El Juan Pablo Duarte de hoy

César Nicolás Penson Paulus

Nuestro directo amigo, Teófilo Isaac (Chuchi) tuvo la osadía de recorrer los lugares adonde se refugió Juan Pablo Duarte, en el inmenso llano venezolano, buscando una razón que lo llevara a esos espacios perdidos, tan lejos de la patria que forjó.

Traicionado, perseguido entre otros por el Imperio español, como lo demuestran documentos de la época, quizás amargado, y con un viacrucis hasta involucrar a su familia deportada, su madre y un hermano con la salud mental comprometida y todo porque sus ideas lo convirtieron en un peligro para los perversos planes de los que se aprovecharon de los duartistas para la separación de Haití y luego, detentando el poder, lo alejaron de la patria que el forjó con su infinito sacrificio personal que llevó a Balaguer a definirlo como el Cristo de la Libertad.

Achaguas, es una ciudad del estado Apure, en Venezuela, capital del municipio homónimo, a 80.kms de San Fernando de Apure, en Venezuela, la capital del estado. Según censo del 2018, la parroquia urbana de Achaguas contaba con una población de 42.983 habitantes, solo para indicar que sigue siendo una pequeña población. Su nombre proviene de la tribu local de los indígenas Achaguas.

Dice Chuchi Isaac: ¡Apóstol-Maestro! ¡Yo estuve en Achaguas! Te buscaba, hurgando en tus soledades, en tu pensamiento infinito, ¡en tu urgente tarea de hacer PATRIA! Sí, fui a la pequeña aldea que acogió y cobijó tus truncados sueños, tu profunda tristeza, tu atormentado dolor.

Achaguas, perdida en la inmensidad del llano, monte calvario de tu viacrucis inmolador, amantísimo refugio, bálsamo reparador de pasadas angustias. ¡Cabalga jinete inmortal! ¡Surge victorioso derrotando las ingratitudes de tus enemigos y el olvido de los tiempos! ¡¡Salve DUARTE! “Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la Patria”.

Ese pensamiento del Juan Pablo inmortal cobra actualidad a propósito de la “aclaración” de Monseñor Castro Marte, Obispo de Higüey acerca de la doble moral del tema de los haitianos en Rep. Dominicana. Es la misma iglesia que le excomulgó en julio del 1844, El Estado dominicano sobrepasó su capacidad para absorber ciudadanos a su sistema de salud pública y hay que valorar lo que le cuesta al erario nacional esa sobre carga.

La falta de documentos de los haitianos no es responsabilidad nuestra porque proceden de una nación fallida a la cual el pueblo dominicano ha ayudado en sus mayores crisis y ha recibido la mordida en la mano que les ha dado de comer.

El tema dominicano es un tema político, cuando nos consideran la provincia rebelde. Tienes más vigencia que nunca, Juan Pablo, eres hoy el faro que traza las rutas a seguir en la defensa de nuestra soberanía, de nuestro territorio, de nuestra dominicanidad.

Ayer celebramos el aniversario 212 del nacimiento del Patricio que si hubo quien le rechazara militantemente en la época que le tocó vivir, hoy somos millones que le veneramos como padre de patria y motor de la independencia de la barbarie haitiana. ¡¡¡Duarte vive!!!

El Caribe

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