El padre de Britney Spears deja de ser su tutor y podría ser investigado
Javier Romualdo
Los Ángeles (EE.UU.), 29 sep (EFE).- Jornada de victoria para Britney Spears. Su padre dejará de ser su tutor legal de manera inmediata después de más de 13 años y la Corte Superior de Los Ángeles ha programado una vista el 12 de noviembre en la que se pondrá el punto final a la custodia.
«Es un buen día para la Justicia», afirmó a Efe el abogado de la cantante, Mathew Rosengart, a la salida del juzgado, tras una sesión de más de tres horas en la que la jueza Brenda Penny accedió, por primera vez, a todas y cada una de las peticiones de Britney.
La magistrada calificó de «tóxico» el control del padre, Jamie Spears, sobre su hija y ordenó la suspensión con efecto inmediato.
«Creo que la suspensión de Jamie Spears como tutor es lo mejor para los intereses de la tutelada», aseguró ante la escucha atenta de decenas de periodistas en el interior de la sala y casi medio millar de personas en la puerta de los juzgados.
Rosengart fue contratado como nuevo abogado de Britney este verano, gracias a una autorización de la jueza, y en un par de meses ha conseguido lo que la cantante llevaba suplicando en privado desde hace años pero que se convirtió en un escándalo mundial cuando habló públicamente el pasado 23 de junio.
El letrado fue el único que acudió a la Corte y no intervino por videollamada. Allí desgranó su estrategia: Primero, suspender al padre como tutor legal. Segundo, nombrar a un funcionario del estado de California como tutor temporal para que supervise toda la documentación relacionada con la gestión de más de una década.
Y finalmente, agendar una audiencia en la que se ponga final a la tutela.
Logró todas sus pretensiones, convencido de que el padre de la artista y un variopinto grupo de abogados y empresarios abusaron del control de Britney y de un patrimonio de 60 millones de dólares a espaldas de la Justicia.
EL PADRE DE BRITNEY SPEARS, INVESTIGADO POR MALA CONDUCTA
«Creo que si las autoridades investigan, podrían encontrar motivos para presentar cargos», dijo Rosengart.
El abogado lleva un tiempo investigando algunas cuentas de Britney y ha asegurado que tiene pruebas de mala conducta y posible «corrupción», aunque dejó claro que una vez finalice la tutela legal será competencia de los fiscales llevar a Jamie ante la Justicia.
Antes, el padre deberá entregar todas las cuentas de los últimos 13 años al nuevo tutor temporal.
Precisamente por eso, la abogada del progenitor quiso evitar el traspaso de poderes y pidió la finalización inmediata de la tutela, sin margen para depurar responsabilidades.
El movimiento fue un giro radical en la postura del padre, que hasta ahora había defendido fervientemente la tutela legal a la que accedió en 2008 tras una etapa marcada por el comportamiento errático de Britney, quien perdió la custodia de sus hijos y encadenó crisis mentales.
Rosengart cuestionó el sentido de esa decisión al describir a Jamie como un hombre «alcohólico» y con problemas de adicción al juego.
«Britney Spears ha sido abusada por este hombre durante la última década y desde su infancia», añadió.
El caso dio un nuevo giro este fin de semana después de que el diario The New York Times publicara un reportaje con declaraciones de personas que han trabajado para Britney durante su tutela.
Entre los testimonios más espinosos, un exempleado de seguridad afirmó que el progenitor mandó colocar micrófonos en la casa de Britney e interceptar todas las llamadas y mensajes, incluso las comunicaciones con su abogado e hijos.
Se desconoce si la corte de California conocía estas prácticas, que en caso de haberse hecho sin autorización de los tribunales pondría contra las cuerdas a su padre.
«EL APOYO DE LOS FANS HA SIDO FUNDAMENTAL»
A la salida Rosengart se dirigió a los seguidores de la cantante, congregados en una manifestación que cortó las calles del centro de Los Ángeles.
«El movimiento #FreeBritney ha sido fundamental», afirmó.
La presión de los fans para sacar a la luz detalles de la tutela legal comenzó en 2019, después de que Briney se negara a seguir ofreciendo espectáculos en Las Vegas (EE.UU.) e ingresara en una clínica de rehabilitación.
«Creían que estábamos locos», contó Dave, un joven de San Francisco que viajó hasta Los Ángeles para seguir la vista judicial.
Chris, un francés afincado en Arizona, se quedó a las puertas de entrar como público en el juzgado: «He recorrido el mundo para ver a Britney en concierto desde niño, tenía que estar aquí», destacó.
En cuanto Rosengart hizo la señal de victoria, la manifestación se convirtió en una fiesta. EFE