Cumbre en la ONU advierte reveses en la educación mundial
NACIONES UNIDAS, 19 sept (IPS)– En los últimos 20 años el número de niños sin escolarizar se ha reducido en 40 por ciento, pero aún quedan 244 millones fuera de las escuelas y se registran “reveses brutales” como en Afganistán, advirtió la Unesco al cierre de la Cumbre sobre la Transformación de la Educación este lunes 19.
Audrey Azoulay, directora general de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), dijo que “a veces, ocurren reveses brutales, como hemos visto con la educación de las niñas en Afganistán”, donde la milicia islamista talibán se hizo con el poder en agosto de 2021.
“Desde hace un año las niñas en Afganistán se han visto privadas del acceso a la educación secundaria. Privarlas de educación ahora significa privarlas de su futuro. Se necesita un cambio inmediato. Hoy reitero nuestro llamado: escuelas abiertas para todas las niñas afganas”, afirmó Azoulay.
Por otra parte, recordó que en todo el mundo, 244 millones de niños y niñas siguen sin ir a la escuela, y que la pandemia covid-19 durante dos años ha acentuado las pérdidas de aprendizaje y exacerbado las desigualdades sociales.
Sus datos muestran que 70 % de los niños de 10 años ahora no pueden entender un texto escrito simple, frente a 57 % de los examinados en 2019.
También el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) advirtió en la Cumbre que “los niveles de aprendizaje son alarmantemente bajos”.
Catherine Russell, directora ejecutiva de Unicef, dijo que “las escuelas con escasos recursos, los maestros mal pagados y poco cualificados, las aulas hacinadas y los planes de estudio arcaicos, están socavando la capacidad de nuestros niños y niñas para alcanzar su pleno potencial”.
“Tenemos que invertir la tendencia actual o enfrentarnos a las consecuencias que se derivan de no haber educado a toda una generación. Los bajos niveles de aprendizaje de hoy en día suponen menos oportunidades en el futuro”, insistió Russell.
La Cumbre fue convocada para el día previo a inaugurarse la 77 Asamblea General de la ONU, por su secretario general, António Guterres, para impulsar el objetivo de una educación de calidad para todos de aquí al año 2030, y adaptar los sistemas educativos para enfrentar desafíos como educación digital, educación para la paz y sobre las cuestiones climáticas.
En sus intervenciones en el marco de esta cumbre, Guterres advirtió que, desde el comienzo de la pandemia, dos tercios de los países han recortado sus presupuestos educativos, “a pesar de que la educación es crucial para sociedades pacíficas, prósperas y estables”.
“Reducir la inversión prácticamente garantiza crisis más graves más adelante. Necesitamos inyectar más, no menos, dinero en los sistemas educativos”, subrayó el titular de la ONU.
Observó Guterres que los países ricos pueden aumentar la financiación de fuentes internas, pero muchos países en desarrollo se ven afectados por la crisis del costo de vida y necesitan urgentemente apoyo para la educación.
Por ello instó a invertir en un nuevo mecanismo, el Servicio Financiero Internacional para la Educación, el cual “no es un fondo nuevo, sino un mecanismo para aumentar los recursos disponibles en los bancos multilaterales para proporcionar financiamiento de bajo costo para la educación” en los países en desarrollo.
Guterres agregó que “con el tiempo, esperamos que se convierta en un mecanismo permanente y complementario de 10 000 millones de dólares para educar a la próxima generación de jóvenes”.
Al respaldar la iniciativa, Azoulay recordó que “la educación no es un costo, sino la inversión más efectiva que existe. En particular, no hay inversión más justa y eficaz que invertir en docentes: contratar más, formarlos mejor, considerarlos mejores”.
Recordó que “el pasado noviembre, en la sede de la Unesco, los Estados miembros se comprometieron a destinar al menos 15 % del gasto público o el cuatro por ciento del producto interno bruto a la educación. Este compromiso es indispensable”.
Dijo finalmente que el llamado de la Unesco se resumen en colocar la educación ambiental en el centro de los sistemas escolares; inversión masiva en educación en medios y forjar el pensamiento crítico de los estudiantes sobre la tecnología digital, y basar toda la enseñanza en los derechos humanos para aprender a vivir juntos en paz.