Cándido Mercedes: “La cultura dominicana es visceralmente machista y violentamente estructurada”
Santo Domingo, 18 octubre. – “La República Dominicana tiene una cultura visceralmente machista, estructurada sobre la violencia, y eso no se cambia solo con leyes ni con más cárcel”, afirmó el sociólogo y catedrático universitario Cándido Mercedes al abordar el fenómeno de los feminicidios y la violencia de género.
Para el también analista social, “el principal componente de la violencia en República Dominicana no es la pobreza ni la desigualdad, aunque son factores relevantes, sino la cultura”.
Durante su participación en el programa Propuesta de la Noche, que conducen los periodistas Manuel Jiménez y Carlos Arturo Guisarre por los canales 52 y 22 de Teleimpacto, Mercedes profundizó en las causas estructurales del feminicidio en el país.
Señaló que más allá del enfoque penal, se requiere una transformación cultural sostenida: “Aquí estamos penalizando, pero no estamos atacando el origen del problema. Lo que hay que hacer es reeducar al hombre dominicano desde la niñez”.
El sociólogo describió las distintas formas de violencia que afectan a las mujeres, citando la violencia económica, patrimonial, sexual, ideológica y vicaria. “Aquí un hombre sabe que se va a divorciar de su mujer y empieza a despojarla de todo, esa es violencia patrimonial. O utiliza a los hijos para hacerle daño a la madre, eso es violencia vicaria”, explicó.
Mercedes sostuvo que la socialización en el país transmite patrones violentos desde edades tempranas. “En República Dominicana, si Carlos me habla duro, yo le hablo más duro. Esa es nuestra lógica social. Aquí todavía hay hombres que creen que la mujer es de su propiedad, y cuando pierden ese control, apelan a la violencia física”, afirmó.
Al referirse a los cambios en la dinámica de género, apuntó que el avance educativo y profesional de las mujeres ha generado tensiones con el rol tradicional masculino: “Actualmente, casi el 70 % de la matrícula universitaria es femenina.
Eso significa que en unos años la mayoría de los puestos gerenciales y de supervisión estarán ocupados por mujeres. Y cuando una mujer con formación argumenta, el hombre que se ve acorralado, y que biológicamente tiene más fuerza, recurre a la violencia”.
Aseguró que este patrón no es casual, sino cultural: “Desde 1492, la violencia ha estado normalizada en nuestra sociedad. Esa herencia de brutalidad se arraigó. Competían hasta por quién degollaba más rápido”.
Sobre el debate conceptual entre “feminicidio” y “crimen pasional”, Mercedes reconoció que hay diferencias técnicas, pero insistió en que el eje es la violencia por razones de género.
“Si el móvil es una relación íntima o el control sobre la mujer, es un crimen pasional, pero también es feminicidio. Aunque la matanza no haya sido en contexto de relación, sigue siendo violencia de género”.
Lamentó que las propuestas políticas y legislativas se concentren en la penalización y no en la prevención. “Aquí hay casas de acogida, medidas de alejamiento y penas severas, pero los feminicidios siguen ocurriendo. El problema no se resuelve con más cárcel, sino atacando la raíz. Hay que crear mecanismos de cohesión social, educar en cultura de paz desde la infancia”.
A propósito del caso reciente de un hombre que fue liberado tras cumplir una pena por violencia doméstica y al día siguiente secuestró y golpeó a su pareja, Mercedes cuestionó el sistema: “Eso pasó ayer en Montecristi. El tipo había sido condenado, cumplió, salió y fue a agredirla de nuevo. Entonces, ¿qué estamos haciendo?”.
También vinculó el bajo nivel educativo con los altos índices de violencia. “El promedio de escolaridad en República Dominicana es sexto grado. Mientras menos educación hay, más violencia existe. Aunque claro, también hay casos de profesionales agresores, y ahí entra la salud mental. Hay más de 400 enfermedades mentales, muchas de ellas invisibles”.
“No es posible que un ser humano, en uso de su racionalidad, cometa un feminicidio. Esas son acciones dominadas por emociones negativas que ciegan. Cuando se le pasa la ira, muchos se suicidan. Por eso le digo a la gente: no se tomen decisiones en medio del enojo”.
En otro tramo del programa, Mercedes abordó el tema del endeudamiento público. Rechazó el enfoque partidista del debate actual entre gobierno y oposición, y afirmó que “los cuatro últimos presidentes tienen responsabilidad en el nivel de deuda que hoy enfrenta el país”.
Indicó que en el año 2000 la deuda pública no financiera era de aproximadamente 1,200 millones de dólares, y que fue creciendo progresivamente: “Hipólito la llevó a 6,500 millones; Leonel siguió. Lo que hay que ver no es quién se endeudó más, sino qué hicimos con ese dinero”.
Criticó la falta de transparencia en el manejo de la deuda: “El pueblo no gana nada con esa discusión política. No nos dicen en qué se usa la deuda. Hay que tener claro si es deuda para inversión o para gasto. El país necesita un nuevo modelo de desarrollo”.
Mercedes cerró su intervención planteando la necesidad de inteligencia emocional, salud mental accesible y una reforma cultural profunda: “Aquí si tú eres supervisor y un subalterno aporta una buena idea, lo votas por miedo a que te sustituya. Esa es la mezquindad humana que alimenta la violencia. Hay que aprender a convivir con la diferencia. La riqueza está en la diversidad”.