CATALEJO: Drogas y legalización
Por ANULFO MATEO PEREZ
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La ingesta de bebidas alcohólicas en general se asocia con más de 300 mil muertes al año. La Organización Panamericana de la Salud ha llamado a los países de las Américas a limitar los horarios de venta, prohibir la publicidad y aumentar las tasas impositivas a las bebidas alcohólicas.
¿Qué pasaría en los países con pobres y deficientes planes de salud, con un analfabetismo impresionante, con presupuestos insuficientes y debilidades institucionales que imposibilitan los controles existentes en los países europeos, donde se ha legalizado el uso de estupefacientes?
En nuestro país las leyes penalizan el expendio de bebidas alcohólicas y cigarrillos a menores, así como su presencia en esos establecimientos. Lo mismo sucede en cuanto a la prostitución infantil.
¿Cuáles son los controles oficiales existentes en nuestro país para garantizar que menores no sean víctimas de esos tóxicos en centros de expendio, así como de la prostitución vinculada al tráfico y consumo de drogas dirigida por adultos? Los controles son inexistentes.
Después de legalizada la marihuana, cocaína, heroína, entre otras drogas, ¿quién garantiza que no se incrementará el uso y abuso de estas sustancias en adultos y menores?
La legalización en Holanda cambió el “set de actitudes” de la sociedad, presentándose un relajamiento moral y ético frente al consumo de esas sustancias, resultando hoy más influyentes que todos los planes de prevención en el consumo, los cuales van casi siempre a la zaga de la conducta consumista que la ley permite a los más jóvenes y prohíbe a menores.
Lo adecuado sería proteger a la sociedad manteniendo la prohibición del expendio y consumo de drogas, aplicar planes preventivos y enfrentar las causas económicas, sociales y culturales.