El enigma de la ausencia de Luis Abinader: interrogantes y cuestionamientos tras su regreso de Estados Unidos

Santo Domingo, 9 de enero.- Desde su regreso al país tras un viaje a Estados Unidos, la actividad pública del presidente Luis Abinader ha disminuido notablemente, generando interrogantes sobre su agenda y decisiones. Esta situación, inusual para un mandatario conocido por su dinamismo y presencia constante en actividades oficiales, ha provocado especulaciones y críticas en diversos sectores de la sociedad dominicana.

Las últimas actividades públicas de Abinader antes de su viaje a Estados Unidos se registraron los días 23 y 24 de diciembre de 2024, segíun recuerda el matutino Listín Diario en una nota de primera plana este miércoles.

En la primera fecha, cumplió con una apretada agenda de seis actividades en diferentes localidades, y al día siguiente, en plena Nochebuena, viajó a Puerto Plata para supervisar las labores tras las lluvias que inundaron la provincia. Posteriormente, el mandatario partió hacia Estados Unidos junto a su familia en un viaje de cinco días.

El regreso del presidente al país no fue anunciado oficialmente, como suele ser costumbre. Aunque el vocero de la Presidencia, Homero Figueroa, había indicado que Abinader retornaría el 30 de diciembre, no se ofrecieron detalles sobre la hora, el lugar de llegada o el medio de transporte utilizado.

El 31 de diciembre ya se encontraba en la nación, pero las circunstancias de su retorno siguen siendo un misterio. Lo único divulgado por el equipo de prensa presidencial fue un mensaje de felicitación enviado por el mandatario a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional por la celebración de Año Nuevo.

El 2 de enero, Abinader viajó a Puerto Rico para asistir a la investidura de la nueva gobernadora de esa isla, regresando el mismo día. Desde entonces, ha tenido una única aparición pública al asistir a un concierto en Mao, Valverde, lo que ha acentuado las dudas sobre su agenda.

La inasistencia del presidente al acto solemne del Día del Poder Judicial, celebrado el martes pasado, rompió una tradición que Abinader había mantenido en sus años de gobierno. Aunque su presencia estaba confirmada en la agenda oficial, fue la vicepresidenta Raquel Peña quien acudió en su lugar.

El Palacio Nacional no ofreció explicaciones sobre esta ausencia, y los intentos de Listín Diario de obtener respuestas por parte del portavoz presidencial no tuvieron éxito.

A pesar de la aparente calma en su agenda, este jueves el mandatario recibirá en el Palacio Nacional a Edmundo González Urrutia, líder opositor de Venezuela, en una visita de carácter político internacional. Esta será una de las primeras reuniones destacadas de Abinader en 2025, en un contexto donde su presencia pública ha sido mínima.

Otro detalle que llamó la atención fue la ausencia de un mensaje de Año Nuevo por parte de Abinader, la vicepresidenta Raquel Peña o la Primera Dama. En contraste, el presidente había dirigido un mensaje a la nación el 2 de diciembre, con motivo de los primeros cien días de su segundo mandato, donde presentó metas y avances de su gobierno.

En términos políticos, el presidente enfrenta una disminución en su índice de aprobación. Según datos del expresidente Hipólito Mejía, la popularidad de Abinader ronda el 43.3%, una caída significativa en comparación con el 70% registrado en encuestas previas.

Esta baja ha sido tema de debate, y mientras algunos consideran que la caída es mayor, Mejía defendió que la disminución no supera los 9 puntos porcentuales.

A esto se suman las críticas hacia la gestión de varios funcionarios de su gobierno. El ministro de Obras Públicas, Deligne Ascensión, ha sido blanco de señalamientos por los retrasos en proyectos como la ampliación del kilómetro 9 de la autopista Duarte.

Las críticas alcanzaron tal magnitud que el director de Aduanas, Eduardo Sanz Lovatón, salió en defensa de Ascensión en redes sociales, destacando su integridad y eficiencia.

Por su parte, Milagros Germán, ministra de Cultura, también ha enfrentado cuestionamientos por su desempeño en los tres años que ha ocupado el cargo. Su salida está programada para el próximo miércoles 15 de enero, y las redes sociales han sido un escenario constante de críticas hacia su gestión.

En paralelo, algunos funcionarios han comenzado a posicionarse políticamente con miras a las elecciones presidenciales de 2028. Eduardo Sanz Lovatón y el ministro de Turismo, David Collado, han lanzado proyectos personales en plataformas digitales, como podcasts de entrevistas. Estas iniciativas han sido interpretadas como intentos de aumentar su visibilidad política y consolidar su imagen pública.

Mientras tanto, el ministro de la Presidencia, José Ignacio Paliza, había anunciado en diciembre su intención de presentar una resolución en enero para detener cualquier proceso de construcción de proyectos presidenciales o de otra índole. Sin embargo, hasta ahora no se han conocido avances sobre esta propuesta.

En este contexto, el presidente Abinader enfrenta desafíos tanto dentro como fuera de su administración. Su reducido nivel de actividad pública en los primeros días del año contrasta con su historial de dinamismo, generando inquietudes sobre las estrategias que adoptará para recuperar la confianza de los ciudadanos y fortalecer su liderazgo.

Con un panorama político complejo y críticas acumulándose, el futuro inmediato de Luis Abinader dependerá de cómo gestione las expectativas de la población, el desempeño de su equipo de gobierno y su capacidad para comunicar una visión clara y convincente para el resto de su mandato.

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