Así fue como Netanyahu prolongó la guerra en Gaza para mantenerse en el poder
Prolongar la guerra de Gaza ayudó al primer ministro israelí a evitar un ajuste de cuentas político. Estas son las conclusiones de la investigación del Times.
Benjamin Netanyahu saliendo del hotel rey David de Jerusalén para visitar el Muro de las Lamentaciones el 12 de junio, poco antes de que Israel atacara a Irán.Credit…Ziv Koren/Polaris, para The New York Times
Por Patrick Kingsley, Ronen Bergman y Natan Odenheimer
The New York Times
Para este reportaje, los periodistas hablaron con más de 110 funcionarios de Israel, Estados Unidos y el mundo árabe y revisaron decenas de documentos, incluidas minutas de reuniones, planes de guerra y actas judiciales. Lee la investigación completa.
Cuando Hamás atacó a Israel el 7 de octubre de 2023, lo que desencadenó la guerra en la Franja de Gaza, la carrera política del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, parecía condenada. Casi dos años después, la guerra continúa y Netanyahu ha afianzado una inusual posición de fortaleza al interior de su país.
Nuestra investigación, que realizamos a lo largo de medio año y que contiene muchos detalles que no se habían divulgado antes, cuenta la historia entre bambalinas de cómo Netanyahu sobrevivió y luego prosperó mientras la guerra se alargaba. El reportaje lleva a los lectores al ala del hospital en la que estaba Netanyahu en julio de 2023, a su casa en los minutos posteriores al inicio del ataque del 7 de octubre, al cuartel general militar israelí en los días siguientes y al interior de varias negociaciones de alto al fuego y debates del gabinete israelí en 2024 y 2025.
A través de entrevistas con más de 110 funcionarios de Israel, Estados Unidos y todo el mundo árabe, así como una revisión de decenas de registros gubernamentales y otros documentos, revelamos cómo las acciones de Netanyahu primero hicieron a Israel más vulnerable al desastre de octubre y luego contribuyeron a prolongar y extender la guerra subsiguiente. De manera inesperada, la expansión de la guerra permitió a Israel derrotar a Hizbulá y debilitar a Irán. Pero ese alargamiento del conflicto en Gaza acarreó un sufrimiento implacable para los palestinos, provocó la muerte de rehenes israelíes y permitió a Netanyahu aplazar un ajuste de cuentas político.
A continuación, cinco conclusiones de la investigación.
Antes del 7 de octubre, Netanyahu ignoró advertencias reiteradas sobre un posible ataque
Mientras Netanyahu convalecía en su bata de paciente en el hospital en julio de 2023, un general de alto rango le llevó una evaluación preocupante de los servicios de inteligencia. El informe advertía que los enemigos de Israel, incluido Hamás, habían notado la inquietud interna del país, desencadenada por el plan divisivo de Netanyahu para debilitar el poder judicial, y estaban preparando un ataque.
Netanyahu hizo caso omiso de esa y otras advertencias, y su gobierno prosiguió con los cambios al sistema judicial, aprobando horas después una ley que limitaba al poder judicial, lo que generó más disturbios. Dos días después, los dirigentes de Hamás volvieron a advertir la agitación en Israel y decidieron que había llegado el momento de realizar un atentado planeado desde hacía tiempo.
Netanyahu eludió la responsabilidad e intentó culpar a los funcionarios de defensa
Minutos después de que comenzara el ataque, en octubre de 2023, en el nadir de su carrera política, Netanyahu ya estaba empezando a emprender un acto personal de supervivencia. “No veo nada en los servicios de inteligencia”, dijo Netanyahu en una de sus primeras llamadas telefónicas de aquel día. Fue su primer desvío de la culpa y un primer indicio de cómo Netanyahu intentaría alargar su vida política al culpar a los jefes de seguridad e inteligencia de no haber evitado el atentado.
Mientras los combates seguían estallando en el sur de Israel, el equipo de Netanyahu informó a las personas influyentes que simpatizaban con él, diciéndoles que eran los generales quienes tenían la culpa del peor fracaso defensivo de la historia de Israel. Al mismo tiempo, se movilizaron para impedir la filtración de conversaciones que pudieran resultar problemáticas para Netanyahu, impidieron que los militares hicieran grabaciones oficiales de sus reuniones con Netanyahu y organizaron el registro de generales —incluido Herzi Halevi, jefe del ejército— en busca de micrófonos ocultos.
