BC cambia de estrategia: menos intervenciones y más liquidez

Por Ramón Núñez

Entre 2004 y 2019 el Banco Central fue consistente en cumplir con su papel principal de preservar la estabilidad de los precios y las inyecciones de liquidez, vía reducción del encaje legal, fueron en contadas ocasiones, más bien se manejó la liquidez mediante las operaciones de mercado, el tipo de cambio tuvo una depreciación en el entorno de 3.0% y la economía creció a una tasa promedio de 5.7%.

Ese desempeño se apoyó en una política fiscal caracterizada por elevados niveles de inversión pública, 4.0% del PIB entre 2004-2012 y 3.5% entre 2012-2019, que impulsaron el crecimiento mediante mayores niveles de consumo e inversión privada.

A partir de 2020 el Banco Central cambió de postura monetaria con mucha frecuencia: 2020 y 2021 flexible, 2022 y parte de 2023 restrictiva, segundo semestre de 2023, 2024 y 2025 de vuelta a la flexibilidad, salvo con las medidas restrictivas en marzo de 2025 dirigido a los intermediarios financieros, para frenar el alza en el tipo de cambio.

El Banco Central entre 2020-2025 trató de armonizar lo que es una trinidad imposible: estimular el crecimiento, disminuir las tasas de interés y mantener estable el tipo de cambio. El resultado ha sido una erosión en el mecanismo de transmisión de la política monetaria.

El Fondo Monetario Internacional lo reconoció en el Informe del Artículo IV de 2025, recomendando fortalecer la transmisión reduciendo las medidas excepcionales de liquidez y manteniendo un régimen cambiario flexible con intervenciones únicamente para suavizar choques severos.

El estímulo monetario, sin embargo, no rindió frutos: la economía creció apenas 2.4% en 2023 y en 2025, al mes de octubre, solo 2.0%.

El tipo de cambio ha tenido tres picos de depreciación en marzo (63,43), agosto (63.39), septiembre (64.13), en noviembre se redujo, pero en la primera semana de diciembre superó el umbral de 64.70 pesos por dólar. A pesar de esto el BC no intervino el mercado cambiario en octubre y noviembre.

La Tasa de Política Monetaria ha perdido capacidad de influir en el resto de las tasas, mientras la liquidez continúa determinando el comportamiento del crédito. A noviembre de 2025 los billetes emitidos aumentaron en 10.4%, el medio circulante M1 en 9.1%, la oferta monetaria ampliada en 11.1% y el dinero en sentido amplio en 12.9%, todos más del doble del crecimiento nominal de la economía.

A esto se sumó que el 11 de diciembre vencieron RD$90 mil millones en notas, de los cuales el Banco Central solo renovó RD$12.1 mil millones. Como consecuencia, el viernes 12 de diciembre la liquidez alcanzó RD$168.7 mil millones, superando incluso el máximo observado durante la pandemia (RD$158 mil millones).

Esa abundante liquidez explica una caída de 340 puntos básicos en la tasa pasiva promedio ponderada (la que pagan a los depositantes), sin embargo la activa promedio ponderada (a la cual prestan) apenas se redujo 60 puntos básicos.

Todo indica que el Banco Central se ha inclinado por mantener una liquidez elevada para reducir las tasas de interés, combinada con una política cambiaria de mínimas intervenciones, en línea con las recomendaciones del FMI.

Si la inflación, que ya alcanzó 4.81% en noviembre (con los alimentos creciendo 8.13%), se sale del rango meta de 3-5%, esta estrategia podría verse obligada a cambiar.

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