Economía dominicana cierra 2025 con desaceleración y mira a 2026 entre retos y oportunidades
Por Manuel Jiménez
Santo Domingo, 28 Diciembre. — La economía de la República Dominicana está transitando un año de crecimiento contenido, marcando una desaceleración frente a su histórica trayectoria de expansión robusta.
Según el Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2025 de la CEPAL, el Producto Interno Bruto (PIB) dominicano cerrará este año con una expansión estimada de 2.9 %, muy por debajo del promedio histórico cercano al 5 % que caracterizó al país en años recientes, incluso liderando el crecimiento regional en la última década.
Este moderado desempeño, situado por debajo de lo tradicional para el país, refleja tanto factores externos —como la corrección de la economía global y menor dinamismo sectores como turístico y construcción— como internos, entre ellos la desaceleración de la inversión privada y una demanda doméstica más cauta.
Remesas, exportaciones e inversión: pilares con señales mixtas
Las divisas continúan siendo un elemento vital para la economía dominicana. El Banco Central de la República Dominicana (BCRD) informa que los flujos de remesas acumulados entre enero y noviembre de 2025 superaron los US$10,780 millones, cifra que apunta a cerrar el año por encima de US$11,700 millones, consolidándose como un sostén clave del consumo familiar y la demanda interna.
El sector exportador y otros generadores de divisas presentan un panorama robusto. De acuerdo con proyecciones oficiales, las exportaciones de bienes y servicios rondarían los US$14,900 millones, mientras que el aporte del turismo y la Inversión Extranjera Directa (IED) también mantienen cifras significativas, con aportes esperados de más de US$11,000 millones y cerca de US$4,800 millones, respectivamente.
Presión fiscal y deuda: desafíos estructurales
Un punto de preocupación reiterado por analistas y actores del sector privado es el aumento de la deuda pública. En el actual gobierno del presidente Luis Abinader, la deuda ha registrado un incremento notable en los últimos años, lo que eleva el servicio de intereses y presiona las finanzas públicas.
En este contexto, el gobierno aprobó para 2026 nuevos préstamos por un monto superior a RD$400,000 millones destinados a financiar el presupuesto, lo que aviva el debate sobre la sostenibilidad fiscal.
El ministro de Hacienda y Economía, Magín Díaz, ha señalado la necesidad de una reforma fiscal para ampliar la base tributaria y mejorar la recaudación, discutiéndola con sectores del empresariado y la sociedad civil.
El Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) y asociaciones empresariales del Cibao han declarado públicamente que una reforma fiscal es pertinente, aunque insisten en que no debería afectar negativamente la productividad y competitividad de las empresas dominicanas.
Voces de economistas: Hebrard y otros análisis
El economista Henri Hebrard ha sugerido que el potencial de crecimiento dominicano previo a la pandemia —alrededor del 5 %— podría no ser replicable en el corto plazo y que las finanzas públicas enfrentan tensiones por el alto costo del crédito y la ejecución del gasto.
Perspectivas para 2026
La CEPAL ajustó recientemente su estimación para 2026, proyectando un crecimiento de 3.6 % para la economía dominicana, cifra que aunque superior a la de 2025, sigue por debajo del promedio histórico del país y en un contexto de crecimiento global moderado.
El desafío para 2026 será que ese crecimiento sea más inclusivo y sostenible, traduciendo las fortalezas de las remesas, exportaciones e inversión en mayores niveles de empleo y mayor productividad. A la vez, la conducción de la política fiscal y la gestión de la deuda serán elementos clave para preservar la estabilidad macroeconómica sin ahogar a la actividad productiva.
En suma, la economía dominicana concluye 2025 con un crecimiento moderado, apoyada en fundamentales externos resilientes pero con desafíos estructurales internos por abordar. El próximo año se presenta como una oportunidad para consolidar reformas y encaminar un crecimiento más sólido y equilibrado.

