Bartolo Alvarado: El Ciego de Nagua que refinó el merengue de acordeón

Santiago, 7 de julio – Por su extensa discografía, innovaciones, aportes musicales e interpretación de temas emblemáticos, expertos coinciden en que Bartolo Alvarado, conocido como «El Ciego de Nagua», llevó el merengue de acordeón a nuevas alturas, vistiéndolo simbólicamente con saco y corbata.

Oriundo de la comunidad La Jagüita en el municipio de Cabrera, en la región norte del país, Bartolo Alvarado Pereira, como era su nombre real, comenzó a tocar el acordeón desde una edad temprana. Con el tiempo, desarrolló un talento extraordinario que lo catapultó, junto al género del merengue, tanto a nivel nacional como internacional.

A lo largo de su carrera, Alvarado logró popularizar cientos de merengues con su estilo distintivo y su voz única. Entre sus éxitos más reconocidos se encuentran «Mariita», «El problema de Ramón», «La luz (el fua)», «Tú crees así», «Hasta donde le dicen Cirilo», «El diente de oro», «El colita blanca», «La cruz de oro», «Chiche Bello» y «La vecinita». Estas canciones, algunas de su autoría y otras de colegas, se convirtieron en pilares de la música típica dominicana.

Para muchos conocedores de la música, «El Ciego de Nagua» ha sido uno de los más grandes exponentes del merengue de acordeón. «El estilo típico se divide en dos: Tatico Henríquez y el Ciego, pero Bartolo lo refinó y le puso saco y corbata al merengue de acordeón», afirmó el músico e investigador Juan Robles.

Durante los últimos 50 años, el estilo de Alvarado ha predominado en la música típica dominicana. El laureado tamborero y antiguo miembro de la agrupación de Alvarado, resaltó cómo el Ciego llevó el ritmo de güira, tambora y acordeón a escenarios de élite en Santiago, lugares que no solían recibir este tipo de música.

El presidente de la Asociación Dominicana de Músicos Típicos (Asomutido), Wilfredo Familia, valoró inmensamente el aporte de Bartolo Alvarado. Destacó que su estilo armonioso y colorido en cada interpretación estableció un patrón a seguir, convirtiéndolo en un referente esencial de la música vernácula dominicana.

El saxofonista típico Potro Hernández, quien ha tocado con varios de los mejores acordeonistas del género, calificó a Bartolo Alvarado como el mejor. Hernández destacó la confianza que Alvarado otorgaba a sus músicos para desarrollarse, así como su disciplina y organización tanto musical como laboral.

Además de ser un músico talentoso, Bartolo Alvarado fue compositor, director de agrupaciones, arreglista e intérprete de merengues que se han convertido en clásicos de la música típica dominicana. Durante su carrera, grabó más de 25 álbumes y su música comenzó a sonar en la radio dominicana desde sus inicios. Su primera gira a los Estados Unidos fue en 1973, donde firmó un contrato con la compañía Discomundo.

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