ultraliberal que denuesta el rol del Estado, ha prometido un drástico recorte del gasto público, la dolarización de la economía y la alineación con Estados Unidos e Israel.
En cambio, un triunfo de Massa —un moderado al que se elogia por su sagacidad política, pero de resultados poco alentadores al frente del Ministerio de Economía—, supondría la continuación en el poder del peronismo, que ha gobernado mayoritariamente en los últimos 20 años, y el mantenimiento de políticas intervencionistas, así como los vínculos comerciales con socios tradicionalmente izquierdistas como Brasil y China.
“Cualquier cosa que ocurra en esta elección va a ser increíble”, vaticinó el politólogo Lucas Romero, director de Synopsis Consultores. “Va a ser increíble que Massa gane en este contexto económico y que gane un candidato como Milei frente a un candidato tan profesional como Massa”.
Varias encuestas han mostrado un escenario de empate técnico, con una leve ventaja para uno u otro candidato siempre dentro del margen de error. El candidato más votado estará habilitado para gobernar cuatro años.
La balanza la inclinarían quienes en la primera vuelta del 22 de octubre no votaron, lo hicieron en blanco o se inclinaron por otros candidatos.
En la primera vuelta, Massa, de Unión por la Patria, obtuvo más de 36% de los votos y Milei, de La Libertad Avanza, arañó el 30%.
Los votantes de la coalición opositora de centroderecha Juntos por el Cambio, cuya candidata en la primera vuelta Patricia Bullrich quedó fuera del balotaje con casi 24% de los votos, constituyen un segmento de peso para definir el resultado del balotaje.
Si bien Bullrich ha expresado su apoyo a Milei para la segunda vuelta, no todos los votantes de Juntos por el Cambio parecen dispuestos a seguirla por el resquemor que genera la personalidad iracunda de Milei y algunas de sus propuestas más polémicas como la desregulación de la tenencia de armas, la libre venta de órganos y el arancelamiento de la salud y la educación pública, entre otros.
“Los votantes que quedan bajo disputa ahora entre Massa y Milei son votantes a los que hay que convencer por la vía del rechazo, del espanto, (más) que por la del encanto. Porque cuando se reduce la oferta a solamente dos y no eligió a ninguno en instancias anteriores, lo que probablemente ocurra es que se termine definiendo más por evitar lo que rechaza que por simpatía a lo que va a votar”, analizó Romero.
Para convencer a los votantes no peronistas Massa encaró una intensa campaña en televisión, redes sociales y actos partidarios presentando a su rival como un riesgo para la democracia y los derechos sociales, una estrategia que le permitió ser competitivo pese a sus magros resultados como ministro de Economía y sus repetidos cambios de tribus políticas dentro del heterogéneo peronismo.
Milei cuestionó la “campaña del miedo” del oficialismo y alertó sobre el riesgo de un fraude el domingo, sin presentar pruebas que lo sustenten. La estrategia, señalan los analistas, es similar a la que desplegaron Donald Trump y Jair Bolsonaro en vísperas de las elecciones presidenciales de Estados Unidos y Brasil, respectivamente, en las que luego resultaron derrotados.
La justicia electoral, a cargo del operativo de votación, adelantó que los resultados oficiales comenzarán a difundirse el domingo a partir de las 9 de la noche local (0000 GMT).
AP