Criminalidad por sus fueros

PLUTARCO MEDINA G.

En la República Dominicana se está viviendo una situación calamitosa por la que los ciudadanos experimentan gran desconfianza del papel que vienen desempeñando las autoridades, que tienen como función enfrentar el flagelo de la criminalidad.

Los llamados a actuar en consecuencia, no asumen que la criminalidad constituye uno de los principales problemas que acogota a la población en general, que ve como el diario vivir de la sociedad está signado por los atracos, asesinatos, violaciones, y un gran número de manifestaciones criminales.

Según algunas encuestas, la delincuencia ocupa el lugar de principalía en los acuciantes problemas que se ciernen sobre la República Dominicana, seguida por el alto costo de la vida y por el desempleo. Un ejemplo es la Encuesta Nacional de Hogares (Enhogar), que informó que el 64.4% de los dominicanos a partir de los 15 años de edad, consideran el flagelo como el principal problema que enfrenta la ciudadanía.

En tanto, las autoridades, anuncian medidas que terminan siendo inefectivas, reactivas, aseguran enfrentar la cuestión, pero todo se vuelve promesas, pedidos de paciencia y presentación de estadísticas poco creíbles; en otras palabras, lo que se percibe es que en la República Dominicana, “La criminalidad anda por sus fueros”.

Para señalar un solo ejemplo de lo afirmado, nospreguntamos, ¿qué se ha hecho con el fenómeno de los motoristas que aterran a los ciudadanos, sabido que 7 de cada 10 delitos se cometen en motores con dos ocupantes? Según informe de una fiscalía barrial, tan solo en un mes, se recibieron 183 denuncias de ciudadanos que resultaron víctimas de delincuentes a bordo de motocicletas.

El pasado mes de enero, el director del Intrant informó que sería prohibido el tránsito con dos personas a bordo desde las 11:00 de la noche hasta las 5:30 de la mañana; vaya usted a ver, por desacuerdos de distintos sectores no se ha hecho nada, no se ha dicho nada, ni se sabe de ninguna planificación al respecto.

La Constitución de la República del año 2010, estableció como “objetivo de alta prioridad, combatir actividades criminales transnacionales que pongan en peligro los intereses de la República y de sus habitantes”; Se evidencia la preocupación y el empeño de entonces al darle rango constitucional al problema.

Nos referimos a ello, en el entendido de que en la actualidad la criminalidad, de una forma u otra, tiene nexos con el crimen internacional; sin embargo, no vemos que a la mencionada disposición constitucional se le esté dando el carácter que amerita.

Parecería que las entidades llamadas a enfrentar la delincuencia no ejercen acciones que sean producto de una planificación concienzuda, con planes conjuntos y políticas de Estado eficaces para enfrentar el flagelo, pues la Seguridad debe ser integral, en la que cada organismo tiene un papel que cumplir.

Las quejas son recurrentes, y es así, porque la Seguridad es vital para las personas, pues esta indica presencia de confianza para la vida y convivencia social; representa certidumbre para un futuro estable y feliz; alude a la ausencia de riesgos y amenazas; por lo tanto, es una necesidad humana de importancia capital; más aún, es un derecho de la ciudadanía y es una obligación primordial del Estado procurarla y ofrecerla; por ello hay que exigir que se ponga mayor empeño en garantizar la Seguridad ciudadana.

El psicólogo estadounidense Abraham Masllow (1908-1970), famoso por su teoría motivacional, ponía de relieve las jerarquías de las necesidades humanas mediante una pirámide, en la que establecía que la Seguridad ocupa el segundo lugar dentro de tales necesidades a la que sólo le antecedían las necesidades fisiológicas.

Se afirmaba, que satisfaciendo las necesidades de Seguridad, se perseguía la creación y mantenimiento de un estado de orden, de estabilidad y de protección entre otras. También se establecía que cuando falta la Seguridad, aparece el temor de las personas a perder el control de su vida y le asalta el miedo a lo desconocido y a la anarquía.

Ya hasta las escuelas muestran la inadaptación social de los estudiantes desde temprana edad, lo que pone en evidencia que los factores que inciden son variados, como la desintegración y violencia familiar, promiscuidad en el núcleo social, el narcotráfico y consumo de drogas, pues en los alrededores de los planteles escolares existen los llamados “Puntos” que aprovechan la falta de una política estatal de educación y vigilancia adecuada, que preste atención al entorno escolar.

En fin, seguimos esperando por las autoridades estatales, que son las llamadas a efectuar acciones preventivas ante la inseguridad ciudadana, políticas públicas en pro del bienestar de la ciudadanía que resulten de la inversión social tanto en salud, como en integración, empleo y educación.

Necesitamos paz y seguridad, que nos lleve al anhelado desarrollo; el Estado debe tomar el toro por los cuernos, integrando el accionar preventivo que nos lleve a la Seguridad humana en todas sus dimensiones.

El autor es Vicesecretario de la Secretaría de Seguridad y Defensa y miembro de la Dirección Central del Partido Fuerza del Pueblo.

Fuente Listín Diario

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