El covid se recrudece…

César Mella

La noticia de que Colin Powell murió de Covi nos hizo reflexionar en que en la potencia mundial el más emblemático afroamericano ex ministro de Relaciones Internacionales, había fallecido a pesar de haberse aplicado más de una dosis de vacunas anticovid, nos ha puesto a pensar que el virus llegó para quedarse.

No solo eso, sino en la protección de la vacuna, en pacientes de riesgo, como lo era él, un octogenario con varias condiciones de comorbilidad que lo hacían blanco del letal agente causal del covid-19.

En República Dominicana las últimas semanas el departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública nos presenta un boletín diario que nos llena de incertidumbre.

Los ventiladores en los hospitales aumentan su uso.

En provincias dadas de alta por haber completado el número de inmunizados, en más de un 70%, como Higüey, se disparan los porcentajes de positividad de las pruebas de PCR.

En la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Moscoso Puello de 18 camas, 16 estaban ocupadas por pacientes de covid, muchos de ellos en estado crítico.

En el Hospital Robert Read Cabral 16 casos de dengue ocupaban las 18 unidades previstas para estos casos que están en un pico de incidencia.

Quiere esto decir que el dengue, la tuberculosis y otras entidades del espectro infecto contagiosos “se están aprovechando” para romper con fuerza esta “paz epidemiológica”.

El numero de casos nuevos se mantiene en aumento.

El porcentaje de positividad ante las pruebas no tiene una correlación con la letalidad (número de muertos por cada millón de habitante), no se puede insinuar de forma exacta” la cantidad de casos activos”.

¿Cómo se miden los casos remitidos o “curados”? ; pero se informan a diario.

El Gabinete de Salud decidió vacunar a todos los niños de más de 5 años, pero eso no se ha organizado, ni divulgado.

La obligatoriedad de presentar la tarjeta de vacunación para ingresar a los bancos, los supermercados y a las unidades de transporte es correctísima. Esto nos ha permitido ver con mucho dolor la cantidad de gente que no se había vacunado y que “acuden obligados por las circunstancias” a recibir la primera dosis.

Haití devolvió las vacunas que le enviamos y ni siquiera dieron las gracias.

La frontera es un pandemonio y el movimiento hacia y desde Haití provoca un cinturón de contagios que es agravado por la cantidad de nacionales haitianos que residiendo en la República Dominicana que se niegan activamente a vacunarse.

La consigna: lavarse las manos, mantear el distanciamiento; vacunarse y usar las mascarillas, es ignorada por amplios sectores de la población.

Al parecer la movilización de miles de estudiantes que pasaron de la virtualidad a la presencialidad escolar ha disparado los contagios.

Se acercan las navidades, periodo en el cual miles de dominicanos se mueven hacia y desde el mundo.

El besuqueo, el alcohol en cada esquina en las celebraciones de fin de año y la no existencia del toque de queda crean un ambiente bucólico y propicio para un destape.

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