Cómo Juan Soto puede ser mejor
Juan Soto tuvo otra campaña de revelación en el 2021. Tras unos 47 juegos “sobrenaturales” en la temporada abreviada del 2020, el dominicano demostró que dicha actuación no fue cosa de suerte. El año pasado, fijó una marca personal con 7.1 Victorias por Encima del Reemplazo (WAR), según Baseball Reference; encabezó las Grandes Ligas con 145 bases por bolas negociadas; y por segundo año consecutivo lideró a todos los bateadores calificados en porcentaje de embasarse.
Soto es el mejor bateador de las Mayores, con un ojo increíble que le permitió hacerle swing a solamente el 12.2% de las bolas malas en el 2021. Ningún otro bateador que vio por lo menos 750 pitcheos fuera de la zona tuvo un índice por debajo del 15% en ese sentido. El oriundo de Santo Domingo le hizo swing al 35% de los pitcheos que vio, que también fue el mejor índice en Grandes Ligas (mínimo 1,750 pitcheos vistos).
¿Y cuando hizo swing? Los hizo valer, ya que el 23.9% de sus swings produjeron contacto duro, lo que representó el índice más alto en MLB (mínimo de 250 pelotas bateadas). Su índice de batazos duros del 52.7% también fue una marca personal.
Soto ha mejorado en alguna faceta u otra en cada temporada de su corta carrera, por lo que nos provoca preguntar: ¿Qué sigue? A continuación, les damos un vistazo a tres maneras en las que Soto podría mejorar aun más en el 2022.
Seguir elevando la bola
Soto tuvo una de las mejores expresiones de cara a su participación en el Festival de Jonrones el año pasado. “Creo que quizás afecte el swing de los muchachos que están en ritmo, pero creo que va a arreglar el mío, porque estoy dando demasiados batazos por el suelo”, dijo el quisqueyano. “Ojalá arregle mi swing a la hora de tratar de levantar la bola. Eso es lo que he tratado de hacer todo el año”.
Tiene toda la lógica del mundo que el mejor bateador del béisbol supo, a mediados de temporada, lo que necesitaba hacer para mejorar. Y eso fue justo lo que hizo. Luego de que el 40.1% de sus bolas bateadas resultaran en líneas y elevados en la primera mitad de la temporada, ese índice mejoró al 46.9% en la segunda mitad. En total, el 43.2% del contacto de Soto fue de aire, lo cual representó el segundo índice más bajo de su carrera, solamente detrás de su campaña de novato en el 2018 (40.2%).
¿Por qué la fijación con elevar la bola? Porque está comprobado que produce mejores resultados. En el 2021, los bateadores de Grandes Ligas tuvieron promedio de .453 y slugging de .891 en turnos al bate que terminaron en elevados o líneas. Para Soto, esa ventaja fue aun más pronunciada: Promedio de bateo de .563 y slugging de 1.190. Ahora, imagínense si hiciera contacto que diera esos resultados con un índice más alto.
La idea aquí no es cambiar el estilo de swings de una superestrella ni nada por el estilo – simplemente es cuestión de optimizar esos swings que ya está dando y el contacto que está haciendo, y elevar más la bola.
Sí, esto implica algo fuera del control de Soto, porque por más prodigioso que sea con el madero, no puede obligar a los lanzadores contrarios a tirarle strikes. Pero de alguna forma, uno de sus compañeros de equipo sí puede hacerlo. Aquí es donde entra en juego su compatriota, Nelson Cruz, la gran firma invernal de los Nacionales que le da otra dosis de poder a la novena de Washington. Ni hablar del hecho de que Cruz fue firmado como agente libre amateur ocho meses antes de que naciera Soto. Definitivamente, este dúo va a ser dinámico.
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