El ‘caso Koldo’ y otros escándalos de corrupción sacuden al PSOE: prisión y renuncias de dirigentes en plena crisis gubernamental
Madrid, España – 13 de diciembre de 2025 (Agencias) . — El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), actualmente en el gobierno bajo la presidencia de Pedro Sánchez, enfrenta una de sus peores crisis políticas en años tras la revelación y procesamiento de altos dirigentes por presuntos casos de corrupción que han terminado en juicios, renuncias y encarcelamientos.
El fenómeno ha puesto en tela de juicio la gestión del partido y ha generado un profundo debate sobre la transparencia institucional en España.
El epicentro de la controversia es el llamado ‘caso Koldo’ —también conocido como caso Ábalos o Operación Delorme—, una investigación judicial que ha llevado al Tribunal Supremo a abrir juicio oral contra figuras históricas del PSOE, entre ellas el exministro José Luis Ábalos, su exasesor Koldo García Izaguirre y el empresario Víctor de Aldama, por presuntos delitos de corrupción, tráfico de influencias, organización criminal, uso de información privilegiada y malversación de fondos públicos.
Las acusaciones derivan de una supuesta trama de adjudicación irregular de contratos públicos de compra de mascarillas durante la pandemia de COVID-19, donde los imputados presuntamente se habrían beneficiado de comisiones ilícitas y decisiones administrativas favorecidas.
Ábalos y García permanecen en prisión preventiva, y la Fiscalía Anticorrupción ha solicitado penas que llegan hasta 24 años de cárcel para el exministro y casi 20 años para el exasesor, mientras que Aldama enfrenta también cargos con penas menores pero significativas, además de posibles indemnizaciones a empresas públicas afectadas.
Renuncias y procesamientos en el núcleo del PSOE

La crisis no se limita al procesamiento de estas tres figuras. Santos Cerdán, exsecretario de Organización del PSOE —considerado el número tres del partido hasta mediados de 2025—, renunció a sus cargos tras ser implicado en la investigación.
Su salida representó un fuerte golpe interno para la dirección socialista, que ha tenido que gestionar tanto la caída de figuras históricas como la presión pública por rendición de cuentas.
Además de las acusaciones relacionadas con el ‘caso Koldo’, el PSOE ha visto cómo emergen otras tramas de corrupción y mala conducta que han exacerbado la percepción de crisis dentro del partido gobernante.
Informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil han señalado pagos de hasta un millón de euros en supuestas contraprestaciones a exministros y asesores, incluso destinados a adquirir bienes inmuebles como un chalet en Cádiz, en lo que se interpreta como intentos de influencia en decisiones administrativas relacionadas con la concesión de licencias de hidrocarburos, según documentos que ya forman parte de investigaciones paralelas a la del caso Koldo.
Impacto político y respuesta del Gobierno

Ante el creciente escrutinio público y las múltiples audiencias judiciales, el presidente Pedro Sánchez ha sido llamado a dar explicaciones ante diversas instancias parlamentarias, incluida una comparecencia en el Senado para hacer frente a las preguntas de la oposición sobre el avance del ‘caso Koldo’ y su impacto en la gestión gubernamental.
A pesar de la presión, Sánchez ha defendido la postura del Gobierno alegando que no ha tenido relaciones directas con algunos de los acusados en el núcleo de estos casos, particularmente con Koldo García. Sin embargo, esta respuesta no ha sido suficiente para frenar la percepción de falta de transparencia entre los ciudadanos.
Las consecuencias políticas ya se sienten en las calles: movilizaciones ciudadanas exigiendo responsabilidades, dimisiones y reformas estructurales, cuestionamientos por parte de partidos de la oposición y hasta llamados desde sectores aliados para una reestructuración interna del PSOE.
En algunos sectores, incluso, la interlocución política exige un cambio profundo en la gestión y liderazgo del Gobierno para recuperar credibilidad.
Percepción ciudadana y encuestas
Pese al impacto de estos escándalos, un reciente estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sugiere que el PSOE sigue liderando la intención de voto con una ventaja sobre el principal partido de la oposición, el Partido Popular (PP), aunque la corrupción emerge como uno de los problemas más señalados por los ciudadanos, solo detrás de temas como la vivienda, la economía o la inmigración.
El sondeo refleja una compleja realidad: mientras la base electoral del PSOE mantiene parte de su respaldo, la percepción de mala gestión ética y política ha escalado, transformando la lucha contra la corrupción en uno de los ejes de la discusión pública de cara a futuras citas electorales.
Consecuencias y futuro del PSOE
Los procesamientos, renuncias y la exposición mediática de estos casos representan un desafío sin precedentes para el PSOE, un partido que ha gobernado España durante gran parte de las últimas décadas.
Las denuncias de contratos opacos, comisiones ilegales y tráfico de influencias han obligado a la formación a confrontar no solo la justicia penal, sino también la necesidad de reformas internas profundas para restaurar la confianza pública.
La apertura de juicio oral contra figuras como Ábalos y Koldo García marca un hito judicial de repercusiones políticas significativas y subraya la intensificación del escrutinio sobre las relaciones entre el poder político y la adjudicación de contratos públicos en tiempos críticos como la pandemia.
A medida que los procesos judiciales continúan y se espera que más declaraciones y pruebas salgan a la luz, el PSOE se enfrenta a la difícil tarea de reconstruir su credibilidad en un contexto en el que la corrupción política sigue siendo uno de los temas más sensibles para la sociedad española.

