El verdadero amor “nunca deja ser…”
Por Euri Cabral
Esto son tiempos muy difíciles y complicados para poder expresar los sentimientos con honestidad y franqueza. Entre los seres humanos de esta época, en especial entre los jóvenes, se ha popularizado la idea de no asumir compromisos en cuanto a las relaciones afectivas se trata y en mantener una relación de amor firme, respetuosa, entregada y duradera.
Esa situación ha provocado que se incrementen los divorcios, pues ahora por cualquier situación que se produce entre los matrimonios, sean de poca o larga duración, la salida más fácil es pedir el divorcio, teniendo muchas veces como argumento pueril y hasta risible de que “se acabó el amor”.
Para quienes seguimos las enseñanzas de Jesús y lo asumimos como guía de nuestras vidas, el amor, el verdadero amor, nunca se acaba. En la Biblia, en 1era de Corintios capítulo 13, encontramos una sencilla, pero al mismo tiempo, profunda y precisa definición de lo que es y debe ser el amor, que nos entrega el apóstol Pablo, a partir del ejemplo de Jesús.
Los versículos del 4 al 8 de Corintios13, que son conocidos y repetidos por mucha personas en el mundo aunque no sean cristianos, dicen de manera precisa lo siguiente: «El amor es paciente, es bondadoso, el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no es arrogante, no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido, no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser…».

Para muchos cristianos y hasta para personas que no conocen la Biblia, esos versículos de 1era de Corintios son un verdadero tratado sobre el amor, una visión amplia y sincera de ese sentimiento que fue creado por Dios para hacer que los seres humanos podamos tener una de las principales cualidades de nuestro creador. Y es que, como muy bien dice la primera epístola de Juan, en el capítulo 4 versículo 8, «el que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor». Si conocemos y seguimos al Dios creador de universo y de todo lo que existe, debemos entender y asumir que el amor no es simplemente un sentimiento, el amor es una decisión. Y el amor verdadero “nunca deja de ser”.
Para que un matrimonio o una relación de noviazgo funcione cada uno de los que participan en ella deben tomar la decisión de amarse por encima de todo. Debemos entender, como muy bien dice el pastor Raffy Paz, que un matrimonio es una relación de dos personas imperfectas teniendo como base a Dios, que es un ser perfecto. Para que en nuestros matrimonios podamos ser pacientes, bondadosos, no ser jactanciosos, no tener envidia, no ser arrogante, para alegrarnos con la verdad, para poder sufrirlo todo, esperarlo todo y soportarlo todo, debemos tomar la decisión amar y tener a Jesús como la base de esa decisión.

Cuando iniciamos nuestra relación de pareja siempre estamos super enamorados, todo es muy bueno y parece que los conflictos no vendrán, pero siempre llegan y nos acompañan. La clave está en saber que el «enamoramiento inicial» no es amor, es solamente una atracción. El verdadero amor se construye día a día, momento a momento, detalle a detalle, segundo a segundo. Por eso el amor es una decisión. Decidimos amar a nuestras esposas sabiendo que ellas no son perfectas ni nosotros tampoco. Que ellas tienen muchas virtudes y muchas debilidades, igual que nosotros. Y que uno debe ser el complemento y el estímulo del otro, para conseguir que el verdadero amor crezca y se multiplique cada día.
Y todo esto lo digo por mi experiencia propia vivida durante casi cuatro décadas casado con Zinayda Rodríguez, el mejor regalo que Dios me ha dado para que mi vida tenga sentido. Solo teniendo a Jesús como base de una relación de amor, es posible superar todas las situaciones difíciles y hacer del matrimonio una luna de miel permanente. Solo teniendo a Jesús como guía y soporte «el amor nunca deja de ser».
Euri Cabral
Economista y Comunicador