CREES advierte que los aranceles por sí solos no atraerán inversión extranjera a República Dominicana
Santo Domingo, 12 abril.– Ante el escenario global marcado por el endurecimiento de políticas arancelarias, como las recientemente anunciadas por Estados Unidos bajo el esquema de “aranceles recíprocos”, el Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES) plantea la interrogante: ¿está República Dominicana preparada para captar mayores inversiones en este contexto?
Según el análisis de CREES, el país figura entre las economías afectadas con un arancel del 10% sobre sus importaciones, lo que genera preocupación sobre la capacidad de mantener la competitividad internacional.
De acuerdo con CREES, si estos aranceles se mantienen de forma permanente, República Dominicana debería emprender acciones concretas para compensar ese impacto.
Esto implicaría reducir los costos internos de producción en más de un 10%, incrementar sustancialmente la productividad nacional o una combinación de ambas estrategias. La institución advierte que sin estos ajustes, los efectos de los aranceles podrían repercutir negativamente en la atracción de capital extranjero.
La competitividad, en palabras del CREES, solo puede ser fortalecida a través de reformas estructurales que mejoren el clima de negocios. Estas reformas deben enfocarse en disminuir los costos operativos y estimular la productividad.
En ese sentido, CREES subraya que la inversión es clave, ya que permite el aumento del capital productivo, especialmente en una economía como la dominicana, que no cuenta con suficiente ahorro interno. Este capital posibilitaría el desarrollo de procesos productivos más sofisticados, generando empleos de mayor calidad y mejor remunerados.
En cuanto al desempeño actual de la inversión extranjera directa (IED), CREES indica que esta representa un 3.6% del producto interno bruto (PIB), ligeramente superior al promedio histórico, exceptuando los años 2012 y 2017, que estuvieron influenciados por la venta de acciones de una importante empresa local.
No obstante, el centro advierte que este dato debe ser interpretado con cautela, dado que en contextos de alta inflación como el actual, es esperable que los valores nominales aumenten.
Además, CREES aclara que no toda la IED corresponde a nuevos capitales ingresando al país. En 2021, por ejemplo, el 51.6% de la inversión extranjera correspondió a reinversión de utilidades de empresas ya establecidas en República Dominicana.
Esta proporción fue de 34.8% en 2022 y de 38.9% en 2023, lo que evidencia que gran parte del capital extranjero reinvertido proviene de actores ya presentes en el mercado local.
Para que República Dominicana logre atraer una mayor proporción de inversión extranjera directa y convertirla en un verdadero motor de transformación, CREES insiste en la necesidad de reformas que promuevan un entorno favorable tanto al capital como a la innovación.
Entre las áreas prioritarias para una transformación estructural se encuentran el sistema tributario, el mercado laboral, el sector energético, el mercado de hidrocarburos, la burocracia estatal, y el fortalecimiento institucional para garantizar el cumplimiento de leyes y la resolución ágil de conflictos.
Finalmente, el CREES hace un llamado a romper con la inercia política y económica que ha limitado las reformas estructurales en el país. Advierte que la actual disrupción arancelaria internacional representa una oportunidad única para transformar la economía dominicana. De no aprovecharse, el país corre el riesgo de seguir rezagado en un mundo que evoluciona rápidamente, concluye el CREES
