El Gobierno, Martín Fierro y Flaubert
Pablo McKinney
Dos advertencias me han acompañado en mi largo oficio de escribidor de diarios y aguaitador de la cosa nacional. Ustedes las conocen. Una de ellas es del Martín Fierro:
“Que los hermanos sean unidos/, esa es la ley primera/,
tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea/,
pues si entre ellos se pelean/… los devoran los de afuera”.
La otra es una frase de Gustave Flaubert, autor de Madame Bobary: “Nunca le des armas al mundo contra ti… porque las utilizará”. En ambas he pensado estas semanas, al ver cómo un aliado del gobierno con rango de ministro critica con dureza, desmonta y desmantela las políticas y estrategias diplomáticas de su gobierno con relación a Venezuela. (La libertad de expresión de un funcionario público de alto rango llega hasta el momento en que acepta el cargo. No es obligatorio ser ministro de gobierno, pero serlo conlleva responsabilidades).
Miguel Mejía, presidente de un pequeño partido colocado en las antípodas ideológicas del gubernamental PRM y del presidente de la República, que ha sido el contacto de nuestros últimos gobiernos ante países como China, Vietnam, o Venezuela, tiene semanas desafiando las directrices del gobierno y la autoridad del Presidente en el tema venezolano. Así, cuando no cuestiona frontalmente (hasta en artículos de prensa) las decisiones del mandatario sobre Venezuela, emite declaraciones en donde, sin ninguna necesidad, respeto, lógica, sentido ni razón, insulta a otro funcionario público de su propio gobierno, específicamente a Celso Marranzini, presidente del Consejo Unificado de las EDE.
El presidente Abinader debería recordar que los malos ejemplos se copian y expanden con mayor rapidez que el virus del Covid. Asediado por compromisos y reformas varias, enfrentando adversarios multicolores, amenazada la unidad partidaria antes de tiempo, el nuevo gobierno parece viejo. Demasiadas incertidumbres acumuladas, disidencias innecesarias, sobrantes irrespetos, más una lucha a destiempo por la candidatura presidencial que, por lo visto, se basará, no en mostrar cada aspirante sus logros y propuestas, sino en filtrar/ exhibir las ciertas o falsas carencias, vergüenzas o faltas de los otros, olvidando así otra advertencia: “Subir aplastando a los demás, no aumenta tu estatura”.
El PRM debería reunir su comité central en un acto que iniciaría con la lectura de las advertencias del Martín Fierro y Flaubert aquí citadas, y concluir con el recuerdo de que la oposición, como la vejez, es cara y duele mucho.
Listin Diario