COLABORACIÓN
Primero la seguridad nacional
ALEXANDRA IZQUIERDO DE PEÑA
La inestabilidad política y social han sido una constante en Haití durante mucho tiempo, esto ha sido agudizado por desastres naturales que han ocasionado miles de fallecidos, generado hambruna y enfermedades, llevando una crisis que aparentemente no podrá ser librada sin la ayuda internacional.
Para llevar todos estos problemas a su máxima expresión, recientemente un comando armado asesinó al presidente Jovenel Moïse, las bandas que operan dentro de Haití secuestraron a 17 misioneros estadounidenses, a choferes de camiones dominicanos, tomaron el control de los puertos de Haití y han pedido la renuncia de su primer ministro advirtiéndole que si no lo hace habrá derramamiento de sangre.
El sistema político haitiano es frágil y no cuenta con un criterio unificado que evite que sus partidos políticos que son más de 150 puedan ponerse de acuerdo para desarrollar un plan o estrategia nacional conjunta que pueda sacar a ese país del lugar oscuro en que se encuentra.
Ante esta situación, del lado Dominicano hay una realidad que afecta de manera directa la seguridad nacional por lo que nuestras autoridades, así como nuestros empresarios han tenido que tomar correctas y firmes medidas que deben contar con el respaldo ciudadano por la naturaleza del problema que como nación enfrentamos.
Haití es el segundo socio comercial de República Dominicana, pero transportar las cargas más allá de la frontera en estos momentos contempla un tremendo riesgo, tanto para lo que se transporta, como para la seguridad física de los conductores, pero el problema es que existe una gran disyuntiva entre correr el riesgo o dejar que se siga agudizando la crisis ya que, sin los productos que suministra nuestro comercio, Haití no contaría con aprovisionamiento de productos básicos para su alimentación, lo que hace que ese país pase por una crisis humanitaria.
Por otro lado, existen los riesgos de que esa mencionada inseguridad pueda cruzar a la parte dominicana, por ello nuestro gobierno ha desplegado nuevamente la operación Gabion, ha restringido los visados entre otras medidas que consideramos acertadas y como dominicanos debemos valorar la posición del propio presidente cuando expresó “Entre seguridad y comercio, la seguridad va primero”.
Los dominicanos ya hemos expresado nuestra preocupación al más alto nivel internacional y hemos dejado claro que no existe una solución dominicana a la crisis de Haití sin que las grandes potencias que tienen una deuda histórica con ese pueblo caribeño muestran un real interés en ayudar a cambiar la situación del país más pobre del Hemisferio Occidental; cuya tragedia se debe, en gran parte, a la explotación desmedida de sus recursos naturales que fueron a parar a las arcas de países sumamente ricos.
Actualmente nuestra frontera se encuentra resguardada por más de 12 mil soldados dominicanos con la firme misión de mantener la paz y salvaguardar la seguridad nacional de todos los dominicanos, no es momento de revivir las diferencias históricas de los dos pueblos, pero si es necesario garantizar la integridad de nuestro territorio y nuestra gente. Ojalá la comunidad internacional pronto defina acciones en las que todos participemos y podamos colaborar para ayudar a nuestro pueblo hermano de Haití a superar esta crisis y salir adelante, pero todos juntos y con responsabilidades compartidas.