El mundo patas arriba y el país manos abajo
Por Pablo McKinney
Si en las luchas de nuestra fauna política lo de siempre ha sido que la oposición destaque las faltas nacionales, las achaque siempre al gobierno, disminuya los posibles logros de este y trate de explicarlos a partir de factores externos; ante tal escenario, y ante la magnitud de la crisis sanitaria, política, energética, y de alimentos que vive el planeta, piensa uno que el gobierno dominicano debe concentrar todos sus esfuerzos de comunicación en explicar a cada ciudadano lo que ocurre en el mundo y podría ocurrir en el país. Y no es cosa de que “las piñas estén agrias”, sino de que en el mundo se están acabando las piñas, y el pueblo dominicano tiene derecho a saberlo para actuar en consecuencia.
Que bancos de inversión como Morgan Stanley y Goldman Sachs hayan revisado sus pronósticos del precio de petróleo para lo que resta del año, colocándolo en un rango entre 130 y 250 dólares en los próximos meses, debe encender todas las alarmas, habiendo admitido el gobierno que superado el precio del petróleo los 115 dólares el barril, sus finanzas no le permitirán continuar subsidiando el precio de los combustibles con más de 4,400 millones de pesos mensuales, como hasta ahora.
“Así no hay pollo que llegue a gallo”, pero precisamente por eso, el gallinero nacional debe de estar debidamente enterado de lo que ocurre, para evitar que más de un político, colocando su ego y el interés personal y partidario por encima del interés nacional, juegue a convertir el territorio nacional en una gallera.
Al gobierno no le basta con mostrarnos sus logros, exhibir optimista la recuperación de sectores que encabezan el turismo y las zonas francas, o mostrar sus esfuerzos porque -ante lo inevitable de la corrupción en nuestra vida social, económica y política-disminuya la impunidad, sino que, ante un mundo patas arriba y el país manos abajo, debe explicar en detalles la magnitud de los golpes que vienen, por qué vienen y qué puede hacer el ciudadano para aminorar sus efectos.
Si para pescar en río revuelto, sectores de la oposición tienen ya su relato montado, el gobierno tiene la obligación de diseñar el suyo, y cuanto antes accionar para no tener que reaccionar, actuar para no tener que lamentar. Cuando del país se trata, todo lo demás es o debería ser postergable y secundario.
Publicado en Listín Diario