Caso Coral y Coral 5G: Raúl Alejandro Girón Jiménez revela detalles del presunto entramado de corrupción

Santo Domingo, 4 de agosto – En una audiencia reveladora, Raúl Alejandro Girón Jiménez, un testigo clave en el caso de presunta corrupción Coral y Coral 5G, brindó un relato detallado de su involucramiento en el entramado desde sus inicios en 2005.

En ese momento, Girón se desempeñaba como asistente o ayudante de nóminas en la Dirección Central de Policía de Turismo (Politur), antes de ser reclutado por Rafael Núñez de Aza, también imputado, para trabajar como auxiliar de contabilidad en una agencia de cambio, donde conoció a Rossy Guzmán.

Girón explicó que la trama de corrupción comenzó con la llegada de Núñez de Aza a Politur, y describió cómo se desviaban fondos de la institución con la colaboración de varios empleados.

Subrayó que nunca operó solo, sino que siempre contaba con la participación de otras personas, incluyendo a Erinson Bren Rosario, conocido dentro del grupo como «cabeza recolectora», y otros miembros del departamento financiero.

«Quiero dejar esto claro, porque quieren decir que yo he estado haciendo esto solo. Nunca he manejado esto de forma sola, sino en conjunto con esa persona que le mencioné (Erinson Bren Rosario), así como otros más y demás miembros del departamento financiero. Cada vez que había que entregar un dinero íbamos en conjunto donde el señor Rafael Núñez a entregar ese dinero, nunca lo hice solo», aclaró Girón.

El Crecimiento del Entramado y la Recolección de Fondos

A medida que el entramado crecía y los fondos recolectados aumentaban, el dinero se destinaba a cubrir necesidades personales de Núñez de Aza y de Nurys Lantigua, quien también fue implicada en la trama.

Girón detalló que Lantigua, como gerente financiero, jugaba un papel crucial en la gestión del dinero, incluyendo la solicitud de préstamos bancarios que luego él debía pagar por orden de Núñez de Aza. Estos préstamos se mantuvieron desde 2010 hasta 2021, momento en el que el esquema fue desarticulado.

«La señora Nurys Lantigua era quien en un principio nos entregaba el dinero. Ella solicitaba unos préstamos en el banco BHD y dentro de mis funciones, el coronel Núñez de Aza me ordenaba pagarlos», indicó Girón, subrayando que los documentos que respaldan sus declaraciones forman parte de las pruebas presentadas en la investigación.

Además de gestionar préstamos, Girón también era responsable de pagar los honorarios de un maestro constructor, Rafael Suárez, encargado de una propiedad de Núñez de Aza en Colinas del Oeste, Santo Domingo Oeste. Esto incluía la compra de una camioneta para Suárez, como forma de pago y para facilitar la movilización de materiales.

Venta de especialismos y otras irregularidades

Girón describió una operación conocida como «venta de especialismo», iniciada por Núñez de Aza, que consistía en incluir a personas en la nómina a cambio de RD$100,000.

Estos empleados fantasma cobraban sueldos sin realizar ninguna labor, beneficiándose del sistema hasta que se pensionaban. Esta práctica continuó a pesar de las advertencias de altos mandos policiales, como el entonces jefe de la Policía, Ney Aldrin Bautista, quien manifestó su descontento en una reunión con varios funcionarios, incluyendo al director de Cestur, general Juan Carlos Torres Robiou.

«A esa reunión tuvimos que asistir todos de la gerencia financiera y el director de la Policía dijo textualmente: ‘A mí me tienen harto con la venta de especialismos y yo quiero que eso se acabe y no quiero que me digan que un encargado de nómina, un Girón es que está vendiendo especialismos, un tenientico viejo”, relató Girón, destacando que, pese a las advertencias, la práctica continuó sin interrupciones.

Otro aspecto oscuro de la operación fue la utilización de fondos de Politur para fines personales y comerciales, como financiar torneos de softbol de la empresa «Megatin» de Núñez de Aza. Los fondos también se utilizaron para la compra de teléfonos iPhone de última generación, que eran adquiridos en grandes cantidades y distribuidos entre altos funcionarios, incluyendo a Adán Cáceres y Esmeralda Ortega Polanco, gerente del Banco de Reservas, según el relato del testigo estrella de la fiscalía.

«Había que determinar personas que tuvieran visa americana, había que pagarle hospedaje por dos y tres días antes con el dinero que se recolectara de Politur, de las nóminas, y del Cusep, y luego había entonces que darle el dinero y ellos venir esos mismos días con los equipos», detalló Girón sobre la logística detrás de la compra de los dispositivos en Estados Unidos.

Complicidad y beneficios de Juan Carlos Torres Robiou

Raúl Alejandro Girón Jiménez también apuntó al general Juan Carlos Torres Robiou, quien según él, estaba al tanto de las actividades fraudulentas en Politur. Afirmó que Torres Robiou solicitó incluir a dos empleadas domésticas en la nómina civil de Politur para evitar pagar sus beneficios laborales, lo que indicaba una complicidad en el uso indebido de fondos públicos.

«Porque el general no tenía que pagarle seguridad social, no tenía que pagarle seguro médico a sus empleadas, porque en el momento en el que usted cobra en el Estado dominicano, a usted le sale inmediatamente el seguro, en este caso de Senasa,» explicó Girón, señalando que todo lo que hacía en nómina sin el conocimiento de Torres Robiou era para beneficiarlo a él.

Girón también denunció que Núñez de Aza utilizó la cédula de su padre para realizar una venta ficticia de una propiedad en Balcones del Atlántico, Las Terrenas de Samaná, en beneficio de Torres Robiou. Declaró que, al momento de la transacción, su padre no estaba en el país, lo que evidencia la falsedad de la operación.

«Rossy Guzmán nunca ha visto a mi papá en persona más que por esa cédula», agregó, refiriéndose a la implicación de Guzmán en el caso.

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