D’hondt vs. Webster vs. sistema de mayoría; un análisis comparativo

Por Nikauris Báez Ramírez

El sistema electoral, en su sentido estricto, comprende los elementos técnicos que convierten los votos en escaños. Entre estos elementos se encuentra el i) sistema de mayoría; ii) el sistema de mayoría aplicado a listas (es decir, en niveles plurinominales), y iii) los sistemas proporcionales con fórmulas matemáticas como D’hondt y Webster.

Desde 1962, República Dominicana utiliza el método D’hondt para distribuir los escaños plurinominales (diputaciones, regidurías y vocalías). Una crítica hacia este método es que muchas candidaturas con alta votación preferencial quedan excluidas de la asignación de escaños, privilegiando las listas partidarias sobre las preferencias individuales de los electores, lo cual “afecta el ejercicio del voto directo”.

A continuación, se presenta una tabla comparativa que ilustra cómo quedaría conformada la Cámara de Diputaciones considerando los votos válidos de cada organización política o alianza de partidos en 2024, utilizando los métodos D’hondt, Webster y el sistema de mayoría.

Para esta comparativa se tomaron en cuenta únicamente las 45 demarcaciones territoriales, excluyendo las 3 del exterior y la demarcación nacional para las 5 diputaciones territoriales por acumulación de votos, resultando en un total de 178 diputaciones.

Se muestra el número de escaños que cada partido obtendría con cada sistema, junto con el porcentaje de escaños que representa respecto al total. Además, se agrega una columna que indica la diferencia porcentual entre la representación proporcional y la cantidad de votos obtenidos, señalando si el partido estaría subrepresentado o sobrerrepresentado con el sistema proporcional según la fórmula actual D’hondt.

En relación con el sistema de mayoría, es importante señalar que se argumenta que para adoptar este sistema es necesario convertir los cargos plurinominales de diputaciones en «uninominales», lo que implica que los partidos ya no postularían listas de candidaturas, sino un candidato en razón de cada distrito, modificando la geografía electoral.

Al respecto, se subraya que es posible tener un sistema mayoritario aplicado a listas donde se contabilicen los votos individuales de cada candidato o candidata y se asignen los cargos a quienes hayan obtenido mayor votación, independientemente de la lista partidaria a la que pertenezcan.

Así, el cambio no implicaría pasar de distritos plurinominales a uninominales, sino de un sistema proporcional a uno de mayoría basado en los votos a las candidaturas.

Sin embargo, analizar qué sistema es más conveniente no debe limitarse a la lectura de los votos individuales de las candidaturas y la cuestión del voto directo, sino que debe ser una discusión más amplia que considere los objetivos políticos del Estado y los valores democráticos en relación con la estabilidad democrática, pluralismo, gobernabilidad y representación de minorías.

La Tabla ilustra que, con el sistema de mayoría, el PRM tendría 145 diputados, 7 más que con el método D’hondt. El PLD obtendría 15 diputaciones, tres más que con el método D’hondt, mientras que la FP obtendría 17 diputaciones, 10 menos que con el método D’hondt.

Como se observa, con el sistema de mayoría una organización política tendría más representantes electos de los que obtuvo en esta contienda, concentrando así mayor fuerza política en el PRM. Esto podría afectar el pluralismo y la sana gobernabilidad democrática, ya que es necesario contar con partidos políticos fuertes que sirvan de contrapeso en el Poder Legislativo.

Precisado eso, cabe preguntarse si D’hondt está garantizando los objetivos políticos que el sistema proporcional demanda en República Dominicana.

El análisis de los resultados electorales en las 45 demarcaciones territoriales a nivel de diputaciones revela que no, por lo tanto, se hace necesario evaluar otras fórmulas proporcionales que garanticen mayor proporcionalidad, considerando que el 80% de las demarcaciones electorales en República Dominicana son pequeñas. Por ello, del comparativo entre los métodos D’hondt y Webster, ilustrado en la Tabla, se obtienen las siguientes conclusiones:

En 19 demarcaciones, el PRM y sus aliados obtuvieron el 100% de las curules, lo que representa el 42.22% de las demarcaciones donde los representantes son exclusivamente del PRM y sus aliados. Con el método Webster, exactamente con los mismos resultados actuales, ningún partido se llevaría la totalidad de los escaños en ninguna demarcación política, lo que garantiza una mayor pluralidad en la representación.

Dos nuevas organizaciones políticas entrarían en la repartición de escaños: Opción Democrática (Distrito Nacional) y PRSC (La Romana); por lo tanto, con Webster estarían representadas seis fuerzas políticas en el Congreso: PLD, FP, PRD, PRM, OD y PRSC, mientras que actualmente solo están representadas cuatro con D’hondt: PRM, PLD, FP y PRD.

La Tabla muestra que con el método Webster, el Partido de la Liberación Dominicana tendría 38 escaños y el Partido Fuerza del Pueblo 39 escaños. Dado que la diferencia en el total de votación entre estas dos organizaciones políticas es solo del 2.25%, tener próxima cantidad de escaños no indica una inclinación del método a favor de una u otra organización.

Sin embargo, con D’hondt, la FP adquiere 27 escaños y el PLD solo 12, lo que representa una subrepresentación del 8% para el PLD y del 2.95% para la FP. Con Webster, se reduce la subrepresentación al inclinarse más hacia la pluralidad, garantizando que dos organizaciones políticas con resultados similares tengan similar cantidad de escaños.

El PRM obtendría 98 escaños con el método Webster; sin embargo, con D’hondt, obtuvo 138, lo que significa una disminución de 40 representantes en la Cámara de Diputados, constituyendo una reducción del 28.98%. Asi, tendría una representación proporcional casi exacta: el 56.02% de la votación nacional con sus aliados y el 55.05% de los escaños obtenidos con el método Webster.

El análisis comparativo de los resultados electorales en las 45 demarcaciones territoriales del nivel de diputaciones muestra que el método Webster podría reducir la sobrerrepresentación de los partidos y fomentar una distribución más proporcional de escaños en el Congreso, reflejando mejor la voluntad popular expresada en las urnas.

Se destaca que, si la crítica se dirige únicamente a que personas más votadas no obtienen la curul, con este método esta situación persistiría, pues con el se procura fortalecer la proporcionalidad, disminuir la sobre representación, aumentar los contrapesos y llevar voces más diversas a la Cámara de Diputados, sin centrarse exclusivamente en la cantidad de votos individuales de las candidaturas, como lo hace el sistema de mayoría.

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