El presidente de la Asociación de Ingenieros de Caminos: “dejen de maldecir los embalses y las presas”
Madrid, 9 Nov.- El presidente de la Asociación de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Ingeniería Civil, José Trigueros, ha exhortado a “todos los decisores políticos” a “dejar de maldecir al hablar de embalses, presas o encauzamientos” y ha criticado la “falta de planificación hidrológica” en España.
“En el siglo XXI, no podemos mirar hacia otro lado, tenemos que tomar nota para que no se vuelva a repetir” una tragedia como la vivida en los últimos días especialmente en la Comunidad Valenciana, ha explicado Trigueros a EFE, quien subrayaba la falta de alerta a la ciudadanía y los fallos en los planes hidrológicos como “amplificadores” de los efectos de una dana que “no ha sido mayor que en otras ocasiones” en términos de lluvia descargada.
Además de desarrollar planes hidrológicos eficientes, las confederaciones hidrográficas deben ser dotadas de “suficiente personal técnico con conocimiento”, ha añadido.
La presa que nunca se construyó
Trigueros ha insistido en que “se tenía el conocimiento de que esto se podía producir e incluso había proyectos que hubieran evitado un desastre de este tamaño que hemos visto” y, de hecho, para intentar evitarlo se diseñó el Plan Hidrológico Nacional aprobado en 2001 durante el gobierno de José María Aznar que fue derogado por el ejecutivo posterior de José Luis Rodríguez Zapatero en 2005.
Aquel plan preveía la construcción de una serie de infraestructuras, incluyendo una presa en la Rambla del Poyo a su paso por Cheste que “hubiera laminado la avenida de forma que no hubiera producido la cantidad de muertes que ha habido”, aunque no hubiera podido contener del todo la riada.
Aquella presa buscaba proteger hasta 16 pueblos de la región, entre los que figuran Paiporta, Aldaia, Catarroja, Picanya o Massanassa, algunas de las localidades más afectadas por la reciente dana.
Ejemplos de la eficacia de estas infraestructuras hídricas en estos casos, apunta este especialista, son el desvío del cauce del Turia, construido tras las inundaciones de octubre de 1957 en Valencia capital, y el embalse de Forata, ubicado en el municipio de Yátova, que ayudó a mitigar los efectos de las inundaciones “que podrían haber sido más graves si no llega a ser por esta presa.”
Durante la riada, Forata llegó al 100 % de su capacidad y evitó que varias zonas de la Alcudia, Algemesí y Sueca resultaran también anegadas
Prevención de desastres
El presidente de la Asociación de Ingenieros de Caminos cree imprescindible una colaboración entre ingenierías, con el fin de evitar futuras catástrofes utilizando “las herramientas que tenemos en el siglo XXI” para prevenir nuevas inundaciones.
Esa prevención pasa por “invertir en la mejora y mantenimiento de nuestras infraestructuras” llevando a cabo tareas de “limpieza y mantenimiento” en los cauces de los ríos para los que “apenas existen medidas en los actuales planes hidrológicos”.
Muchas de las críticas escuchadas entre los vecinos valencianos tras el paso de la dana se quejan precisamente de las trabas oficiales para poder limpiar esos cauces.
En ese sentido, Trigueros ha reiterado que “este temporal ha demostrado cómo la acumulación de residuos sólidos, vegetación y sedimentos ha reducido drásticamente la capacidad de desagüe, agravando los efectos de las lluvias intensas”, si bien ha puesto énfasis en “el cuidado que hay que tener al manipular estos cauces”, una práctica en la que “siempre” hay que dar prioridad a la seguridad, ya sea con fines urbanísticos o ecologistas.
“La protección de la Naturaleza y la recuperación de los cauces, nuestros bosques de ribera, por supuesto que es una gran inversión, pero hay que dar prioridad a la seguridad y la vida de las personas” ha concluido.EFE