El alto al fuego entre Israel y Hezbollah calma un frente, pero en Gaza no se ve fin al conflicto

JERUSALÉN, 27 nov.  — Para muchas personas en Medio Oriente, el alto al fuego entre Israel y Hezbollah fue un alivio: la primera señal importante de avance en la región desde que comenzó la guerra hace más de un año.

Sin embargo, para los palestinos en Gaza y las familias de los rehenes retenidos en el territorio, la noticia pareció inaugurar un período aún más sombrío del conflicto. Para ellos, fue otra oportunidad perdida para terminar con los combates que se han prolongado por casi 14 meses.

Los palestinos esperaban que cualquier acuerdo de alto al fuego con Hezbollah incluyera también una tregua en Gaza. Por su parte, las familias de las personas secuestradas por los milicianos liderados por Hamás que atacaron el sur de Israel en octubre de 2023 querían que el acuerdo incluyera la devolución de sus seres queridos. En cambio, el alto al fuego se limitó solo a los combates en Líbano.

“Sentimos que se perdió la oportunidad de incluir a los rehenes en el acuerdo que se firmó hoy”, dijo Rubi Chen, cuyo hijo, Itay Chen, fue tomado como rehén de una base militar israelí.

Aunque están vinculados, ambos conflictos han sido muy diferentes. En Líbano, el objetivo de Israel era expulsar a Hezbollah de la frontera compartida y terminar con los ataques del grupo político-paramilitar contra el norte de Israel. El alto al fuego que entró en vigor el miércoles tiene la intención de lograrlo.

En Gaza, los objetivos de Israel son más amplios. El primer ministro, Benjamin Netanyahu, ha insistido en que Hamás debe ser completamente destruido y que Israel debe tener el control permanente sobre varias partes del territorio. Meses de conversaciones no han logrado hacer que Netanyahu se retracte de esas demandas ni convencer a Hamás de liberar a los rehenes en esos términos.

Para los palestinos en Gaza, eso significa seguir sufriendo bajo una campaña israelí que ha demolido gran parte del territorio y ha expulsado a casi toda la población de sus hogares. Cientos de miles de personas pasan hambre y viven en miserables campamentos de carpas mientras el segundo invierno de la guerra provoca frías lluvias e inundaciones.

“¿Acuerdan un alto al fuego en un lugar y no en el otro? Tengan misericordia de los niños, los ancianos y las mujeres”, dijo Ahlam Abu Shalabi, que vive en una carpa en el centro de Gaza. “Estamos en invierno, y toda la gente se ahoga”.

Los palestinos se resignan a una guerra continua

La guerra entre Israel y Hamás comenzó el 7 de octubre de 2023, cuando un grupo de milicianos atacó Israel desde Gaza, matando a unas 1.200 personas y capturando unos 250 rehenes. La ofensiva de represalia israelí ha causado una gran devastación en el territorio palestino, provocando la muerte de más de 44.000 personas, según autoridades de salud locales, que no distinguen entre civiles y combatientes en su conteo, y afirman que más de la mitad de los muertos son mujeres y niños.

Hezbollah comenzó a disparar hacia Israel un día después del ataque de Hamás, en solidaridad con el grupo palestino. Desde entonces, ambas partes han intercambiado ataques casi diarios. Israel movilizó a miles de tropas a su frontera norte, intensificó el bombardeo del sur del Líbano y lanzó una invasión terrestre en la zona hace dos meses, matando a muchos de los líderes de Hezbollah.

Los palestinos ahora temen que el ejército de Israel pueda volver su atención a Gaza, algo que Netanyahu dejó claro al anunciar el alto al fuego en Líbano el martes.

“La presión será mayor sobre Gaza”, dijo Mamdouh Younis, un desplazado que vive en un campamento de carpas en el centro de Gaza. Netanyahu, dijo, ahora puede aprovecharse de que “Gaza ha quedado sola, lejos de todos los escenarios que la apoyaban, especialmente el frente libanés.”

