Decenas de miles huyen de sus hogares por choques entre Tailandia y Camboya

SURIN, Tailandia, 25 julio. — Decenas de miles de personas buscaron refugio el viernes mientras los combates fronterizos entre Tailandia y Camboya entraban en su segundo día, avivando el temor a un conflicto más amplio.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas celebrará una reunión de emergencia sobre la crisis más tarde el viernes en Nueva York, mientras que Malasia, que preside un bloque regional del que forman parte ambas naciones, pidió el fin de las hostilidades y se ofreció como mediador.

El Ministerio de Salud de Tailandia indicó el viernes que más de 58.000 personas habían huido de aldeas a refugios temporales en cuatro provincias fronterizas afectadas, mientras que las autoridades camboyanas reportaron que más de 4.000 personas evacuaron zonas próximas a la frontera.

Los combates han dejado al menos 14 muertos en Tailandia. Camboya confirmó su primera víctima mortal el viernes.

Las tensiones por una zona fronteriza en disputa derivaron en combates luego de que la explosión de mina terrestre en la frontera hirió a cinco soldados tailandeses el miércoles.

Choques en áreas fronterizas

El ejército tailandés reportó enfrentamientos a primera hora del viernes en múltiples zonas, incluyendo a lo largo de la frontera en Chong Bok y Phu Makhuea, en la provincia de Ubon Ratchathani; en Phanom Dong Rak, en la región de Surin, y cerca del antiguo templo Ta Muen Thom. Los reporteros de The Associated Press que estaban cerca de la frontera pudieron escuchar disparos de artillería desde temprano.

Según el ejército tailandés, las fuerzas rivales utilizaron artillería pesada y lanzacohetes BM-21 de fabricación rusa, lo que provocó lo que las autoridades de Tailandia describieron como “fuego de cobertura apropiado” en respuesta.

Tailandia dijo que un soldado y 13 civiles perdieron la vida, incluyendo varios niños. Otros 15 soldados y 30 civiles resultaron heridos, agregó.

El principal funcionario en la provincia camboyana de Oddar Meanchey, el general Khov Ly, reportó que un hombre murió en el acto el jueves después de que un cohete tailandés impactara en una pagoda budista donde se escondía. Al menos cuatro civiles más resultaron heridos en los combates del jueves en la zona.

El ejército de Tailandia negó el viernes haber atacado sitios civiles en el país vecino y acusó a Nom Pen de usar “escudos humanos” al posicionar sus armas cerca de zonas residenciales.

Miles huyen de aldeas próximas a la frontera

A medida que los combates se intensificaban, aldeanos a ambos lados de la frontera quedaban atrapados en el fuego cruzado, lo que llevó a muchos a huir.

Alrededor de 600 personas se refugiaron en un gimnasio de una universidad en Surin, a unos 80 kilómetros del lado tailandés de la frontera. Los evacuados se sentaron en grupos, sobre esteras y mantas, y hacían fila para recibir comida y bebidas.

La costurera Pornpan Sooksai estaba acompañada por cuatro gatos en dos jaulas de tela. Cuando el jueves comenzó el bombardeo, estaba lavando ropa en su casa, cerca del templo Ta Muen Thom.

“Solo escuché, boom, boom. Ya habíamos preparado las jaulas, la ropa y todo, así que corrimos y llevamos nuestras cosas al coche. Estaba asustada, aterrorizada”, recordó.

Rattana Meeying, otra evacuada, apuntó que también vivió los enfrentamientos de 2011, pero describió estos como peores.

“Niños y ancianos fueron golpeados de repente”, afirmó. “Nunca imaginé que sería tan violento”.

En el cercano hospital Phanom Dong Rak, se podían escuchar explosiones periódicas el viernes, y un camión militar llegó al centro con tres soldados tailandeses heridos, incluido uno que había perdido ambas piernas. Los bombardeos del jueves rompieron ventanas en uno de los edificios del complejo y causó daños en el tejado.

En la vecina provincia de Sisaket, más aldeanos tomaron sus pertenencias y dejaron atrás sus hogares en una caravana de autos, camiones y motocicletas después de recibir una orden de evacuación el viernes.

