Cambio de rey
Madrid, 28 dic- La conquista del Mundial de Fórmula Uno por parte de Max Verstappen no supuso sólo el estreno de un neerlandés en el historial del campeonato: implicó el cambio de monarca en la categoría reina, en la que el capitán de Red Bull destronó al siete veces campeón del mundo inglés Lewis Hamilton (Mercedes), que apuntaba a un inédito octavo título.
‘Mad Max’ le arrebató el trono a Sir Lewis, nombrado Caballero de la Reina Isabel después de que el año pasado igualase las siete coronas del alemán Michael Schumacher y que fue investido oficialmente hace dos semanas en una ceremonia que ofició el heredero de ésta, el Príncipe Carlos.
Lo hizo en el Mundial más apretado, emocionante y polémico de los últimos años, que no se resolvió, literalmente, hasta la última vuelta de la última de las 22 carreras: en Abu Dabi, la capital de los Emiratos Árabes Unidos.
El nuevo ídolo de los Países Bajos, de 24 años, y el excéntrico y espectacular campeón de Stevenage, de 36, llegaron empatados a puntos a la última carrera, en Yas Marina; después de que el campeonato pareciese casi decantado a favor del líder de Red Bull en dos ocasiones -tras las dos carreras de Austria y después de la de México- y de que otras tantas veces el capitán de Mercedes demostrase no sólo su gran talento y su enorme voracidad, sino su desmedida capacidad de resiliencia.
Pero un brillantísimo Verstappen -que con 18 se convirtió en el más joven en ganar una carrera, precisamente en España- evidenció maestría, supo gestionar la presión y se llevó el título en una temporada en la que firmó la mitad de las veinte victorias que ya suma en la F1.
Hamilton había ganado, en Interlagos (Brasil) y en las debutantes Qatar y Arabia Saudí, las tres carreras previas al cierre; y puso al rojo vivo un Mundial en el que el humo también salía de los despachos: hubo accidentes en Silverstone (Inglaterra) y en Monza (Italia); y nuevos incidentes entre ambos contendientes, en Sao Paulo y en la árabe Yeda, que convirtieron en muy manifiestamente mejorables, también, las relaciones entre los responsables de las dos escuderías dominantes.
En Abu Dabi, Verstappen salió desde la ‘pole’ y Hamilton lo rebasó en pista, en acción controvertida que no mereció investigación. Pero cuando el inglés lideraba no sin cierta comodidad la carrera, a falta de cinco giros se produjo el accidente del canadiense Nicholas Latifi (Williams) que provocó la entrada en pista del coche de seguridad. La carrera se relanzó en la última vuelta y Verstappen, que había puesto neumático fresco, se lanzó a muerte, rebasó a Hamilton y ganó la carrera y el título.
El final fue de nuevo extremadamente polémico. Mercedes -que ganó por octava vez seguida el Mundial de Constructores- presentó dos protestas contra lo que entendían proceder no reglamentario durante la presencia en pista del ‘safety car’, que fueron desestimadas; y anunció un recurso que no llegó a presentar. Ni Hamilton, ni los responsables de su escudería comparecieron en la Gala de la FIA (Federación Internacional del Automóvil), en París, que galardonaba, entre otros, a todos los campeones del mundo de 2021. Y el año se cierra con rumores acerca de una posible retirada del astro británico, estadísticamente el mejor piloto de la historia, que elevó este año a 103 sus propios récords históricos de ‘poles’ y victorias en la categoría reina del motor.
En la división de honor del automovilismo se volvió a hablar español con frecuencia. El mexicano Sergio Pérez, de 31 años, que firmó, en la de su debut con Red Bull, su mejor temporada y acabó cuarto el campeonato, fue pieza clave a la hora de poner su talento en favor de Verstappen. ‘Checo’ elevó a dos, al ganar en Azerbaiyán, su nómina de victorias en F1, en la que ya cuenta con 15 podios, uno de ellos este año ante su afición, en Ciudad de México. Y los españoles Carlos Sainz (Ferrari, de 27) y el doble campeón mundial Fernando Alonso (Alpine), que cumplió 40 durante la temporada de su regreso a la categoría reina -tras dos ausente-, también brillaron en 2021.
Sainz, que debutaba con la escudería más laureada de la historia, completó su mejor campaña, que remató en Yas Marina al acabar tercero una carrera que lo aupó al quinto puesto final del campeonato -dos por delante de su compañero monegasco Charles Leclerc. El talentoso piloto madrileño firmó cuatro podios este curso y ya cuenta seis ‘cajones’ desde que pilota en la F1.
Alonso, que durante las dos temporadas que no compitió en la categoría reina ganó el Mundial de Resistencia (WEC) y, entre otras, las 24 Horas de Le Mans (Francia, dos veces) y las 24 Horas de Daytona (Florida, EEUU), regresó con miras a readaptarse a una categoría que el año que viene experimentará un importante cambio en el reglamento y que, sobre el papel, ofrecerá nuevas posibilidades de éxito.
El doble campeón mundial asturiano completó la mejor temporada de su carrera en la F1 desde 2014, su último año en Ferrari, antes de afrontar su segundo periplo en McLaren. Volvió a subir al podio, al acabar tercero en Losail (Qatar), siete años después de que lo hubiese logrado por última vez, al finalizar segundo, de rojo, en Hungría. Y acabó el Mundial décimo, una plaza por delante de su compañero francés Esteban Ocon, que festejó en el Hungaroring la primera victoria de Alpine (la antigua Renault), gracias a la magnífica labor de contención que de Hamilton hizo en esa carrera el genio astur. Fue galardonada por la FIA como la ‘Mejor Acción del Año’ que está a punto de cerrarse.
No son pocos los que comparan a Verstappen con Alonso, que, en una entrevista con Efe que tuvo lugar en Austria el pasado mes de julio indicó que el neerlandés era el piloto al que más le gustaba ver.
Ambos pusieron fin, a la misma edad (24 años) a los reinados más largos de la F1. Alonso -campeón en 2005 y 2006, con Renault- destronó al ‘Kaiser’, ganador en 1994 y 1995 con Benetton y que encadenó cinco Mundiales entre 2001 y 2004, con Ferrari. Verstappen le arrebató el trono a Hamilton, que se coronó por primera vez en 2008, con McLaren; y que ganó los otros seis (2014-15 y 2017-20) con Mercedes.
Adrian R. Huber
EFE