El desafío de la inteligencia artificial para los jóvenes
Andrés Oppenheimer
Hay buenas noticias para los empleados y profesionales con mucha experiencia laboral, pero malas para los nuevos graduados universitarios: nuevos estudios muestran que los trabajos más amenazados por la Inteligencia Artificial (IA) son los de los jóvenes.
Los estudios indican que podríamos ver muy pronto una crisis de desempleo entre los recién graduados, porque la mayoría de quienes se incorporan al mercado laboral realizan tareas rutinarias de análisis de datos, que la IA ya puede hacer mejor.
El desempleo entre los graduados universitarios en Estados Unidos aumentó un 30%, del 2% al 2.6%, desde septiembre de 2022. En comparación, el desempleo entre la población general creció solo un 18%, del 3.4% al 4%, según el Banco de la Reserva Federal de Nueva York.
El Instituto de Investigación ADP señaló en un informe que “encontrar trabajo se ha vuelto más difícil” para los recién graduados. Y una encuesta reciente de LinkedIn a 3,000 ejecutivos reveló que el 63% coincide en que la IA eliminará los puestos de trabajo que hoy ocupan quienes ingresan por primera vez a la fuerza laboral.
Curioso por saber cuál será el impacto de la IA en todos los empleos, incluido el mío, contacté con Daron Acemoglu, coganador del Premio Nobel de Economía del año pasado. En una extensa entrevista, me dijo que no cree que abogados, contadores, médicos, profesores o periodistas con experiencia pierdan sus empleos por la IA, al menos no en los próximos diez años.
“Yo no quisiera que una IA me representara en un juicio”, me dijo Acemoglu. “No vamos a ver el fin de los abogados, contadores, auditores y profesionales del marketing. Son trabajos muy complejos”.
Lo mismo ocurre con los médicos, explicó. La IA puede hacer diagnósticos cada vez más precisos, pero un médico adquiere mucha información del lenguaje corporal del paciente o de cómo reacciona su cuerpo al tacto. Eso difícilmente podrá hacerlo la IA.
Pero cuando le pregunté sobre el impacto de la IA en el primer empleo de los jóvenes, Acemoglu fue claro: “Bueno, no te lo voy a ocultar, eso es algo que me preocupa”.
Recomendó a los jóvenes enfocarse en dos cosas: especialización y flexibilidad.
“Mi consejo es que desarrollen habilidades muy específicas que les permitan ser excelentes en algo, para que sean socios potenciales y no víctimas de la IA”, dijo. Y la flexibilidad es clave, “porque hay que cambiar lo que uno hace a medida que la tecnología evoluciona”.
Acemoglu también criticó a un pequeño grupo de magnates tecnológicos que dominan la industria y que, según él, están creando programas de IA para reemplazar empleos, en lugar de enfocarse en mejorar la productividad y generar nuevos puestos de trabajo.
Confieso que, cuando en 2018 escribí mi libro “¡Sálvese quien pueda!” sobre el futuro del trabajo en la era de la automatización, era más optimista que ahora. Tendía a creer en el mantra de que la tecnología siempre termina creando más empleos de los que destruye.
Eso fue cierto en el pasado, como cuando Henry Ford popularizó el automóvil producido en serie. Se generaron muchos trabajos en la construcción de carreteras, fábricas y talleres.
Pero hoy, cuando un supermercado reemplaza a una cajera por una pantalla de autoservicio, ese trabajo generalmente desaparece.
Sin duda, tener un título universitario —o mejor aún, un posgrado— es más importante que nunca. Todos los datos muestran que el desempleo entre los graduados sigue siendo menor que el de la población general.
Pero es urgente que las escuelas secundarias y universidades enseñen a los estudiantes a usar la IA como una herramienta, no solo como un buscador mejorado.
Eso, junto con especialización y flexibilidad, puede ayudar a los jóvenes a conseguir trabajos que antes estaban reservados para personas con años de experiencia. Sin esa preparación, los recién graduados correrán más riesgos de desempleo que los trabajadores veteranos.
Listin Diario