Crisis Política en Corea del Sur: El Parlamento bloquea la Ley Marcial y el Ejército se retira
Seúl, Corea del Sur, 3 de diciembre – En un giro inesperado, el presidente conservador de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, declaró el martes por la noche una «ley marcial de emergencia». La medida, anunciada en un discurso televisado, fue justificada por Yoon acusando a la oposición de conspirar con Corea del Norte para desestabilizar su gobierno. Sin embargo, la rápida respuesta del Parlamento surcoreano logró bloquear el decreto, obligando al retiro de las tropas del recinto legislativo.
De los 300 diputados que conforman la Asamblea Nacional, 190 estuvieron presentes para votar en contra de la ley marcial decretada por el presidente. Este rechazo dejó en evidencia el amplio consenso parlamentario en oposición a la medida. Según reportes de medios locales, las tropas desplegadas en los alrededores del Parlamento comenzaron a retirarse poco después de conocerse el resultado de la votación.
El líder opositor, Lee Jae-Myung, criticó duramente el decreto y aseguró que cualquier acto bajo las órdenes del presidente sería ilegal, dado que la ley marcial había sido anulada por el poder legislativo.
La decisión presidencial provocó una inmediata reacción ciudadana. Miles de manifestantes tomaron las calles de Seúl y se congregaron frente al Parlamento, exigiendo el fin de la ley marcial. Según imágenes difundidas por las cadenas locales, algunos manifestantes intentaron ingresar al edificio, aunque fueron contenidos por las fuerzas de seguridad.
Con consignas como “¡Fin de la ley marcial!”, los manifestantes expresaron su rechazo a lo que consideraron un intento de concentración de poder por parte del presidente Yoon. La situación recordó episodios históricos de tensión política en Corea del Sur, un país con una democracia relativamente joven y marcada por el trauma de dictaduras militares en el siglo XX.
Una declaración controvertida
En su discurso televisado, Yoon justificó la ley marcial como una medida para «erradicar a las fuerzas pronorcoreanas y proteger el orden democrático constitucional». Acusó a la oposición de llevar a cabo actividades “antiestatales” en connivencia con Pyongyang y aseguró que su gobierno tomaría medidas drásticas para garantizar la estabilidad del país.
Esta es la primera vez desde 1980 que se declara la ley marcial en Corea del Sur, lo que generó preocupación entre la ciudadanía por posibles restricciones a los derechos civiles y la suspensión del funcionamiento democrático.
Bajo las disposiciones de la ley marcial, el Ejecutivo adquiere poderes extraordinarios, incluyendo el control de los medios de comunicación, la suspensión de actividades legislativas y la prohibición de protestas públicas. Según la agencia Yonhap, los militares también llegaron a bloquear las puertas del Parlamento durante la breve implementación de la medida.
Un contexto político convulso
El anuncio de Yoon parece estar más relacionado con una batalla política interna que con una amenaza externa. El presidente acusó a la oposición de bloquear sus iniciativas legislativas y paralizar el gobierno, incluyendo proyectos de presupuesto para 2024.
“El Parlamento ha recortado completamente los presupuestos esenciales para las operaciones nacionales, la prevención de delitos relacionados con las drogas y la seguridad pública. Esto ha dejado a nuestros ciudadanos en un estado de caos”, declaró Yoon en su comparecencia.
La situación política en Corea del Sur ha estado marcada por un enfrentamiento entre el oficialista Partido del Poder Popular (PPP) y el opositor Partido Democrático de Corea (DPK). Desde su llegada al poder hace más de dos años y medio, Yoon ha enfrentado una creciente oposición y una caída sostenida en su índice de aprobación.
Además, la figura de la primera dama, Kim Keon-hee, ha sido objeto de varios escándalos, incluyendo acusaciones de plagio, manipulación de precios de acciones y aceptación de regalos costosos. Estos episodios han complicado aún más la posición del presidente frente a sus rivales políticos.
La política exterior de Yoon también ha marcado un cambio drástico en comparación con su predecesor, Moon Jae-in, quien promovió un enfoque conciliador hacia Corea del Norte. Durante su mandato, Yoon ha reforzado la alianza militar con Estados Unidos y adoptado una postura más dura frente a Pyongyang, priorizando la seguridad frente a las amenazas nucleares del régimen de Kim Jong-un.
Sin embargo, esta orientación hacia la confrontación ha generado críticas internas, especialmente en un contexto donde los problemas domésticos, como la economía y la corrupción, han tomado protagonismo en el debate político.
Un futuro político incierto
El fracaso de la ley marcial representa un duro golpe para Yoon, quien intentó justificar su decisión como una medida de última instancia para mantener el orden y la seguridad. Sin embargo, su movimiento ha sido interpretado por muchos como un intento de aferrarse al poder ante el creciente descontento popular y las trabas impuestas por la oposición.
La reacción unánime del Parlamento y las manifestaciones masivas en Seúl evidencian que la población surcoreana sigue defendiendo los valores democráticos conquistados en las últimas décadas. Aunque las tensiones persisten, el rechazo generalizado a la medida autoritaria podría fortalecer las instituciones democráticas del país.
Mientras tanto, Yoon enfrenta el reto de recuperar su credibilidad y garantizar la gobernabilidad en un entorno político cada vez más polarizado.