El embarazo en las adolescentes
Margarita Cedeño
@Margaritacdf
El embarazo en adolescentes es sin duda uno de los desafíos sociales que más repercute en el desarrollo de nuestro país. Los obstáculos e implicaciones que representa inciden en las políticas públicas y generan un alto costo social y presupuestario para la sociedad dominicana, lo que en el corto plazo se traduce en grandes retos para la protección social, la salud pública, la educación y la atención a la primera infancia.
Las Encuestas Demográficas y de Salud (ENDESA) de los años 2002, 2007 y 2013 estimaron el porcentaje de embarazos en adolescentes en 23.3 %, 20.6 % y 20.5 %, respectivamente, con una fluctuación en el tiempo tendente al alza que justifica la necesidad en el Gobierno dominicano de diseñar políticas para reducirlo. Una de esas políticas fue el programa “Bebé, ¡Piénsalo Bien!” y los talleres denominados “Yo decido Esperar”, que implementamos en el Despacho de la Primera Dama y en la Vicepresidencia de la República.
“Bebé, ¡Piénsalo Bien!” consistía en el uso de simuladores de bebés que eran entregados a adolescentes en las edades objetivo, para que vivieran durante un fin de semana la experiencia de ser padres y las dificultades que generaba un embarazo y una paternidad o maternidad a destiempo. 50 mil adolescentes fueron integrados a las redes de prevención de embarazo mediante el uso de un simulador de bebé, a través del proyecto “Bebé, ¡Piénsalo Bien!”
“Yo decido Esperar” buscaba orientar y prevenir el contagio de enfermedades de transmisión sexual y de embarazos a temprana edad, logrando orientar a más de 527 mil adolescentes y jóvenes a través de la estrategia “Yo Decido Esperar”.
Acompañado de talleres con profesionales en educación y psicología, la evidencia muestra que los adolescentes que participaron de las capacitaciones y los talleres sobre prevención de embarazo y del proyecto Bebe piénsalo bien, demostraron tener un abordaje más efectivo sobre el tema de salud sexual y reproductiva, y sobre el cuidado y la protección, con relación a otros grupos focales donde estos talleres no han sido impartidos.
Otros análisis realizados al programa demostraron que los adolescentes expuestos a estas estrategias fueron menos propensos a un embarazo a destiempo, en comparación con los grupos control que no fueron sometidos a la estrategia. Este es el tipo de políticas públicas que hay que retomar para combatir un flagelo de esta magnitud. Solo así podremos enfrentar el factor de reproducción de pobreza que genera el embarazo en adolescentes. Una madre pobre y adolescente tendrá mayores dificultades para continuar su formación académica, especialmente si es madre soltera, pero también, sus padres renuncian a la esperanza de apoyo que tenían en sus hijos, cumpliéndose así el círculo vicioso de la pobreza intergeneracional.
A pesar de la complejidad que tiene este fenómeno en normas y en comportamientos sociales, la solución existe. Es necesario asumir el reto de incrementar aún más los esfuerzos requeridos, a los fines de reducir y prevenir el embarazo en la adolescencia en la República Dominicana.
Fuente Listín Diario