Delincuentes controlan nuestros gobiernos
Por J.C. Malone
Cuando los neoyorquinos vemos, desde el andén, una rata entre los rieles del tren, sabemos que hay otras escondidas.
Jamie Dimon, presidente de JPMorgan Chase, explicó la crisis bancaria silenciosa al decir que cuando vemos una cucaracha, hay muchas más. Cuando un banco quiebra, muchos viven la misma situación.
Con la clase política, empresarial y militar latinoamericana, involucrada en el narcotráfico y la corrupción, podemos aplicar esas reglas de ratas y cucarachas.
Según la ONU y el BID, en Latinoamérica, por cada delito detectado, quedan entre siete y nueve sin detectar; a eso le llaman “Cifra Negra del Delito”.
Tomemos la República Dominicana como ejemplo de América Latina; entre siete y nueve, escogeremos el número ocho.
Hasta mayo de este año, la dirección de Ética e Integridad Gubernamental dominicana sometió a la Procuraduría General de la República 276 expedientes de corrupción. Lo afirmó Milagros Ortiz Bosch, directora del organismo; recordemos que, por cada caso documentado sin arrestos, hay ocho más.
Según la “Cifra Negra del Delito”, si multiplicamos 276 por ocho, tendremos 2.208 corruptos no detectados. Y todos siguen “trabajando” en el gobierno del “honesto y transparente” presidente Luis Abinader.
Los políticos corruptos siempre tienen empresarios ladrones como cómplices; al menos, la misma cantidad de empresarios ladrones anda suelta.
Hasta ahora, hay unos 10 diputados del gobernante Partido Revolucionario Moderno (PRM) involucrados en casos de narcotráfico. Multiplicados por ocho, serían 80 no detectados, más los diez detectados, serían 90 de los 146 diputados del PRM involucrados en narcotráfico.
Entre 2020 y 2024, unos 2.300 policías dominicanos fueron “desvinculados” por cometer “faltas graves”. Multiplicados por ocho, serían 18.400 policías activos que cometen “faltas graves” sin ser detectados. Según la DEA y la DNCD, desde 2020, al menos 26 militares dominicanos fueron involucrados en el narcotráfico; multiplicados por ocho, ascienden a 208 los involucrados no detectados.
Estos números, aplicados a Latinoamérica, revelan una realidad aterradora.
Y lo explican todo.
Los gobiernos nunca controlarán la delincuencia, porque los delincuentes controlan nuestros gobiernos, según la “Cifra Negra del Delito”.