En el lado camboyano de la frontera, las aldeas en las afueras de la provincia de Oddar Meanchey estaban en gran parte desiertas. Las casas estaban cerradas y las gallinas y los perros deambulaban afuera.

Algunos residentes cavaron agujeros para crear búnkeres subterráneos improvisados, cubriéndolos con madera, lonas y láminas de zinc para protegerse de los proyectiles. Se vio a familias con niños empacando sus pertenencias en tractores para evacuar, aunque algunos hombres se negaron a marcharse.

Varios cientos de aldeanos camboyanos se refugiaron en un remoto templo budista rodeado de campos de arroz. Las mujeres descansaban en hamacas, algunas acunando a bebés, mientras los niños corráin por el lugar. Se instalaban tiendas de plástico improvisadas bajo los árboles.

Veng Chin, de 74 años, suplicó a ambos gobiernos que negocien un acuerdo “para que pueda regresar a mi hogar y trabajar en la granja”.

Presidente de ASEAN pide calma

El conflicto es un inusual choque armado entre dos socios de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), aunque Tailandia ya se ha enfrentado antes a Camboya por cuestiones fronterizas y ha tenido escaramuzas esporádicas con su vecino occidental, Myanmar.

Malasia, el presidente de turno de la ASEAN, mostró su preocupación por la situación.

El primer ministro, Anwar Ibrahim, dijo el jueves que habló con el líder camboyano, Hun Manet, y con su homólogo interino tailandés, Phumtham Wechayachai, y les instó a crear un espacio para “un diálogo pacífico y una resolución diplomática”. Malasia está dispuesta a facilitar las conversaciones, añadió.

El secretario general de la ONU, António Guterres, también pidió moderación y dijo a ambos países que resuelvan sus disputas mediante el diálogo, según el vocero adjunto de la institución, Farhan Haq.

Un problema fronterizo antiguo

Las tensiones fronterizas entre los dos países no son nuevas. Su frontera de 800 kilómetros (500 millas) ha sido objeto de disputas durante décadas, pero en el pasado los choques solían ser limitados y breves. El último gran enfrentamiento se produjo en 2011 y dejó 20 muertos.

El nuevo episodio comenzó en mayo, cuando un soldado camboyano falleció en una confrontación. Bangkok y Nom Pen dijeron después que habían acordado rebajar la tensión, pero ambos continuaron aplicando o amenazando con medidas, incluyendo restricciones comerciales y de viaje, lo que mantuvo las tensiones altas.

La situación empeoró cuando una mina terrestre hirió a cinco soldados tailandeses el miércoles. Bangkok respondió retirando a su embajador en Camboya y expulsando al enviado de Nom Pen en el país. Además, cerró todos los cruces fronterizos terrestres y pidió a sus ciudadanos que salieran de Camboya. Las autoridades aseguraron que las siete aerolíneas tailandesas estaban dispuestas a ayudar en la evacuación.

Camboya, por su parte, rebajó el nivel de sus relaciones diplomáticas y retiró a todo el personal camboyano de su embajada en Bangkok.

El jueves, estallaron los enfrentamientos a lo largo de la frontera.

Ambos ejércitos se acusaron mutuamente de usar drones antes de pasar a la artillería y los proyectiles. Tailandia indicó que efectuó ataques aéreos luego de que las fuerzas camboyanas lanzaran cohetes desde camiones. La fuerza aérea tailandesa explicó que aviones F-16 realizaron dos operaciones contra posiciones camboyanas.

Según Camboya, esas bombas cayeron cerca del templo Preah Vihear, que es Patrimonio Mundial de la UNESCO y ha estado en el centro de las disputas en el pasado. Las autoridades en Nom Pen publicaron imágenes que dijeron que mostraban daños en el lugar y prometieron buscar justicia a nivel internacional.

La disputa fronteriza también ha sacudido la política interna de Tailandia. La primera ministra, Paetongtarn Shinawatra, bajo escrutinio por una llamada telefónica con el exprimer ministro camboyano Hun Sen, que sigue siendo una figura influyente, fue suspendida del cargo el 1 de julio a la espera de una investigación sobre posibles violaciones éticas en el manejo del asunto. AP

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