Casos de dengue siguen abarrotando hospitales de Santo Domingo

Santo Domingo, 24 octubre – Los hospitales pediátricos de Santo Domingo se enfrentan a una creciente presión a medida que las cifras de pacientes, en su mayoría niños, infectados con el virus del dengue continúan en aumento.

La ocupación hospitalaria se ha disparado, y la situación ha llegado a un punto en el que los nuevos pacientes que llegan con síntomas positivos de dengue se ven obligados a recibir atención en las áreas de emergencia debido a la falta de camas disponibles.

Un ejemplo de esta crítica situación se observa en el Hospital Hugo Mendoza, donde familiares de pacientes afectados por el dengue han informado que, debido a la saturación de las áreas de tratamiento, sus seres queridos son internados en la sala de emergencia, a la espera de que se disponga de un espacio adecuado para su atención.

María Reynoso, cuyo recién nacido ha estado recibiendo atención en una incubadora durante un mes, ha compartido su preocupación por la falta de información sobre casos críticos de dengue que no se hacen públicos. Según su testimonio, ha sido testigo de la muerte diaria de uno o incluso dos niños, y a menudo observa a los padres llorando en las afueras del hospital sin que estas tragedias sean ampliamente conocidas.

Este testimonio fue respaldado por otras personas, como Liliana Ferrera, cuya nieta de nueve años ha estado siendo atendida en la sala de emergencia del Hospital Hugo Mendoza durante tres días debido a la falta de espacio en las habitaciones.

A pesar de la abrumadora situación, los familiares de los pacientes destacan la calidad de las atenciones brindadas en los hospitales pediátricos de la ciudad. En el Hospital Pediátrico Robert Reid Cabral, la afluencia de pacientes con síntomas febriles, dolor abdominal y náuseas continúa siendo elevada, lo que sugiere la persistente propagación del dengue en diversas regiones del país.

Hasta el momento, no se ha reportado ningún paciente en estado crítico ni se ha registrado fallecimientos en el Hospital Pediátrico Robert Reid Cabral, a pesar del alto número de ingresos y la presión constante sobre las instalaciones médicas.

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