Asamblea General de ONU condena embargo de EEUU a Cuba por 33º año, pero Washington gana más apoyo
NACIONES UNIDAS, 29 oct. — La Asamblea General de la ONU votó abrumadoramente el miércoles para condenar el embargo económico de Estados Unidos a Cuba por 33º año. Sin embargo, la votación, mientras el huracán Melissa azotaba la nación isleña, redujo un poco el aislamiento de Washington sobre un tema de larga data en el Caribe, en un momento en que hay nuevas fricciones en torno a su despliegue militar allí.
Se emitieron 165 votos a favor y 7 en contra, con 12 abstenciones. El año pasado el resultado fue de 187-2, con votos de “no” de Estados Unidos e Israel y una abstención. Este año, Argentina, Ucrania y Hungría estuvieron entre los países que también se opusieron a la medida. Aunque no son legalmente vinculantes, las resoluciones de la Asamblea General reflejan la opinión mundial.
“El gobierno de Estados Unidos está satisfecho de ver a tantos países enviar al régimen un mensaje de que la comunidad internacional ya no tolerará” sus actividades, declaró el embajador Jeff Bartos, luego de expresar preocupación por Cuba y otros países ubicados en la trayectoria de la tormenta.
En una entrevista con The Associated Press el lunes, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, denunció que Washington montó una campaña de presión para influir en la votación.
Rodríguez dijo que su gobierno había escuchado de otros países, principalmente en Europa, que el Departamento de Estado los estaba alentando a votar en contra de la resolución. El departamento no respondió a las solicitudes de comentarios, y Bartos no abordó la afirmación después de que Rodríguez la repitiera el miércoles en la asamblea.
Estados Unidos y Cuba se enfrentan durante el debate de la ONU
Antes de la votación, el embajador de Estados Unidos ante la ONU, Mike Waltz, alegó que el ejercicio anual es un “teatro político” por parte de Cuba para “presentarse como víctima de agresión mientras se describe claramente como ‘el enemigo de Estados Unidos’”.
“Yo sugeriría que nuestros Estados miembros dejen de complacer al régimen con sus votos y, en cambio, usen este voto para enviar un mensaje al mundo”, declaró Waltz durante el debate de la Asamblea General el martes. Indicó que la votación también podría enviarle el mensaje a Cuba de que no “culpe a Estados Unidos de todos sus problemas económicos”.
En una muestra de las tensas relaciones entre ambos países, Rodríguez interrumpió formalmente las declaraciones de Waltz con una “moción de procedimiento” para quejarse de que se expresaba con una “incultura, rudeza y grosería” inadmisibles en el recinto.
“Señor Waltz, esta es la Asamblea General de Naciones Unidas. No es un grupo de Signal, ni es la Cámara de Representantes”, expresó el enviado cubano.
“Soy muy consciente del lugar en el que estamos hablando. Y esto tampoco es un órgano legislativo comunista ilegítimo en La Habana”, respondió Waltz.
Waltz, un excongresista republicano, fue asesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump este año, antes de agregar accidentalmente a un periodista a un chat privado de Signal utilizado para dialogar sobre planes militares delicados. Waltz ha insistido en que el chat cumplía con los estándares de ciberseguridad del gobierno.
“No podemos subestimar la importancia, el impacto, del poderoso mensaje año tras año de la Asamblea General, que es el órgano más democrático y representativo de la comunidad internacional”, declaró Rodríguez a la AP. “No es vinculante, pero es poderoso”.
Estados Unidos objeta que las restricciones económicas sean descritas como un bloqueo.
Huracán y acción militar
La votación de este año se llevó a cabo no sólo mientras el huracán hacía estragos, sino también mientras el gobierno de Trump intensifica su campaña contra el narcotráfico en aguas frente a Sudamérica. Esa acumulación militar, denunció Rodríguez el miércoles, se ha efectuado de “forma agresiva, extraordinaria e injustificada”.
Estas medidas han tensado las relaciones con los aliados de Estados Unidos en la región y han dado pie a especulaciones de que Washington pretende derrocar al presidente venezolano Nicolás Maduro. La Casa Blanca lo acusa de narcoterrorismo, mientras que Maduro acusa al gobierno estadounidense de intentar desestabilizar a su país y hacerse del control de sus reservas petroleras.
Mientras tanto, Cuba pasa apuros desde 2020 con una crisis económica y energética. Su producto interno bruto se ha reducido, y sus 10 millones de habitantes han soportado apagones, escasez de alimentos e inflación. Ha habido oleadas de protestas, y cientos de miles de cubanos han emigrado, muchos a Estados Unidos.
Autoridades cubanas han culpado de las dificultades económicas a los cierres por el COVID-19, a sanciones estadounidenses más estrictas y otros factores. El gobierno de la isla dice que el país perdió más de 7.500 millones de dólares entre marzo de 2024 y febrero de 2025 debido a las sanciones de Estados Unidos, una pérdida sustancialmente mayor que el año previo.
El embargo fue impuesto en 1960 después de que Fidel Castro encabezara una revolución que derrocó al dictador Fulgencio Batista y nacionalizara propiedades pertenecientes a ciudadanos y corporaciones estadounidenses.
En julio de 2016, el entonces presidente cubano Raúl Castro y el entonces mandatario estadounidense Barack Obama restablecieron oficialmente las relaciones. Ese año, Estados Unidos se abstuvo, por primera vez, en la resolución de la Asamblea General que pedía el fin del embargo.
Trump, sucesor de Obama, criticó duramente en su primer mandato el historial de Cuba en cuanto a respeto a los derechos humanos, y en 2017 Washington volvió a votar en contra de la resolución y desde entonces.
Las sanciones aumentaron significativamente durante el primer mandato de Trump, continuaron bajo su sucesor, el presidente Joe Biden, y se endurecieron nuevamente después de que Trump regresara al cargo este año. AP

