China mantiene intacto el aumento de su gasto militar en medio de las tensiones con Trump
Jesús Centeno
Pekín, 5 marzo.- China aumentó por tercer año consecutivo su gasto de Defensa en un 7,2 %, hasta los 245.600 millones de dólares, haciendo oídos sordos a la propuesta de Estados Unidos de recortar a la mitad el presupuesto militar de las grandes potencias.
El primer ministro, Li Qiang, aseveró hoy en la sesión inaugural de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo) que el país mantendrá intactos sus esfuerzos para «mejorar la preparación para el combate y salvaguardar la soberanía nacional» tras adelantar previamente que su gasto militar es «completamente necesario».
China se desmarca así del ofrecimiento de Donald Trump de negociar junto con Rusia una reducción del dispendio militar.
Por otra parte, la cifra se da a conocer en medio de crecientes tensiones en el mar de China Meridional -rico en recursos y clave para el comercio mundial-, ejercicios del Ejército para sacar músculo en varios puntos del Pacífico y la mirada puesta en Taiwán, isla que Pekín reclama.

«Nos opondremos a las actividades separatistas y a las interferencias externas (…) Avanzaremos con firmeza en la causa de la reunificación», dijo Li al respecto. Sus declaraciones, en línea con la postura del Gobierno chino en los últimos años, concitaron aplausos entre los casi 3.000 representantes que se reúnen esta semana para trazar la hoja de ruta del país.
El presidente chino, Xi Jinping, que supervisó la cita de hoy, ha enfatizado en los últimos años que no descarta tomar la isla por la fuerza si lo considera necesario y que el Ejército chino debe modernizarse para reducir la brecha existente con EE. UU. y prepararse para hipotéticos enfrentamientos.
La guerra comercial, presente
Al margen, Li fijó de nuevo la meta de crecimiento del país en un 5 %, pese a reconocer el impacto que supondrá la guerra comercial con Estados Unidos tras el regreso de Trump.
Minutos después de desglosar su paquete de medidas, el primer ministro chino reconoció la «creciente complejidad del entorno exterior», en referencia a la vuelta de Trump, la cual tendrá «un mayor impacto» en el país en los campos comercial y tecnológico.
«El unilateralismo y el proteccionismo son un golpe a la estabilidad de las cadenas de suministro globales», indicó Li, que mostró su temor a que los «numerosos factores de tensión geopolítica» afecten a la confianza de mercados e inversores.
El rifirrafe entre ambas potencias se agravó esta semana con la imposición mutua de aranceles: Li aseguró que China plantará cara y que cuenta «con una notable ventaja institucional» y «un vasto mercado, abundantes recursos humanos y estrategias a largo plazo».

Entre los planes, impulsar la Inteligencia Artificial (IA) a gran escala para tomar la delantera en esta tecnología, especialmente después de que DeepSeek irrumpiese con un modelo de bajo coste que ha desafiado la supremacía de los estadounidenses.
«Este año veremos un desarrollo explosivo en este sector. DeepSeek ha roto barreras y demostrado que no se necesitan inversiones millonarias», declara a EFE un delegado de la región semiautónoma de Hong Kong, Yang Debin, en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín, el majestuoso hemiciclo en el que el régimen comunista celebra estas sesiones desde hace ya 65 años.
Cambio climático y demografía
Li anunció también una reducción del 3 % en el consumo de energía por unidad de PIB, si bien Greenpeace afirmó hoy en un comunicado que el país va por el camino de «no alcanzar sus objetivos».
La ONG cree que la estratégica climática china -sigue siendo el país que más contamina en todo el mundo- debe estar «mejor alineada, con un modelo que tienda a la descarbonización».
Por último, adelantó subsidios para fomentar la natalidad para solucionar el problema demográfico del país, cuya población lleva tres años seguidos en descenso.
Así, se darán subvenciones a los cuidados infantiles -los altos costes de crianza son uno de los principales obstáculos de las parejas chinas para tener hijos-, y se fortalecerá el cuidado de quienes se encuentren en situación de dependencia mientras el país avanza sus planes para retrasar la edad de jubilación.
Se calcula que alrededor de 2035 habrá más de 400 millones de personas mayores de 60 años en China, que representarán más del 30 % de la población, con el consiguiente impacto negativo en la fuerza laboral y la economía del país. EFE