El dilema de los bancos centrales: mantener o subir los tipos para controlar la inflación

Madrid, 25 jun – En un momento en que los diferentes bancos centrales del mundo se debaten entre mantener o subir los tipos de interés, China es el único país que los ha bajado en junio, mientras que Estados Unidos ha optado por mantenerlos y el Banco Central Europeo ha vuelto a subirlos para contener una inflación aún elevada.

Los tipos en EE.UU. no han cambiado este mes, se mantienen en una horquilla entre el 5 % y el 5,25 % tras una racha de diez subidas consecutivas, una decisión que se conoció un día después de saber que la tasa interanual de inflación bajó considerablemente en mayo, nueve décimas, hasta situarse en el 4 %.

El presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, ha dicho que es probable que los intereses vuelvan a subir en función de los datos económicos de las próximas semanas, aunque desde la Fed se reconoce que es probable que las condiciones crediticias más estrictas pesen sobre la actividad económica y la contratación.

La próxima reunión de la Fed tendrá lugar los días 25 y 26 de julio y antes de fin de año los miembros del comité celebrarán otras tres reuniones en septiembre, octubre y diciembre.

El BCE prevé volver a subir tipos en julio

Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) ha vuelto a subir los tipos 0,25 puntos, hasta el 4 %, y su presidenta, Christine Lagarde, ha transmitido un mensaje contundente al asegurar que volverán a subir en julio, salvo que cambien las circunstancias.

BCE TIPOS INTERES
La presidenta del BCE, Christine Lagarde. EFE/EPA/FRIEDEMANN VOG

A su juicio, el viaje no ha concluido y no se ha llegado todavía al destino, por lo que queda “terreno por recorrer” para alcanzar el objetivo de reducir la inflación al 2 % desde el 6,1 % actual de la eurozona.

Esta estrategia de subir los tipos ha sido asumida por otros países como Australia, Canadá, Turquía o el Reino Unido. En este último caso, el Banco de Inglaterra los subió medio punto este jueves hasta el 5 %, a fin de controlar la inflación interanual, que el pasado mayo se situó en el 8,7 %.

El ministro británico de Economía, Jeremy Hunt, ha señalado que el Gobierno tiene una “determinación indiscutible” para bajar la inflación, “ya que es la única manera en el largo plazo de aliviar la presión a las familias con hipotecas”, y ha asegurado que si no se adoptan ahora medidas “más tarde será peor”.

China, por el contrario, los baja

Frente a estas decisiones, China es el único país cuyo banco central ha anunciado esta semana una rebaja de sus tipos de interés de referencia para tratar de estimular así la economía nacional, y lo hace por los signos de ralentización que se han apreciado en su proceso de recuperación tras la pandemia.

El Banco Popular de China (BPC) ha rebajado en diez puntos básicos, del 3,65 % al 3,55 %, la tasa de referencia para créditos a un año, cuya última variación databa del pasado agosto, cuando la institución la recortó desde el 3,7 %.

El recorte se va a traducir en un abaratamiento del costo de los préstamos y ello proporcionará un apoyo modesto a la actividad económica, aunque es improbable que impulse una fuerte aceleración en el crecimiento del crédito, según los expertos.

En línea con la Fed

Ningún otro país ha adoptado esa senda de bajar los tipos, aunque algunos sí han decidido mantenerlos en sintonía con la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), como Brasil, Egipto, México, Rusia o Marruecos.

El Banco de México (Banxico), por ejemplo, mantuvo este jueves sin cambios, por segunda vez consecutiva, la tasa de interés en el 11,25 %, el mayor nivel en su historia, en una decisión que refleja el fin de su periodo alcista ante la desaceleración de la inflación, que descendió en la primera quincena de junio a 5,18 %, su menor nivel desde 2021.

A pesar de la mejora de previsiones e indicadores, el banco central aún “estima que el panorama inflacionario será complicado e incierto a lo largo de todo el horizonte de pronóstico, con riesgos al alza”.

Otro asunto en el que han insistido los expertos en los últimos meses es que la política monetaria actúa con retardo y sus efectos pueden tardar en notarse hasta 18 meses, una cuestión que los bancos centrales deberán tener en cuenta a la hora de tomar sus próximas decisiones sobre los tipos de interés.

Fuente EFE

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