Deuda pública dominicana bajo Abinader: de US$ 39,201 millones en 2020 a más de US$ 60,000 millones en 2025

Por La Redacción

Santo Domingo, 7 octubre. – Desde su llegada al poder en agosto de 2020, el gobierno del presidente Luis Abinader ha administrado una deuda pública que ha crecido de manera sostenida, aunque con una moderación en su relación con el Producto Interno Bruto (PIB).

Sin embargo, el aumento en términos absolutos plantea preocupaciones sobre el peso que el endeudamiento representa en las finanzas públicas, sobre todo por la presión que ejerce en las recaudaciones fiscales y la sostenibilidad a mediano plazo.

Punto de partida: agosto 2020

Según cifras de la Dirección General de Crédito Público, el saldo de la deuda del Sector Público No Financiero (SPNF) al cierre de agosto de 2020 era de US$ 39,201.7 millones, lo que representaba el 48.3 % del PIB estimado en ese momento.

Si se considera la deuda pública consolidada (que incluye Banco Central y otros pasivos), el monto alcanzaba los US$ 48,059.3 millones, equivalente a 59.2 % del PIB.

Este escenario reflejaba el impacto de la pandemia de COVID-19, que provocó una contracción económica y un aumento del gasto público para contener la crisis sanitaria y económica.

Evolución del endeudamiento (2020–2025)

Cinco años después, el endeudamiento ha registrado un crecimiento significativo. A agosto de 2025, la deuda del SPNF asciende a US$ 60,182.9 millones, de los cuales el 73.2 % corresponde a deuda externa (US$ 44,041.9 millones) y el restante 26.8 % a deuda interna (US$ 16,141.0 millones). Este nuevo saldo representa el 46.9 % del PIB estimado para ese año.

Esto implica un aumento absoluto de US$ 20,981.2 millones en la deuda del SPNF desde agosto de 2020, con una proporción creciente concentrada en el financiamiento externo.

Bonos soberanos y acreedores externos

Uno de los componentes más notorios del endeudamiento reciente ha sido la emisión de bonos soberanos en los mercados internacionales. Al cierre de 2024, un 76.1 % de la deuda externa del SPNF estaba en manos de acreedores privados, lo que incluye estos bonos emitidos con fines de refinanciamiento y para cubrir déficit presupuestario.

La estrategia ha permitido acceder a liquidez en momentos clave, pero también ha incrementado la exposición del país a los mercados financieros internacionales, sujetos a tasas de interés más elevadas y condiciones más exigentes.

Presión fiscal del servicio de la deuda

El crecimiento del endeudamiento ha traído consigo una mayor carga en el presupuesto nacional. Aunque las autoridades han logrado mantener cierta estabilidad en la relación deuda/PIB, el servicio de la deuda —es decir, el pago de intereses y amortizaciones— consume una parte cada vez más significativa de las recaudaciones fiscales.

Informes del Ministerio de Hacienda señalan que solo entre 2022 y 2027, el gobierno ha ejecutado operaciones de manejo de pasivos que han logrado reducir el costo de la deuda en RD$ 74,908 millones, a través del refinanciamiento y extensión de plazos.

Aun así, el servicio de la deuda compite directamente con las partidas destinadas a salud, educación, seguridad y obras públicas.

Si bien no se ha publicado un único porcentaje oficial del gasto público que se dedica a intereses en los últimos años, distintas fuentes estiman que este se ubica entre el 20 % y el 25 % del gasto total del Gobierno Central, dependiendo del año y el contexto económico.

¿Menor deuda en proporción al PIB?

El gobierno ha defendido su política de endeudamiento argumentando que ha logrado reducir la deuda como proporción del PIB, pasando de un pico superior al 70 % en 2020 (si se incluye deuda consolidada) a niveles cercanos al 47 % en 2025 (para el SPNF).

Sin embargo, analistas han advertido que esta comparación puede resultar engañosa si se toma como referencia un año atípico como 2020, cuando el PIB cayó drásticamente por la pandemia.

El saldo de la deuda pública dominicana ha aumentado significativamente desde que Luis Abinader asumió la presidencia, pasando de poco más de US$ 39,000 millones a más de US$ 60,000 millones en cinco años.

Aunque la relación deuda/PIB se ha estabilizado, el peso del endeudamiento en el presupuesto nacional sigue creciendo, con desafíos importantes en materia de sostenibilidad fiscal y eficiencia del gasto.

La dependencia de financiamiento externo, especialmente mediante bonos soberanos, expone al país a los vaivenes de los mercados globales.

Mientras tanto, el debate sobre el uso, la calidad y la transparencia del endeudamiento continúa en el centro del escenario político y económico nacional.

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