Crimea se convierte en objetivo enemigo tras sabotaje contra arsenal ruso
Moscú/Leópolis, 16 ago (EFE).- Crimea se convirtió este martes, por primera vez, en objetivo enemigo tras casi seis meses de combates en Ucrania, posible autora de una operación de sabotaje contra un arsenal del Ejército ruso en la anexionada península.
«En la mañana del 16 de agosto a consecuencia de un sabotaje fue destruido un depósito militar en la localidad de Dzhankoe», la capital del distrito homónimo, informó el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado.
El ataque se produjo una semana después de las sospechosas explosiones ocurridas en un aeródromo ruso en el oeste de Crimea y que las autoridades locales atribuyeron a un accidente, pero que la prensa occidental describió como un exitosa operación subversiva ucraniana, que destruyó nueve aviones, según las imágenes de satélite.
RUSIA RECONOCE PRIMER ATAQUE EN CRIMEA
Se trata de la primera vez que el mando ruso admite un sabotaje en la península anexionada en 2014, aunque en ningún momento llegó a acusar directamente a Kiev.
Llas explosiones en el arsenal destruyeron infraestructura civil como una línea de alto voltaje, subestaciones eléctricas, un tramo de línea férrea y varias viviendas, según el mando ruso.
«No hay heridos graves. Se toman las medidas necesarias para subsanar las consecuencias del sabotaje», añadió Defensa.
De momento, las autoridades no informaron de víctimas en el siniestro, que según la administración local obligó a evacuar a cerca a más de 3.000 personas de Maiskoe, localidad aledaña al arsenal.
«Estamos en estado de emergencia», declaró a la prensa el gobernador crimeo, Serguéi Axiónov.
UCRANIA ADVIERTE DE FUTUROS SABOTAJES
Mientras, Kiev, al igual que hace una semana, tampoco reivindicó el ataque, pero dio a entender que el de hoy no será el último.
«Recordaré otra vez que, en un país normal, Crimea se resume en mar Negro, montañas, descanso y turismo. Pero en la Crimea ocupada por los militares rusos, la cosa va de explosiones de arsenales y un aumento del peligro mortal para los ocupantes y los ladrones. La desmilitarización en acción», afirmó en Twitter Mykhailo Podoliak, asesor presidencial ucraniano.
Agregó que «el número de esos excesos va a aumentar. Y, particularmente, en Crimea también aumentarán».
A tenor con esta noticia, el Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB) informó de otros tres actos de sabotaje contra líneas eléctricas de la central nuclear de la región rusa de Kursk, en la frontera con Ucrania, que atribuyó a grupos ucranianos.
«El 4, 9 y 12 de agosto en el distrito Kurchátov de la región de Kursk grupos de saboteadores ucranianos atentaron contra seis torres de alto voltaje, que suministraban energía a la central nuclear de Kursk», señaló.
El ataque afectó al normal funcionamiento de la central atómica, lo que puede ser interpretado como una represalia por los últimos incidentes en la planta nuclear ucraniana de Zaporiyia, bajo control ruso.
TERRORISMO NUCLEAR
Al respecto, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, alertó en su mensaje de vídeo diario que «cualquier incidente de radiación en la central (…) podría ser un duro golpe para muchos países».
Desde la semana pasada Rusia y Ucrania se acusan de ataques a la central nuclear de Zaporiyia, ante lo cual Moscú ha insistido en que el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) visite la instalación, la mayor de su tipo en Europa.
Ucrania puso como condición a esta visita de que la delegación del OIEA acceda a la central desde territorio ucraniano, es decir, cruzando el frente.
El portavoz de la administración prorrusa de Zaporiyia, Vladímir Rogov, señaló que una visita del OIEA a la central sería «un gran paso de avance» sin importar la ruta.
«Es algo que esperamos y sin lugar a dudas garantizaremos la mayor seguridad posible», añadió.
UCRANIA, CARNE DE CAÑÓN PARA OCCIDENTE
Mientras, en las afueras de Moscú, el presidente ruso, Vladímir Putin, aprovechó la X Conferencia Internacional de Seguridad para defender que la «operación militar especial» fue lanzado «en plena consonancia con los estatutos de la ONU», sin precisar a qué se refería.
«Los objetivos de esta operación fueron definidos con precisión y claridad: garantizar la seguridad de Rusia y de nuestros ciudadanos, proteger a los habitantes del Donbás de un genocidio», aseguró.
Putin aprovechó la ocasión para arremeter contra Occidente, que según él, «necesita conflictos para preservar su hegemonía».
«Precisamente por ello prepararon el papel de carne de cañón al pueblo de Ucrania», añadió, al señalar que con ese fin «cerraron los ojos a la difusión de la ideología neonazi, a los asesinatos masivos en el Donbás y continúan atiborrando de armamento al régimen de Kiev».