Las tropas israelíes ya participan en feroces combates en el norte de Gaza, donde una ofensiva de dos meses ha cortado la mayor parte de la ayuda y ha hecho que los expertos adviertan que puede estar en marcha una hambruna. Los ataques en todo el territorio suelen provocar la muerte de docenas de personas.

Al firmar el acuerdo de alto al fuego, Hezbollah revirtió la postura que mantuvo durante mucho tiempo de que no detendría sus ataques transfronterizos a menos que Israel termine la guerra en Gaza.

“Esto podría tener un impacto psicológico, ya que profundizará la idea de que los palestinos en Gaza están solos en su resistencia contra sus ocupantes”, dijo Tariq Kenney Shawa, becario de políticas estadounidenses en Al-Shabaka, un centro de estudios palestino.

Hamás puede atrincherarse

Esto también deja a Hamás, cuyas capacidades ya han sido gravemente dañadas por la ofensiva israelí, luchando solo. En una entrevista realizada el lunes, el funcionario de Hamás Osama Hamdan pareció aceptar la nueva postura de Hezbollah.

“Cualquier anuncio de un alto al fuego es bienvenido. Hezbollah ha estado al lado de nuestro pueblo y ha hecho importantes sacrificios”, dijo Hamdan a la emisora libanesa Al-Mayadeen, que muchos consideran políticamente aliada con Hezbollah.

Khalil Sayegh, un analista palestino, dijo que el alto al fuego podría hacer que Hamás sea aún menos popular en Gaza, al demostrar el fracaso de su apuesta de que su ataque a Israel reuniría a otros grupos militantes para la lucha.

“Es un momento en el que podemos ver que el mensaje de Hamás se vuelve más y más débil, mientras luchan por justificar su estrategia ante el público”, dijo Sayegh.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo el martes que el alto al fuego entre Israel y Hezbollah podría ayudar a que Hamás se vea obligado a negociar porque mostraría al grupo que “la caballería no está en camino”.

Pero los expertos en Hamás pronostican que el grupo solo se atrincheraría en el campo de batalla y en las conversaciones. Hamás ha insistido en que solo liberará a todos los rehenes a cambio de una retirada completa israelí de Gaza.

“Es de esperar que Hamás continúe utilizando la guerra de guerrillas para enfrentar a las fuerzas israelíes en Gaza mientras éstas permanezcan en la zona”, dijo Shawa.

Las familias de los rehenes pierden la esperanza

Docenas de israelíes abarrotaron una importante autopista en Tel Aviv el martes por la noche, manifestándose por el regreso de los rehenes mientras el país esperaba escuchar si se había acordado un alto al fuego en Líbano.

Unos 100 rehenes aún están en Gaza, al menos un tercio de los cuales se cree que están muertos. La mayoría de los otros rehenes secuestrados por Hamás fueron liberados durante un alto al fuego el año pasado.

Ricardo Grichener, tío del rehén de 23 años Omer Wenkert, dijo que el alto al fuego con Hezbollah mostró cómo el gobierno israelí desprecia abiertamente a los rehenes.

Aunque Israel ha infligido un daño mayor a Hamás en Gaza que a Hezbollah en Líbano, dijo que “la decisión de posponer un acuerdo en Gaza y liberar a los rehenes no se basa en los mismos criterios de éxito militar”.

El esfuerzo más reciente para poner fin a la guerra se estancó en octubre. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo el martes que comenzaría un nuevo impulso, pero su administración se encuentra en sus últimos días tras la reelección del expresidente Donald Trump.

“Este alto al fuego no concierne a nuestros rehenes. Creo que Netanyahu los olvidó, y solo quiere seguir luchando en Gaza”, dijo Ifat Kalderon, sosteniendo una foto de su primo, Ofer Kalderon, quien es rehén y padre de cuatro.

“Ofer ayer cumplió 54 años. Su segundo cumpleaños en Gaza”, dijo. “Es increíble que todavía esté allí”.

AP

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