El inicio del segundo mandato de Luis Abinader: Reformas y liderazgo

Santo Domingo, 29 julio – Luis Rodolfo Abinader Corona, de 57 años, jurará para su segundo mandato como presidente de la República Dominicana el próximo 16 de agosto. Abinader se ha consagrado como líder político, ostentando un poder concentrado sin precedentes en la etapa democrática del país.

Como líder único del gobernante Partido Revolucionario Moderno (PRM), tiene una lista de promesas de reformas públicas que anunció hace tres años. Su primera gestión se caracterizó por el manejo de crisis, pasando la prueba con notas sobresalientes, reflejadas en el apoyo masivo que recibió el PRM en las urnas en las elecciones de febrero y mayo de este año.

El primer periodo de gobierno de Abinader estuvo marcado por emergencias diversas, colocándolo en la obligación de mostrar logros más tangibles en su segundo mandato.

Con el control absoluto de los organismos que designarán a los integrantes de los órganos extrapoder y las dos terceras partes de los votos del Congreso, Abinader tiene la capacidad de aprobar iniciativas legislativas que requieren votaciones especiales, como una reforma a la Constitución. De 222 asambleístas, el PRM cuenta con 175, incluyendo 29 senadores y 146 diputados.

Aunque en teoría el Poder Legislativo y el Ejecutivo deben ser independientes, la historia demuestra que el Poder Ejecutivo encuentra escaso o ningún contrapeso en el Congreso cuando el mismo partido controla ambos poderes.

Un ejemplo reciente fue la modificación al Código Penal, que el Congreso intentó aprobar a todo vapor. Sin embargo, cuando Abinader señaló la necesidad de mayor estudio y consenso, el presidente del Senado, Ricardo de los Santos, declaró que el Código Penal quedaría para ser aprobado por el nuevo Congreso.

Los congresistas también aprobaron una solicitud del Poder Ejecutivo para trasladar la Asamblea Nacional del 16 de agosto al Teatro Nacional para la juramentación del presidente y la vicepresidenta, a pesar de las críticas de los legisladores de oposición.

Bajo el liderazgo de Abinader, al concluir su segundo gobierno en 2028, se habrá renovado por completo el Tribunal Constitucional y unos 13 jueces de la Suprema Corte de Justicia, además de la integración de otros órganos extrapoder que deben cambiarse cada cuatro años.

En su primer mandato, Abinader impulsó la idea de independencia de los órganos extrapoder, sugiriendo que los integrantes no deben formar parte de partidos políticos. Siguiendo estos lineamientos, el Congreso escogió a los miembros de la Cámara de Cuentas, la Junta Central Electoral (JCE) y el Defensor del Pueblo. La JCE concluyó exitosamente las elecciones de febrero y mayo, mientras que la Cámara de Cuentas ha tenido problemas de gobernabilidad interna.

A mediados de este mes, Abinader reiteró que someterá una serie de reformas en su próximo periodo. “A partir del 16 de agosto, cuando presentemos formalmente al Congreso la reforma constitucional, anunciaremos el tiempo de las demás reformas y proyectos de leyes”, afirmó.

Esta promesa no es nueva; en agosto de 2023, al cumplir su primer año de gobierno, Abinader prometió una serie de reformas para modernizar el Estado y mejorar la calidad de vida de la gente.

Entre estas reformas se encuentran cambios al Código de Trabajo y la Ley de Seguridad Social, 87-01, discutidas y consensuadas en el Consejo Económico y Social (CES), pero que aún no han sido sometidas al Congreso.

Abinader ha ampliado su liderazgo en el PRM, que inicialmente compartió con el expresidente Hipólito Mejía. Desde que asumió la presidencia, su liderazgo ha crecido sin que ningún dirigente del PRM se proyecte actualmente con capacidad para desafiar su poder dentro del partido oficial. Sin embargo, Abinader deberá lidiar con la jubilación política en un país con una historia de apoyos circunstanciales para quien firma los decretos.

Internacionalmente, Abinader concluirá su segundo mandato con una imagen fortalecida al promover la Alianza para el Desarrollo en Democracia, que ha logrado reconocimiento internacional. Recibió el premio Chairman’s Award for Leadership in the Americas, otorgado en la 54 Conferencia Anual de Washington sobre las Américas, subrayando su compromiso excepcional con la seguridad regional, la promoción de la democracia y la lucha contra la corrupción desde su elección en 2020.

Además, Abinader ha desarrollado una agresiva agenda de exigencia de apoyo internacional para que Haití pueda reorganizarse tras la crisis profundizada por el asesinato del presidente Jovenel Moise.

El desafío de Abinader en su segundo mandato no solo será implementar estas reformas prometidas, sino también dejar un legado tangible y duradero en la administración pública dominicana.

Su capacidad para manejar crisis y su consolidación de poder le han ganado un lugar destacado en la historia política del país. Con un apoyo sólido tanto a nivel nacional como internacional, Abinader está en una posición única para impulsar cambios significativos en la República Dominicana durante los próximos cuatro años.

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