Desigualdad territorial y de género obstaculizan el desarrollo humano en República Dominicana
Santo Domingo, 6 de junio – La República Dominicana está perdiendo el 24% de su potencial de desarrollo humano debido a las brechas de desigualdad territorial en el acceso a servicios básicos como salud, educación y generación de ingresos. Así lo expresó ayer Inka Mattila, representante en el país del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), durante el Almuerzo Semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio.
Mattila subrayó que, a pesar del crecimiento económico registrado en el país, este no se refleja uniformemente en todas las provincias, especialmente en las zonas fronterizas y en el Este. «La efectividad lograda en el país en reducir la pobreza monetaria ha sido fundamental para expandir las oportunidades de desarrollo humano; sin embargo, los avances se ven limitados por la normalización de las desigualdades, en especial las de género y la exclusión de las poblaciones vulnerables», precisó.
La desigualdad de género agrava aún más la situación. Según Mattila, el país está perdiendo un 44% de su potencial de desarrollo humano debido a estas brechas. Los hallazgos sobre estas disparidades pueden consultarse en el hub de información multidimensional «Plataforma Territorial de Desarrollo Humano República Dominicana», que ofrece datos desde 2010 hasta 2022.
De acuerdo con el informe, cuatro regiones presentan los mayores rezagos en desarrollo humano: Cibao Noroeste (Dajabón, Montecristi, Santiago Rodríguez, Valverde), El Valle (Elías Piña, San Juan), Enriquillo (Bahoruco, Barahona, Independencia, Pedernales) y Yuma (El Seibo, La Altagracia, La Romana). A pesar de su crecimiento económico, la zona Este, un importante polo turístico, también figura en esta categoría debido a indicadores como la escolaridad, la mortalidad materna y el trabajo informal.
La distribución territorial del Índice de Desarrollo Humano (IDH) revela que la región Ozama (Distrito Nacional y Santo Domingo) muestra un mayor nivel de desarrollo. En contraste, las regiones Higuamo (San Pedro de Macorís, Monte Plata, Hato Mayor), Cibao Nordeste (Duarte, María Trinidad Sánchez, Hermanas Mirabal, Samaná) y Cibao Sur (La Vega, Monseñor Nouel, Sánchez Ramírez) tienen un desarrollo humano medio alto, con progresos significativos en sus indicadores durante el periodo 2010-2022.
Las diferencias en el desarrollo humano entre regiones se deben a varios factores, entre ellos, la calidad de los servicios sociales, la distribución desigual de la inversión pública, mercados laborales segmentados y exclusiones sociales como la violencia de género y la discriminación. Estos factores requieren políticas públicas a medio plazo para transformarse y lograr un desarrollo humano inclusivo y sostenible a largo plazo.
Para reducir estas brechas, el PNUD ha identificado cinco medidas clave:
- Políticas Públicas Redistributivas: Diseñar políticas que generen crecimiento económico inclusivo, como reformas en los mercados laborales con incentivos para la productividad, especialmente en zonas fronterizas.
- Igualdad de Género: Implementar políticas transformadoras con un enfoque especial en las mujeres, y abordar las normas sociales que perpetúan la desigualdad y aumentan la violencia de género y embarazos en adolescentes.
- Resiliencia ante Desastres: Establecer acciones para generar resiliencia frente a eventos climáticos, expandiendo la gestión preventiva y reduciendo el costo de los desastres mediante el fomento de medios de vida sostenibles.
- Estadísticas Desagregadas: Promover la generación y uso de estadísticas desagregadas a nivel territorial para evidenciar brechas y diseñar políticas públicas que generen bienestar, con mecanismos de seguimiento sobre su evolución.
- Empoderamiento Local: Fortalecer los espacios locales para promover el empoderamiento de las personas y los gobiernos en los territorios.
En el almuerzo también participaron Xavier Hernández, representante residente adjunto del PNUD; Melissa Bretón, oficial de Desarrollo Humano; Sócrates Barinas, economista senior; y Miguel Cereceda, asesor de gobernabilidad. Los asistentes coincidieron en que, aunque se han logrado avances, es esencial abordar estas desigualdades para asegurar un desarrollo humano integral en toda la República Dominicana.