Más adelante, el equipo de Netanyahu ordenó a los archivistas que alteraran los registros oficiales de sus primeras llamadas telefónicas el 7 de octubre. Luego filtraron un documento sensible a un periódico extranjero –eludiendo el sistema de censura militar de Israel— para desacreditar a los críticos de Netanyahu, entre los que estaban las consternadas familias de los rehenes que seguían en Gaza.
Para evitar alienar a los aliados de extrema derecha, Netanyahu alargó las negociaciones de la tregua
En las primeras horas de la guerra, Netanyahu rechazó una oferta del líder de la oposición israelí para formar un gobierno de unidad, prefiriendo permanecer en una coalición con los extremistas de ultraderecha, quienes tenían más probabilidades de permitirle permanecer en el poder después de la guerra. Esa decisión hizo que durante toda la guerra estuviera en deuda con las exigencias de la extrema derecha, en particular sobre la cuestión de si se debía hacer una tregua con Hamás y cuándo.
Cuando el impulso hacia un alto al fuego parecía aumentar, Netanyahu atribuyó una importancia repentina a objetivos militares que antes parecía menos interesado en conseguir y que los altos mandos militares le decían que no merecían la pena por su costo, como la toma de la ciudad meridional de Rafa y, más tarde, la ocupación de la frontera entre Gaza y Egipto.
Arabia Saudita y Estados Unidos estaban dispuestos a llegar a un acuerdo de paz histórico entre Israel y Arabia Saudita. Netanyahu se mostró reticente
Durante las intensas conversaciones mantenidas con sus homólogos estadounidenses en mayo de 2024, los dirigentes saudíes dieron el paso riesgoso de señalar que estaban dispuestos a establecer lazos formales con Israel, siempre y cuando terminara la guerra en Gaza, Estados Unidos hiciera concesiones a Arabia Saudita e Israel iniciara el proceso de reconocimiento del Estado palestino. “Acabemos con esto”, dijo el gobernante de facto de Arabia Saudita, el príncipe heredero Mohammed bin Salman, en una reunión nocturna sobre las partes saudíes y estadounidenses del acuerdo.
La resistencia de Netanyahu a tomar ese camino fue una de las muchas cuestiones que tensaron las relaciones entre Estados Unidos e Israel durante la presidencia de Joseph R. Biden Jr. En diciembre de 2023, mientras aumentaba el número de muertos en Gaza, Biden se sintió tan frustrado en una llamada con Netanyahu que finalizó de manera abrupta la conversación. Cuando las conversaciones para el alto al fuego se estancaron meses después, los funcionarios estadounidenses citaron encuestas que mostraban que más del 50 por ciento de los israelíes apoyaban en ese momento un acuerdo sobre los rehenes en lugar de continuar con la guerra.
“No el 50 por ciento de mis votantes”, respondió Netanyahu.
El conflicto en Líbano, Siria e Irán ayudó a restablecer el prestigio perdido de Netanyahu
Al comienzo de la guerra, Netanyahu evitó dar pasos que pudieran ampliar el conflicto a una guerra total con Hizbulá e Irán, aliados clave de Hamás. Suspendió un gran ataque contra Hizbulá en los primeros días de la guerra y evitó escaladas incontrolables con Irán.
Pero casi un año después de iniciada la guerra, una secuencia de éxitos imprevistos de los servicios de inteligencia llevaron a Israel a asesinar a varios altos mandos de Hizbulá. Envalentonado, Netanyahu ordenó el asesinato del líder de Hizbulá y la invasión de su bastión, en el sur de Líbano, destruyendo gran parte de su arsenal.
Posteriormente, Israel consiguió acabar con gran parte del sistema de defensa antiaérea iraní, lo que debilitó considerablemente la amenaza iraní. Ahora, ni Irán ni Hizbulá podrían proteger al presidente sirio Bashar al Asad frente al avance de los rebeldes, lo que provocaría la destitución de otro antiguo enemigo de Israel.
Netanyahu, con Teherán inusualmente vulnerable, procedió entonces a un ataque contra Irán que se convirtió en el episodio más grande de su carrera política. Celebrada en Israel como una victoria, la campaña militar dejó al partido de Netanyahu en una posición más sólida en las encuestas que en ningún otro momento desde octubre de 2023.
The New York Times