El consumo de pastillas en adultos podría ser un indicador temprano para la enfermedad de Parkinson.
Maura Madé.
SANTO DOMINGO. 8 junio – Los adultos mayores que comienzan a experimentar malos sueños o pesadillas podrían estar mostrando los primeros signos de la enfermedad de Parkinson, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Birmingham (Reino Unido).
La nueva investigación, publicada en la revista ‘eClinicalMedicine’, mostró que, en una cohorte de hombres mayores, los individuos que experimentaban malos sueños frecuentes tenían el doble de probabilidades de ser diagnosticados posteriormente con Parkinson que los que no lo hacían.
Estudios han demostrado que las personas con la enfermedad de Parkinson presentan pesadillas y malos sueños con más frecuencia que los adultos de la población general, pero no se había considerado como indicador de riesgo el uso de las pesadillas para el Parkinson.
El Parkinson es un tipo de trastorno del movimiento. Esto ocurre cuando las células nerviosas (neuronas) no producen suficiente cantidad de dopamina. En algunos casos puede ser genético, pero en su mayoría no parece darse entre miembros de una misma familia. teniendo como principal característica el hecho de ser progresiva.
Otras señales de alerta temprana del Parkinson son las siguientes; ‘‘según revelan estudios médicos’’.
El temblor puede ser normal después de mucho ejercicio, si usted ha sufrido una herida, o también si usted ha tomado algún medicamento que cause temblor. Sin embargo, este síntoma debe preocuparle si lo tiene cuando se sienta o se relaja.
Algunas veces la forma en que escribimos cambia a medida que envejecemos, o también si nuestras manos o dedos se ponen rígidos o si perdemos la visión, sin embargo, estos cambios suceden a lo largo de un periodo de tiempo largo y no repentinamente.
Puede ser que tenga dificultad al usar sus manos o sus hombros si usted se los ha lastimado, de hecho, también hay otras enfermedades como la artritis pueden causar síntomas parecidos. Pero si siente rigidez en las extremidades, que sus pies se «pegan» al suelo e incluso si hay dolor en la cadera y hombros.
Investigadores tienen previsto utilizar la electroencefalografía (EEG) para estudiar las razones biológicas de los cambios en los sueños. También tratarán de reproducir los resultados en cohortes más amplias y diversas, y explorarán los posibles vínculos entre los sueños y otras enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.