CEPAL destaca recuperación de la inversión extranjera directa en América Latina y repunte en República Dominicana
Santiago de Chile, 18 de julio de 2025. – La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), con sede en Santiago de Chile, presentó este jueves su informe anual La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2025, en el que detalla una recuperación moderada de los flujos de inversión hacia la región, aunque con desafíos estructurales persistentes.
El documento subraya el comportamiento de países como República Dominicana, que registraron un repunte significativo en los ingresos de inversión extranjera durante 2024.
De acuerdo con el informe, las entradas de inversión extranjera directa (IED) alcanzaron un total de 188.962 millones de dólares en América Latina y el Caribe durante el año 2024, lo que representa un incremento del 7,1 % respecto al año anterior.
Esta cifra equivale al 13,7 % de la formación bruta de capital fijo regional y al 2,8 % del producto interno bruto (PIB), porcentajes aún por debajo de los promedios registrados en la década de 2010, cuando representaban el 16,8 % y el 3,3 %, respectivamente.
El informe La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2025 fue presentado este jueves en la sede central de la CEPAL en Santiago de Chile, durante un acto oficial que incluyó una conferencia de prensa en línea.
En esta, el secretario ejecutivo del organismo, José Manuel Salazar-Xirinachs, junto al director de Desarrollo Productivo y Empresarial, Marcos Llinás, ofrecieron una exposición detallada de los hallazgos y respondieron preguntas de medios de comunicación nacionales e internacionales, profundizando en los desafíos y oportunidades que enfrenta la región para convertir la inversión extranjera en una palanca estratégica de desarrollo.
El crecimiento observado estuvo impulsado principalmente por la reinversión de utilidades por parte de empresas transnacionales ya establecidas en la región. Sin embargo, la CEPAL advierte que los aportes de capital fresco se mantuvieron estancados, lo que evidencia un limitado interés por parte de nuevas empresas en establecer operaciones en América Latina y el Caribe.
A su vez, se registró un incremento en los anuncios de nuevos proyectos, impulsado en gran medida por el sector de hidrocarburos, mientras que las inversiones en energías renovables y sectores de mayor intensidad tecnológica mostraron una disminución.
Desde el punto de vista geográfico, el informe revela un comportamiento desigual entre subregiones. Mientras que en América del Sur los flujos fueron mixtos, en el Caribe, Centroamérica y México se registró un aumento.
En el desglose por países, Brasil y México encabezaron la recepción de IED con el 38 % y el 24 % del total regional, respectivamente. Colombia, Chile y Argentina, que completan los cinco primeros puestos, registraron caídas con relación al año 2023.
En lo que respecta a la República Dominicana, la CEPAL resalta un aumento en las entradas de IED, impulsadas por inversiones en sectores clave como turismo, manufactura y servicios.
No obstante, el organismo advierte que el país, al igual que muchos de la región, debe avanzar en la implementación de políticas de desarrollo productivo que conviertan estos flujos de capital en motores sostenibles de crecimiento económico y generación de empleo de calidad.
El informe hace hincapié en la necesidad de utilizar la IED como una herramienta estratégica de desarrollo. Para ello, propone fortalecer las capacidades técnicas, operativas, políticas y prospectivas (TOPP) de los Estados para mejorar la atracción y utilización efectiva de la inversión extranjera.
“Creemos firmemente que América Latina y el Caribe debe aprovechar la IED no solo como un flujo financiero, sino como un componente fundamental para alcanzar un desarrollo más productivo, inclusivo y sostenible”, expresó el secretario ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs, durante la presentación del informe.
Otro apartado relevante del estudio se centra en la inversión extranjera en el sector minero, especialmente en minerales críticos para la transición energética como el litio y el cobre.
La región sigue siendo un actor clave en este mercado, concentrando 84 % del valor de los anuncios de proyectos de inversión en minerales y metales entre 2005 y 2024 en solo cuatro países: Chile, Perú, Brasil y Argentina.
Sin embargo, la CEPAL advierte que la mayoría de las exportaciones de minerales críticos continúan siendo de bajo valor agregado, reflejo de una débil articulación entre la atracción de IED y las estrategias de desarrollo productivo.
En su tercer capítulo, el informe aborda la relación entre IED y transformación digital. Aunque América Latina y el Caribe ha logrado avances en digitalización, su participación en los flujos globales de inversión en este ámbito sigue siendo limitada, representando apenas un 7 % del total mundial.
México y Brasil concentran la mayoría de los anuncios de proyectos vinculados a la digitalización, seguidos por Argentina, Chile y Colombia. El informe identifica al sector de telecomunicaciones como el principal receptor de inversión, mientras que el sector de software y servicios tecnológicos concentra la mayor cantidad de proyectos, aunque con montos menores.
La CEPAL concluye que, para aumentar el impacto de la IED en la transformación digital y el desarrollo industrial, es necesario alinear las estrategias de promoción de inversiones con las políticas digitales y de desarrollo productivo, además de fortalecer la gobernanza institucional para una mejor coordinación de políticas.
En conjunto, el informe representa un llamado a los gobiernos de América Latina y el Caribe a redefinir su enfoque hacia la inversión extranjera, dejando de verla únicamente como un recurso financiero y adoptándola como un instrumento de transformación estructural.
En el caso específico de República Dominicana, el documento sugiere que el contexto actual es propicio para reorientar las inversiones hacia sectores estratégicos con mayor potencial de generación de valor agregado, diversificación productiva y sostenibilidad económica.